El 25 de julio de 2023 el gobierno canadiense adjudicó a Airbus el contrato para la compra de nueve aviones de transporte estratégico A-330 MRTT con capacidad de repostaje en vuelo por valor de 2100 millones de euros, destinados a su Fuerza Aérea, donde recibirá la denominación de CC-330 Husky. Según las autoridades canadienses, cinco aviones serán conversiones de aparatos comerciales ya en servicio y cuatro de nueva construcción. Los aviones estarán equipados con dos sistemas de suministro de combustible por manguera en cada ala y una pértiga en el fuselaje central, contarán con sistemas de autodefensa y contenedores preparados para su conversión en unidades de evacuación médica. De este modo, Canadá pasa a ser el duodécimo país que confía las capacidades de transporte estratégico y repostaje en vuelo al avión de Airbus (la cartera de pedidos asciende ahora a 76 aparatos con 54 ya entregados), en detrimento del Boeing KC-46 americano, que pierde frente al avión europeo en todos los segmentos requeridos para este tipo de misiones. La transformación de los nueve aviones como cisternas se llevará a cabo en la factoría de Airbus Military (antigua CASA) en Getafe, Madrid. Los A330 MRTT reemplazarán a los cinco A310-300 (designación canadiense CC-150 Polaris, dos cargueros, dos cisternas y uno preparado para el transporte de personalidades) actualmente en servicio y ampliarán la flota del 437º Escuadrón de Transporte, con base en Trento (Ontario). Las entregas comenzarán en 2027. ¿Es confiable esta compra? La respuesta es no, porque el gobierno canadiense tiene un largo historial de incumplimiento de licitaciones aprobadas por él mismo (caso del F-35ª sin ir más lejos), las presiones americanas continuarán siendo intensas para unificar flotas de aeronaves militares y, finalmente, la comunidad de intereses de la Anglosfera es tan fuerte cada vez más que los débiles dirigentes europeos (a los que hemos denominado los testigos silenciosos) sucumben a su decisiones arrolladoras.Así que, accionistas de Airbus, no se confíen porque una vuelta atrás en la decisión comentada entra dentro de lo que se puede considerar como muy probable.