«EMPLEO DE MISILES RUSOS DE LARGO ALCANCE EN LA GUERRA EN UCRANIA»

Este es el título del documento de análisis más reciente que he publicado en el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) dedicado estudiar el empleo de los misiles avanzados rusos de largo alcance en la guerra en Ucrania. En este texto partimos de la idea fundamental de que, después de la crisis profunda que pasó Rusia en los años noventa, los nuevos dirigentes rusos que se hicieron con el poder en el cambio de siglo encabezados por Vladimir Putin emprendieron un programa a largo plazo destinado a restaurar su poderío militar. Su objetivo era volver a ejercer poder e influencia en el sistema internacional global del que se sintieron ninguneados durante al casi dos décadas. Como se expone, el inicio de esos planes estuvo determinado por tres factores fundamentales. En primer lugar, la percepción de que Rusia estaba siendo excluida de los foros de decisión globales. El segundo fue la constatación del mediocre desempeño de sus fuerzas en la guerra de Georgia, del que sacaron conclusiones significativas. Y el tercero fue la disponibilidad de recursos financieros suficientes como consecuencia del aumento de los precios de los hidrocarburos. La activación de sendos programas de rearme plurianuales otorgó prioridad a las fuerzas nucleares estratégicas, la aviación de combate, la Marina, los misiles de largo alcance y las municiones guiadas, mientras que otros componentes de sus fuerzas armadas quedaron postergados. Los resultados se han revelado en la guerra en Ucrania, mostrando sus debilidades y fortalezas, así como el empleo masivo de todo tipo de misiles ajustados a la misión. El documento de análisis se estructura en una introducción, donde se hace un recorrido histórico centrado en el período de la hegemonía imperfecta y el surgimiento de las potencias emergentes, entre las que se suma Rusia como una potencia revisionista o revanchistas, según los autores. El texto principal cuenta con cuatro epígrafes dedicados a analizar cómo los dirigentes rusos cambiaron el rumbo de la seguridad europea, el marco doctrinal de la seguridad rusa, el concepto y relación de las armas estratégicas avanzadas rusas, así como su empleo en la guerra contra Ucrania donde destacamos la aplicación de la doctrina de Operaciones Estratégicas de Infraestructuras Críticas (SOKVO o SOPVOP en ruso, SODCIT en inglés). Las conclusiones básicas son que en un sistema internacional cada vez más complejo e inestable, los dirigentes rusos ponen el énfasis en sistemas de armas avanzadas para compensar la desigualdad en capacidades convencionales respecto de otras grandes potencias y porque considera que les permiten seguir manteniendo la estrategia de disuasión nuclear. Asimismo, en conflictos convencionales de alta intensidad posibilitan ejercer un alto grado de control estratégico sobre la toma de decisiones del adversario y permiten su empleo para degradar progresivamente la capacidad de resistencia de un adversario no nuclear mediante el bombardeo estratégico. En la guerra en Ucrania la posesión de esas armas ha ejercido ambas funciones: disuasoria frente a la OTAN, bloqueando su intervención directa en el conflicto, y operacional, con la destrucción sistemática de las infraestructuras del país. En un sistema multipolar se plantean escenarios de impacto relacionados con el riesgo de proliferación de municiones hipersónicas, pero también de las armas nucleares, con la aparición de nuevas potencias que aspiran a su posesión (en Europa, Oriente Medio y cuenca del Pacífico) tanto para disuadir como con voluntad para emplearas en conflictos bélicos futuros. En esos escenarios, tanto las potencias secundarias como los países que no tienen influencia más allá de su propio espacio circundante quedan inermes ante el poder avasallador de las grandes potencias y sus armas estratégicas.  

Referencia bibliográfica completa: Pérez Gil, L.: «Empleo de misiles rusos de largo alcance en la guerra en Ucrania», Documento de Análisis IEEE núm. 50/2025, de 9 de julio de 2025, en https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2726226/empleo_de_misiles_rusos_2025_dieeea50.pdf/ (versión en inglés aquí

Leire Martínez: “Tres Deseos”.

COMUNICACIÓN EN EL SIMPOSIO SOBRE EL BRICS EN EL 58º ICA EN NOVI SAD

Del 30 de junio al 4 de julio de 2025 se celebró en Novi Sad (Serbia) el 58º Congreso Internacional de Americanistas (58º ICA 2025) organizado por el Centro Iberoamericano de la Universidad de Novi Sad (CIBAM) en el que participaron varios miles de académicos e investigadores, principalmente europeos y americanos, que ponen foco en temas influyentes en el continente americano que van desde el ámbito económico, político, jurídico y demográfico hasta el cultural, lingüístico y las identidades, con un extensísimo programa de actividades de 480 páginas. Los idiomas de trabajo son español, inglés y portugués. Además, esta edición celebra los 150 años del ICA, como señala el propio logotipo creado para el 58º ICA y que encabeza esta entrada del blog. En este sentido, tuve la oportunidad de codirigir junto con mi estimado colega y amigo el profesor Dr. Iván Witker un simposio sobre seguridad, defensa y sociedad en Europa y América Latina en el 54º ICA, celebrado en Viena del 15 al 20 de julio de 2012 – 54st INTERNACIONAL CONGRESS OF AMERICANISTS "BUILDING DIALOGUES IN THE AMERICAS", julio de 2012-. En la edición de 2025 presenté una comunicación científica que versa sobre el enfoque ruso en el grupo BRICS en su pugna con Occidente (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en el simposio sobre “¿Mito o realidad de un nuevo orden internacional?”. Analizo cómo, durante la última década se han sucedido una serie de acontecimientos que están potenciando cambios profundos en la estructura del sistema internacional global. Cada vez más funcionarios estatales, internacionalistas y científicos políticos reflexionan sobre la formación de un sistema multipolar debido a dos factores fundamentales: por un lado, el retroceso de la potencia hegemónica (los Estados Unidos) de áreas de influencia en las que dominaba; y por otro, se ha producido un avance de potencias emergentes encabezadas por la China comunista y Rusia, que van consolidando progresivamente un bloque de poder alternativo con la finalidad de contrarrestar el poder de Occidente. La consolidación del grupo BRICS, junto con otras estructuras internacionales, sirve a ese esfuerzo que, en definitiva, persigue cambiar las reglas del orden jurídico internacional a su favor. Aunque se trata de procesos en curso, han sido descritos adecuadamente por el realismo clásico y sus derivados. La ponencia se estructura en una introducción, cuatro epígrafes donde se estudia el origen y consolidación del BRICS, la ruptura de Rusia con el Occidente político, la cumbre de Kazán de octubre de 2024 y las perspectivas de desarrollo, cuyos resultados se recogen en las siguientes conclusiones que adelantamos. Primera, desde febrero de 2022 el gobierno ruso ha usado activamente todos los recursos de su diplomacia para tratar de aparecer como una potencia benévola, mientras aplicaba la fuerza en Ucrania; segunda, su estrategia comunicacional ha tenido éxito entre las otras potencias emergentes y en países del Sur Global, donde ha obtenido apoyo político y capacidades para sostener la guerra; tercera, el respaldo de China es fundamental y así los han reconocido los dirigentes del Kremlin; cuarto, el BRICS se configura como el espacio principal para consolidar esos apoyos y ganar influencia, tanto en países amigos como en los que se muestran comprensivos con sus posiciones; quinta, ese acercamiento tiene implicaciones estratégicas a largo alcance, con perspectivas a constituirse como un polo de poder alternativo al Bloque Occidental, pero para ello será preciso superar limitaciones políticas e institucionales internas, así como una fuerte oposición del bloque opuesto. Los resultados son inciertos porque se trata de procesos dinámicos en evolución. La presentación se puede consultar aquí. Además, la organización del 58º ICA ha anunciado que publicará las comunicaciones científicas en varios volúmenes temáticos. Por supuesto, mi agradecimiento al Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) por el apoyo en el desempeño de esta actividad. 

Say Now: “Brick By Brick”.

ISRAEL, IRÁN, ESTADOS UNIDOS Y EL PELIGRO DE UNA GUERRA NUCLEAR INOPINADA

Desde el 24 de febrero de 2022 la invasión rusa de Ucrania ha puesto de manifiesto que las grandes potencias han recuperado la amenaza nuclear como un recurso válido de su política exterior. En el caso ruso han logrado con éxito que la OTAN no intervenga directamente en el conflicto de Ucrania; podemos estar o no de acuerdo con las motivaciones que alegan unos y otros, pero esta parece una consecuencia incontestable de la apelación rusa a su gigantesco arsenal nuclear. Sobre esto hemos reflexionado extensamente en el blog y en otras publicaciones muy recientes, a las que nos remitimos para no extendernos más en la argumentación -véase la entrada "Panorama nuclear global", de abril de 2025-. Pues bien, el 13 de junio de 2025 la Aviación israelí y sus fuerzas especiales iniciaron una campaña militar contra Irán destinada a destruir su programa nuclear, civil y militar. Se puede argumentar que el segundo no existía, como aparece en informes recientes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) o de la directora de Inteligencia Nacional americana, Tulsi Gabbard. Sin embargo, esto era indiferente para los dirigentes israelíes, que llevan décadas esgrimiendo el peligro nuclear de Irán y amenazando con destruir definitivamente esas capacidades bajo el argumento inapelable de que representa una amenaza existencial para su país. Son sus políticas y, al contrario que los dirigentes europeos, suelen cumplir sus responsabilidades, sobre todo cuando está en juego la seguridad del país, escenario casi permanente desde su independencia en 1948. En este punto tenemos que detenernos y recordar que Israel es un Estado nuclear de facto (uno de los nueve que poseen armas nucleares), que no es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear ni de ningún otro acuerdo de control nuclear y, por tanto, la posesión de su arsenal nuclear se alcanzó violando el régimen de no proliferación nuclear mundial establecido por las grandes potencias. La ambigüedad de su política nuclear, que niega siquiera la posesión misma de tales armas, no obsta para que se ponga sobre la mesa esta realidad. Precisamente, como consecuencia de los bombardeos y asesinatos selectivos contra Irán israelíes (mandos militares, científicos y probablemente dirigentes políticos), el 17 de junio de 2025 el parlamento iraní presentó un proyecto de ley de retirada del TNP, que conforme a su artículo X surtiría efectos tres meses después de su notificación, aunque todavía no se ha producido. Durante diez días ambos bandos se dedicaron a bombardearse mutuamente con lo que tenían a mano, unos con aviación de combate, misiles de crucero y vehículos aéreos no tripulados y otros con misiles balísticos de diferentes tipos, que han mostrado su efectividad porque, frente a la propaganda de guerra, no existe ningún sistema antiaéreo imbatible, como lo demostró a una escala muy reducida la guerra de Nagorno-Karabaj (que aportó importantes lecciones en la materia), se está viendo diariamente en la guerra en Ucrania en ambos bandos y ha sido  patente en la guerra irano-israelí de estos días. De este modo, los dirigentes israelíes se vieron en la encrucijada de una guerra en la que no habían alcanzado sus objetivos fundamentales (acabar para siempre con el programa nuclear iraní), porque no podían alcanzar algunas instalaciones protegidas en Fordó o Isfahán y, al mismo tiempo, los bombardeos diarios de misiles balísticos iraníes estaban agotando los recursos (misiles y municiones) de su propia defensa antiaérea (la famosa Cúpula de Hierro). Un problema complejo como es el mito del nudo gordiano y que tuvo una solución similar. En la madrugada del 22 de junio de 2025, en una acción coordinada, bombarderos B-2 Spirit estadounidenses con entre siete y catorce bombas pesadas antibúnker GBU-57 y submarinos nucleares con una andanada de treinta misiles de crucero Tomahawk atacaron las instalaciones nucleares iraníes de Fordó, Isfahán y Natanz. Inmediatamente, el presidente Donald Trump proclamó el éxito clamoroso de la operación y llamó a las partes a terminar el conflicto. Es interesante este enfoque político porque cuando se hace esa declaración todavía no hay constancia (no la hay tampoco hoy) de que se haya logrado la destrucción de las instalaciones protegidas que albergaban los elementos más importantes del programa nuclear israelí. Pero, no se puede negar que los Estados Unidos han impuesto su poder entre actores racionales (ambos son conscientes de su incapacidad de sostener una guerra larga) y, por tanto, era mejor para el conflicto, evaluar pérdidas y objetivos alcanzados y prepararse para un nuevo enfrentamiento. Sin embargo esta guerra de doce días, como la ha denominado el presidente Trump, ha puesto sobre la mesa varias cuestiones inquietantes. La primera es el ataque a instalaciones nucleares, con los riesgos inherentes en términos de seguridad radiológica y ambiental, con independencia de que sean civiles (existe una prohibición de Derecho Internacional al respecto) o militares. Segundo, el riesgo de escalada en los ataques, porque en algún momento se barajó la posibilidad de bombardear las respectivas centrales nucleares en servicio de Busher (Irán) o Dimona (Israel), lo que se demostró como perfectamente posible una vez que los misiles balísticos iraníes podían atravesar la Cúpula de Hierro. Esto lleva a un escenario tipo Chernóbil, mucho más peligroso que la detonación de un arma nuclear, con cientos de toneladas de materiales radioactivos arrojados a la atmósfera. Tercero, los dirigentes israelíes, enfrentados a una guerra larga con el acoso diario de los misiles iraníes contra su territorio, su economía distorsionada y su población en permanente zozobra por los ataques continuos podrían tomar la decisión de resolver el conflicto con un ataque nuclear de descabezamiento contra el régimen iraní. Puede considerarse que se trata de un escenario poco probable, pero esta ahí, y como dice el aforismo: se sabe como comienzan las guerras, pero no como terminan. ¿Y qué futuro espera? En lo inmediato, los Estados Unidos han impuesto un acuerdo de alto el fuego que parece, por el momento, que respetan ambas partes. A medio plazo, es probable que se inicien negociaciones de paz con la mediación de los Estados Unidos, Qatar u Omán o los tres a la vez. No obstante, esta guerra arroja una dura lección: solo la posesión de un arsenal nuclear importante inmuniza a un país contra la agresión de otra potencia. Por tanto, el régimen iraní cuenta con fuertes incentivos para alcanzar ese objetivo con más ahínco, iniciando una carrera por la posesión del arma nuclear con los medios que hayan sobrevivido a doce días de bombardeos. Pero, también otros habrán tomado nota de esta realidad y podrían poner en marcha sus propios programas nucleares militares de forma encubierta. Finalmente, no podemos cerrar este análisis sin afirmar que estamos asistiendo en directo a la extinción de una norma fundamental del orden jurídico internacional como es la prohibición del uso de la fuerza establecida en la Carta de las Naciones Unidas. Y esto sucede porque en un sistema internacional cada vez más complejo e inestable las grandes potencias no asumen sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad.  

AC/DC: “Hells Bells.”