La cátedra Manuel Bulnes del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile, bajo la dirección del profesor Dr. Cristián Garay Vera, organizó y coordinó la séptima edición de sus Jornadas de Historia en su sede santiaguina del 28 al 30 de octubre de 2025 tanto en formato presencial como a distancia. La exposición de las comunicaciones propuestas se distribuyó en seis mesas temáticas: Mesa 1 sobre pensamiento militar, doctrina y conflictos contemporáneos; Mesa 2 sobre guerra, poder y representación global; Mesa 3 sobre diplomacia, representación y guerras en el siglo XX; Mesa 4 sobre Historia, memoria y actores transnacionales; Mesa 5 sobre guerra, economía y hegemonía global; Mesa 6 sobre relaciones internacionales, mediación y paz. Las Jornadas se clausuraron con una conferencia del Dr. Hugo Harvey -la convocatoria de las Jornadas está disponible aquí-. Respondiendo a la convocatoria de los organizadores, además de formar parte del comité académico de las jornadas, presenté en la Mesa 5 la comunicación titulada “Desarrollos recientes de sistemas de combate estratégicos rusos: esfuerzos de Rusia para el mantenimiento de la disuasión clásica”, donde insistimos en nuestras tesis fundamentales sobre que los conflictos recientes en Ucrania, Oriente Medio y Sudeste Asiático muestran una renovada vigencia de la disuasión y de la amenaza de uso de armas nucleares para resolver los diferendos entre grandes potencias. A pesar de que el riesgo de proliferación permanece contenido y sigue habiendo pocos actores nucleares, los poseedores no dudan en aumentar sus capacidades de combate estratégico, potencian la disuasión armada y no dudan en esgrimir la amenaza nuclear para tratar de disuadir a sus oponentes. En el caso de Rusia, en 2018 se pusieron sobre la mesa una serie de programas de armas ofensivas estratégicas con las que buscan no solo mantener la paridad con los Estados Unidos, sino también disponer de capacidad creíble para atacar y destruir en caso de conflicto los sistemas antimisiles estadounidenses que despliegan en Europa y Asia. Los dirigentes rusos consideran que esas capacidades son necesarias para que sigan funcionando los principios de la disuasión bajo la premisa de una guerra nuclear entre grandes potencias no se puede librar, porque, en caso de que ocurriera, sería masiva y completamente destructiva. Para ello examinamos esas armas estratégicas ofensivas rusas, su empleo en combate, así como su función en el mantenimiento de la disuasión clásica. Pero, más allá, en un sistema internacional multipolar esos sistemas aumentan el riesgo de proliferación tanto de misiles como municiones hipersónicas y armas nucleares y complican el proceso de toma de decisiones en caso de crisis y conflicto. Es un tema que indudablemente está abierto y sometido a la competición estratégica que están manteniendo las grandes potencias por lo que se anticiparon reflexiones finales, más que conclusiones como tales, que requieren más tiempo de análisis y un mayor esfuerzo reflexivo. Cabe decir que, como todas las actividades que organiza el IDEA, hubo un debate abierto, con intervenciones de gran interés y propuestas teóricas y metodológicas que merecen ser pensadas y sacar conclusiones en temas que cada día ganan prioridad en un mundo complejo e inestable sometido a cambios inesperados y cuyo alcance desconocemos a pesar de los intentos de aprehender el futuro que se nos viene.
EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL GROM-25: SIN SORPRESAS
Desde 2012 las Fuerzas Armadas rusas ejecutan en el mes de octubre el ejercicio principal de sus fuerzas nucleares, que culmina el plan de adiestramiento anual. Durante el primer semestre del año los diferentes componentes de la triada nuclear realizan ejercicios tácticos destinados a verificar la preparación de las fuerzas en los que sistemas móviles de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) realizan ejercicios de dispersión, bombarderos estratégicos vuelos de larga distancia hasta zonas de lanzamiento de misiles sobre el Ártico y los submarinos nucleares estratégicos (SSBN) cargados con misiles (SLBM) con decenas de ojivas nucleares van y vienen en patrullas oceánicas destinadas a garantizar el funcionamiento de la disuasión, es decir, que no haya que usar ninguno de esos sistemas -véase la entrada del ejercicio anterior GROM-24: EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR SIN VÉRTIGO, de octubre de 2024-. En total, unos doscientos ejercicios anuales destinados a probar los diferentes vectores de lanzamiento de armas nucleares. Pero, el GROM (“trueno” en ruso) tiene, además, otros objetivos. El primero es verificar el correcto funcionamiento del sistema de mando y control desde la cúspide del poder político (el presidente) hasta los mandos operativos que ejecutarán las órdenes de lanzamiento. En segundo lugar, comprobar la preparación de las fuerzas para actuar coordinadamente incluso después de haber sufrido un primer ataque (first strike), que puede ser tanto nuclear como convencional masivo, lo que no excluye evidentemente una respuesta nuclear proporcional, que a este nivel significa la aplicación de la estrategia de la destrucción mutua asegurada (MAD). En tercer lugar, busca comunicar a cualquier adversario potencial, alianza o coalición, la capacidad y la voluntad de emplear las armas nucleares para causar daños de proporciones catastróficas en caso de perpetrar una agresión (las excepciones a las fechas del mes de octubre tanto en 2014 como en 2021 fueron el resultado de la búsqueda de ese objetivo). Por tanto, está claro quién decide y cuándo su empleo, solo hace falta que haya alguien dispuesto a cometer un suicidio político y militar. Hasta ahora no ha ocurrido, pero no se puede excluir que suceda, porque en cierto modo la historia enseña que la soberbia humana no tiene límites y, en ciertos momentos, se ha transformado en estupidez, provocando la destrucción de países, responsables políticos y mortandad masiva -véase la entrada «NUCLEAR WAR: A SCENARIO, DE ANNIE JACOBSEN (2024)», de agosto de 2025-. Hasta el siglo XX no existieron mecanismos que reprimieran esas acciones, pero el arma nuclear introdujo la racionalidad (entendida también como el cálculo del coste-beneficio) en un enfrentamiento que en el caso de grandes potencias sería de destrucción masiva. Como hemos escrito en otro lugar, lo que quedaría sería mundo muerto como resultado del error más trágico de la historia. Por tanto, el ejercicio GROM, como también el Global Thunder estadounidense, es una llamada regular a no cometer estupideces, mucho más necesaria en estos tiempos donde el uso de la fuerza ha recuperado su posición frente a las declaraciones y deseos de paz infinita y universal para todos los pueblos, que nunca ha existido a lo largo de la historia. De este modo, el 22 de octubre de 2025 las fuerzas nucleares estratégicas rusas bajo las órdenes del presidente Vladimir Putin efectuaron el lanzamiento de armas de largo alcance. Un ICBM RS-24 Yars desde un sitio ubicado en el cosmódromo de Plesetsk, oblast de Arcángel y un SLBM R-29RMU2 Sinevá desde el SSBN K-117 Briansk que navegaba en inmersión en el mar de Barents, ambos misiles alcanzaron sus objetivos en el polígono de tiro de Kura, en la península de Kamchatka, y bombarderos estratégicos Tupolev Tu-95MS lanzaron misiles de crucero. Además, bombarderos supersónicos Tu-22M3 volaron hasta el mar Báltico escoltados por cazas Sukhoi Su-27P y Su-35S, en misiones similares a las que practican contra Ucrania. Por tanto, en medio de una guerra convencional a gran escala, soportando sanciones masivas e intentos de aislamiento internacional por parte de Occidente los dirigentes rusos reafirman su presencia, capacidad y voluntad para emplear las armas nucleares cuando estimen que ha llegado el momento, decisión que únicamente les incumbe a ellos, pero que, en caso de ocurrir, tendrá consecuencias terribles para todos. Entonces, parece que sería oportuno buscar con ahínco el fin al conflicto de Ucrania donde, como guerra por delegación, se mantiene latente el peligro de escala, o negociar la extensión del Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (Nuevo START), que expira el 5 de febrero de 2026, o fortalecer los mecanismos de no proliferación tanto en el marco del tratado homónimo (TNP) como otros acuerdos multilaterales en los que participan las grandes potencias nucleares, o finalmente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (los Estados nucleares legales conforme al TNP) deberían alcanzar un gran acuerdo político para establecer mecanismos de transparencia, intercambio de informaciones e inspecciones que restauren la confianza mutua entre ellas porque esta será la verdadera garantía de la paz y la seguridad mundiales. Mientras tanto, seguiremos bordeando el abismo, con unos pocos que pueden tomar decisiones y el resto que las sufrirá de una u otra manera.
NUEVOS MODELOS DE VISIBILIDAD Y LEGITIMIDAD INTERNACIONALES EN UN MUNDO COMPLEJO E INESTABLE
El 10 de octubre de 2025 el régimen norcoreano organizó otro de sus fastuosos desfiles en Pionyang para celebrar en esta ocasión el 80º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores de Corea, donde se mostraron los principales vectores de lanzamiento de armas nucleares que poseen, desde los impresionantes tractores-lanzadores de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Hwasong-20 de combustible sólido y doscientas toneladas de empuje hasta los misiles de alcance medio (MRBM) Hwasong-11 armados con atractivos vehículos planeadores (glider) hipersónicos. Estos y otros sistemas con capacidad nuclear están destinados a impresionar a los observadores extranjeros, es decir, cumplir el cometido fundamental de la disuasión que es tratar de bloquear cualquier tipo de tentativa de atacar el país, cambiar su régimen político o ambas cosas. Pero, en el contexto de los procesos de cambio mundiales que se han acelerado con la guerra en Ucrania (proxy war), también sirven para mostrar sus capacidades tecnológicas avanzadas, porque su participación en el conflicto del lado ruso también sirve para demostrar que muchos de sus armas no son meros prototipos exóticos, sino que se producen en serie, están operativos, se emplean en misiones de combate y se enfrentan a sistemas occidentales teóricamente superiores, por ejemplo sus misiles balísticos contra las defensas antiaéreas suministradas por los Estados Unidos y sus aliados europeos a Ucrania. En este escenario de enfrentamiento entre grandes potencias, el régimen norcoreano aumenta su visibilidad y legitimidad, cediendo por tanto la idea de Estado aislado y cercado asentada en Occidente durante décadas. De hecho, gracias a su implicación en el conflicto ha mejorado progresivamente su imagen internacional, no con respecto a Occidente, que poco les interesa en ese punto y cuya retórica permanece invariable, si no con las potencias emergentes, que progresivamente ocupan mayores cotas de poder en el sistema internacional global, precisamente a costa de Occidente. Se pueden señalar dos momentos fundamentales en este cambio a favor del régimen norcoreano frente al aislamiento internacional. El primero fue la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Pionyang el 18 y 19 de junio de 2024, después de veinticuatro años. Antes y después le precedieron todos los funcionarios más destacados del régimen putiniano (Lavrov, Shoigú, Belousov) según la estrategia de comunicación clásica del Kremlin. La culminación del renovado reconocimiento ruso se saldó, además de múltiples acuerdos de cooperación en todos los ámbitos de interés mutuo, en la firma de un nuevo acuerdo de asociación estratégica que incluye una alianza de defensa mutua en caso de agresión. Es decir, Rusia es garante de la seguridad de Corea del Norte y ambos están cómodos con esta declaración. La segunda fue la presencia del líder norcoreano, Kim Jong-un, junto a Putin y al presidente chino, Xi Jinping, en Pekín, el 3 de septiembre de 2025 durante los actos conmemorativos del 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en esa parte del mundo. Las muestras de afecto y la proximidad entre esos tres dirigentes pusieron de manifiesto la existencia no solo de estrechas relaciones entre ambos, sino que además el régimen norcoreano también cuenta con la protección de la China comunista. China y Rusia gozan del derecho de veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y, por tanto, tienen capacidad para bloquear cualquier intento de dañar a Corea del Norte (a la recíproca de la política que practican los gobiernos estadounidenses con Israel). Por consiguiente, el supuestamente aislado régimen norcoreano está amparado por dos grandes potencias frente a cualquier intento de presión, coacción o amenaza. Sin duda, es el resultado de una inteligente política exterior surgida de la pura necesidad de supervivencia, pero también de saber aprovechar las oportunidades que brinda un sistema internacional cada vez más complejo e inestable. Volviendo al desfile del 10 de octubre de 2025, donde el régimen norcoreano mostró sus capacidades nucleares, junto a Kim estaban presentes el vicesecretario del Consejo de Seguridad ruso, expresidente y exprimer ministro, Dimitri Medvédev, el primer ministro chino, Li Qiang, y el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Tô Lâm (este justo al lado de Kim). Aunque Medvédev asistió en su calidad del presidente del partido oficialista Rusia Unida, ya hemos analizado su papel en el régimen putiniano –DECLARACIONES ANTIEUROPEAS DE MEDVEDEV, de diciembre de 2024–. La presencia de estos dirigentes junto a Kim en Pionyang pone de manifiesto el estrechamiento de relaciones entre los participantes en un contexto de creciente competición estratégica, así como la existencia de un nuevo camino para obtener legitimidad y garantías internacionales más allá de la dominación occidental –véase un análisis extenso en la entrada anterior «LA POLÍTICA EXTERIOR RUSA HACIA LOS BRICS EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA EN UCRANIA», de octubre de 2025–. También como Rusia y China no se pisan, sino que se complementan (comparten cada vez más intereses) tratando de atraer progresivamente a más países del Sur Global a su modelo de nuevo orden mundial, que no es el de Occidente. Entonces, parece que los tiempos de la hegemonía imperfecta han fenecido.
«LA POLÍTICA EXTERIOR RUSA HACIA LOS BRICS EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA EN UCRANIA»
Es el título del documento de análisis más reciente que he publicado en el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) sobre una de las fortalezas de Rusia en el conflicto de Ucrania. Los fundamentos de este texto son que durante la última década se han sucedido una serie de acontecimientos que han potenciado cambios profundos en la estructura del sistema internacional global. Cada vez más funcionarios estatales, internacionalistas y científicos políticos reflexionan sobre la configuración de un sistema multipolar en el que inciden dos factores fundamentales. Por un lado, se observa el retroceso de la potencia hegemónica estadounidense en áreas donde antes dominaba, aunque nunca lo hizo de forma absoluta (tesis de la hegemonía imperfecta que hemos sostenido durante mucho tiempo. Por otro, el desequilibrio de poder ha generado el avance de varias potencias emergentes encabezadas por la China comunista y la Rusia putiniana, que están consolidando poco a poco un bloque de poder alternativo que tiene como objetivo principal contrarrestar la asfixiante, desde su enfoque, dominación de Occidente. La consolidación del grupo BRICS, que responde al acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto con otras estructuras internacionales que también se mencionan en el texto, sirve a ese esfuerzo que persigue ni más ni menos que modificar las reglas del orden jurídico internacional y hacerlo a su favor. Todos estos procesos se han exacerbado con la prolongación del conflicto de Ucrania. El documento comienza con una introducción en la que se hace un breve repaso histórico de los principales eventos de la política exterior rusa desde 2007 en adelante, precisamente tomando como punto de partida el famoso discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, en la conferencia de seguridad de Múnich, donde definitivamente llamó la atención sobre la ruptura de los acuerdos político-estratégicos que habían puesto fin a la Guerra Fría. Se trata de acontecimientos conocidos, pero que requieren ser revisados para comprender muchas de las decisiones más recientes. También se establecen las bases teóricas del análisis, porque estos procesos han sido descritos adecuadamente por la escuela realista. En cuatro epígrafes examinamos la creación y consolidación del grupo BRICS, la ruptura de Rusia con Occidente en 2022, la importantísima cumbre de Kazán en octubre de 2024 para los intereses rusos en la guerra en Ucrania, así como las perspectivas de desarrollo de la asociación, en la que participan las principales potencias mundiales no occidentales. En las conclusiones se afirma que el Kremlin ha recurrido activamente a la diplomacia, sus agentes han buscado nuevos socios políticos y comerciales, han utilizado los foros internacionales para exponer sus posiciones y han sido capaces de organizar dos grandes cumbres que han involucrado a una mayoría de países del Sur Global. Se han presentado como una potencia benévola que propugna un orden internacional más justo, pero mientras tanto no han cejado de aplicar la fuerza contra Ucrania con el objetivo de establecer un nuevo régimen de seguridad en Europa oriental que satisfaga sus necesidades de seguridad. Esta es su estrategia y parece que han tenido éxito, porque a pesar de los intentos de Occidente no solo no están aislados, sino que a través de todas sus relaciones bilaterales y multilaterales participan en foros y conferencias internacionales y, lo que es más grave, continúan obteniendo recursos en los mercados internacionales para seguir financiando la agresión contra Ucrania después de más tres años y medio del estallido del conflicto.
Referencia bibliográfica completa: PÉREZ GIL, L.: «La política exterior rusa hacia los BRICS en el contexto de la guerra en Ucrania», Documento de Análisis IEEE núm. 60/2025, 1 de octubre de 2025, en https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2907072/la_politica_exterior_rusa_2025_dieeea60.pdf/
Versión en inglés: https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2907072/la_politica_exterior_rusa_2025_dieeea60_eng.pdf/






