LOS SATELITES DE ALERTA TEMPRANA COMO COMPONENTE DE LA DISUASIÓN Y COMO PRIMER OBJETIVO DE LA GUERRA ESPACIAL
De nuevo, el 26 de septiembre las Fuerzas Espaciales de
Rusia (KO), dependientes de las Fuerzas Aeroespaciales (VKS), lanzaron desde el
cosmódromo de Plesetsk, en la región de Arkhangelsk, un cohete portador Soyuz-2.1b
con la misión de poner en servicio un nuevo satélite para el Ministerio de Defensa.
Ya en el espacio, la etapa propulsora Fregat-M se encargó de poner en la órbita
establecida el satélite que quedó bajo el control del Centro Espacial Principal
Titov mediante la toma de datos de telemetría y el establecimiento de
comunicaciones estables con los equipos de a bordo. El satélite recibió la
denominación secuencial de Kosmos-2541. Las agencias gubernamentalesrusas inicialmente no dieron más información sobre el nombre, características y
naturaleza del objeto puesto en órbita. Veamos entonces de qué nuevo satélite
militar estamos hablando. Las primeras informaciones útiles las aportan las NOTAM
que establecieron las restricciones a la navegación marítima y aérea en la zona
de lanzamiento y en la trayectoria de vuelo del cohete portador Soyuz-2.1b. El
despegue tuvo lugar a las 0746 GMT desde la plataforma
de lanzamiento Número 4 del Sitio 43 de Plesetsk volando en dirección sudoeste,
dejando caer los cuatro motores propulsores de la primera etapa dos minutos
después. En los minutos siguientes el cohete se desprendió sucesivamente del
carenado de la carga útil y de la segunda etapa, y la tercera etapa lanzó la
etapa superior Fregat-M a una trayectoria suborbital a los nueve minutos de vuelo.
A continuación, la Fregat-M maniobró varias veces para colocar la carga útil en
la órbita programada. En esta última fase fue cuando el Centro Espacial
Principal Titov estableció la conexión estable con el satélite. Según los datos
obtenidos de fuentes abiertas la etapa propulsora Fregat-M llevó la carga útil
a una órbita altamente elíptica de 63. 8º hacia el ecuador, con altitudes que
van desde los 1.645 kms a 38.538 kms. de la Tierra, denominada tipo Molniya. El
satélite espacial se separó del cuerpo principal varias horas después. Pues
bien, esta órbita coincide con las de los dos satélites de alerta temprana de
la clase EKS (Edinaya Kosmicheskaya Sistema) o Tundra puestos en órbita por la combinación Soyuz/Fregat en
noviembre de 2015 y mayo de 2017 denominados Kosmos-2510 y Kosmos-2518 –como tratamos
oportunamente en el blog– destinados a reemplazar a la serie anterior Oko-1, que
se puso en órbita por última vez en 2012. Estos aparatos construídos por RKK Energiya están equipados con
sensores de infrarrojos con capacidad para detectar el lanzamiento de misiles desde
América del Norte y los misiles adversarios que se acerquen al territorio ruso.
Por tanto, se puede concluir que las KO ha puesto servicio un tercer satélite
EKS en una constelación que tendrá seis aparatos de alerta temprana dedicados a la observación
permanente del territorio continental americano, realizando rotaciones de 12
horas para asegurar que ningún lanzamiento de misiles escapa a su control detectando
el inicio de un eventual ataque nuclear y dando al mando la capacidad de tomar
las decisiones necesarias para realizar un lanzamiento de alerta masivo. De
este modo, los satélites de alerta temprana garantizan el correcto
funcionamiento de la disuasión… y, al mismo tiempo, se convierten
en objetivos de gran valor de los sistemas antisatélites adversarios en caso de
un enfrentamiento decisivo. Esto significa que la interceptación o destrucción
de uno o varios de estos satélites sería la prueba irrefutable de que se ha iniciado
un ataque nuclear, de modo que el Poder Político ruso se encontraría ante la
decisión de ordenar un ataque masivo sin tener la certeza absoluta de que tal
ataque se esté produciendo, pero sí la convicción de que si no ordena el
lanzamiento quizás sea demasiado tarde para tomar tal decisión. O, al menos, que
lo haga un ser humano, porque en caso de descabezamiento del poder político
y militar entraría en juego en sistema automatizado de mando y control Perimeter,
que se encargaría de llevar a cabo un ataque de contragolpe contra los
objetivos preprogramados en territorio enemigo con el resultado de provocar una
destrucción de gran escala sin precedentes, y quizás que tampoco se podría ver
posteriormente, porque la civilización, la Humanidad como la conocemos,
entraría en una etapa sin futuro.
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Estimado Luis, agradecido por compartir esta interesante y actualizada columna en la que nuevamente se refleja el tránsito hacia dónde se mueve el poder de la disuasión,y tal como se indica, Rusia no desea quedarse atrás de esta carrera en que China y EE.UU. compiten solos. Saludos cordiales.
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