El 12 de agosto de 2020 se conmemora el vigésimo aniversario del hundimiento del submarino nuclear de ataque K-141 Kursk durante unas maniobras de la Flota del Norte de la Marina rusa en el mar de Barents. A las 07.28 UTC de ese día se produjo una primera explosión en la cámara de torpedos y dos minutos y quince segundos después una segunda explosión devastadora acabó de forma inmediata con las vidas de los tripulantes hasta el compartimento número cinco. Los veintitrés supervivientes, que buscaron refugio en el compartimiento número nueve, a popa del buque, fallecieron pocos días después y antes de que se pudiera acometer con éxito el rescate con medios técnicos y humanos proporcionados por la Marina británica. Algunos de estos marinos dejaron testimonios por escrito de esos días que fueron ser recuperados una vez se pudo acceder al interior del submarino nuclear hundido, en los que dan muestra de profesionalidad, entereza y amor a sus seres queridos. En total ciento dieciocho marinos, miembros de la tripulación del submarino nuclear y del estado mayor de la 7ª División de Submarinos que estaban a bordo auditando el ejercicio, se convirtieron en héroes para siempre. Merece la pena recordar la secuencia de los acontecimientos: las primeras grandes maniobras navales de la Flota del Norte desde la caída de la Unión Soviética, un recién nombrado presidente Vladimir Putin al frente del país, el deseo de los altos mandos navales de mostrar al nuevo presidente las capacidades de combate de la Marina rusa y la presencia en el mar del submarino nuclear de ataque más moderno y poderoso de la Flota del Norte, que había regresado de una patrulla exitosa en el Mediterráneo en la que se había dedicado a seguir a los buques de la Alianza Atlántica durante la campaña militar aliada contra la República de Yugoslavia en la primavera de 1999. Sin embargo, la pérdida del Kursk puso de manifiesto de forma terrible las carencias que acumulaba la Marina rusa -y las Fuerzas Armadas en general- después de una década de abandono, de falta de recursos financieros y de dirección política. Es indudable que las autoridades rusas tomaron nota de las graves consecuencias que acarrea para la supervivencia del Estado la retirada del Poder político y fueron adoptando, a lo largo del tiempo, las decisiones necesarias para recuperar no solo el prestigio de las instituciones, incluido el estamento militar, sino el ejercicio efectivo de las competencias estatales que, en última instancia, tienen el deber de garantizar la vida, la existencia y el bienestar de la Nación.
Sobre el hundimiento del Kursk y las operaciones de rescate y reflotado posterior del submarino, véase la entrada KURSK: UNA TRAGEDIA DE LOS SUBMARINOS NUCLEARES RUSOS de octubre de 2019.
Es increíble, pero ya han pasado veinte años.
ResponderEliminar"20 years after Kursk, Russia moves from tragedy to redefined underwater warfare capability":
ResponderEliminarhttps://thebarentsobserver.com/en/security/2020/08/20-years-after-kursk-russia-moves-tragedy-attempted-deep-sea-supremacy-north
20 лет гибели "Курска"
ResponderEliminarhttps://bmpd.livejournal.com/4111819.html
"Kursk submarine disaster: Painful memories linger, 20 years on", with a video, in https://www.dw.com/en/kursk-submarine-disaster-painful-memories-linger-20-years-on/av-54538423
ResponderEliminar