NUEVOS MODELOS DE VISIBILIDAD Y LEGITIMIDAD INTERNACIONALES EN UN MUNDO COMPLEJO E INESTABLE

El 10 de octubre de 2025 el régimen norcoreano organizó otro de sus fastuosos desfiles en Pionyang para celebrar en esta ocasión el 80º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores de Corea, donde se mostraron los principales vectores de lanzamiento de armas nucleares que poseen, desde los impresionantes tractores-lanzadores de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Hwasong-20 de combustible sólido y doscientas toneladas de empuje hasta los misiles de alcance medio (MRBM) Hwasong-11 armados con atractivos vehículos planeadores (glider) hipersónicos. Estos y otros sistemas con capacidad nuclear están destinados a impresionar a los observadores extranjeros, es decir, cumplir el cometido fundamental de la disuasión que es tratar de bloquear cualquier tipo de tentativa de atacar el país, cambiar su régimen político o ambas cosas. Pero, en el contexto de los procesos de cambio mundiales que se han acelerado con la guerra en Ucrania (proxy war), también sirven para mostrar sus capacidades tecnológicas avanzadas, porque su participación en el conflicto del lado ruso también sirve para demostrar que muchos de sus armas no son meros prototipos exóticos, sino que se producen en serie, están operativos, se emplean en misiones de combate y se enfrentan a sistemas occidentales teóricamente superiores, por ejemplo sus misiles balísticos contra las defensas antiaéreas suministradas por los Estados Unidos y sus aliados europeos a Ucrania. En este escenario de enfrentamiento entre grandes potencias, el régimen norcoreano aumenta su visibilidad y legitimidad, cediendo por tanto la idea de Estado aislado y cercado asentada en Occidente durante décadas. De hecho, gracias a su implicación en el conflicto ha mejorado progresivamente su imagen internacional, no con respecto a Occidente, que poco les interesa en ese punto y cuya retórica permanece invariable, si no con las potencias emergentes, que progresivamente ocupan mayores cotas de poder en el sistema internacional global, precisamente a costa de Occidente. Se pueden señalar dos momentos fundamentales en este cambio a favor del régimen norcoreano frente al aislamiento internacional. El primero fue la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Pionyang el 18 y 19 de junio de 2024, después de veinticuatro años. Antes y después le precedieron todos los funcionarios más destacados del régimen putiniano (Lavrov, Shoigú, Belousov) según la estrategia de comunicación clásica del Kremlin. La culminación del renovado reconocimiento ruso se saldó, además de múltiples acuerdos de cooperación en todos los ámbitos de interés mutuo, en la firma de un nuevo acuerdo de asociación estratégica que incluye una alianza de defensa mutua en caso de agresión. Es decir, Rusia es garante de la seguridad de Corea del Norte y ambos están cómodos con esta declaración. La segunda fue la presencia del líder norcoreano, Kim Jong-un, junto a Putin y al presidente chino, Xi Jinping, en Pekín, el 3 de septiembre de 2025 durante los actos conmemorativos del 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en esa parte del mundo. Las muestras de afecto y la proximidad entre esos tres dirigentes pusieron de manifiesto la existencia no solo de estrechas relaciones entre ambos, sino que además el régimen norcoreano también cuenta con la protección de la China comunista. China y Rusia gozan del derecho de veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y, por tanto, tienen capacidad para bloquear cualquier intento de dañar a Corea del Norte (a la recíproca de la política que practican los gobiernos estadounidenses con Israel). Por consiguiente, el supuestamente aislado régimen norcoreano está amparado por dos grandes potencias frente a cualquier intento de presión, coacción o amenaza. Sin duda, es el resultado de una inteligente política exterior surgida de la pura necesidad de supervivencia, pero también de saber aprovechar las oportunidades que brinda un sistema internacional cada vez más complejo e inestable. Volviendo al desfile del 10 de octubre de 2025, donde el régimen norcoreano mostró sus capacidades nucleares,  junto a Kim estaban presentes el vicesecretario del Consejo de Seguridad ruso, expresidente y exprimer ministro, Dimitri Medvédev, el primer ministro chino, Li Qiang, y el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Tô Lâm (este justo al lado de Kim). Aunque Medvédev asistió en su calidad del presidente del partido oficialista Rusia Unida, ya hemos analizado su papel en el régimen putiniano –DECLARACIONES ANTIEUROPEAS DE MEDVEDEV, de diciembre de 2024–. La presencia de estos dirigentes junto a Kim en Pionyang pone de manifiesto el estrechamiento de relaciones entre los participantes en un contexto de creciente competición estratégica, así como la existencia de un nuevo camino para obtener legitimidad y garantías internacionales más allá de la dominación occidental –véase un análisis extenso en la entrada anterior «LA POLÍTICA EXTERIOR RUSA HACIA LOS BRICS EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA EN UCRANIA», de octubre de 2025–. También como Rusia y China no se pisan, sino que se complementan (comparten cada vez más intereses) tratando de atraer progresivamente a más países del Sur Global a su modelo de nuevo orden mundial, que no es el de Occidente. Entonces, parece que los tiempos de la hegemonía imperfecta han fenecido.

Nimus: “Lullaby”.

«LA POLÍTICA EXTERIOR RUSA HACIA LOS BRICS EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA EN UCRANIA»

Es el título del documento de análisis más reciente que he publicado en el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) sobre una de las fortalezas de Rusia en el conflicto de Ucrania. Los fundamentos de este texto son que durante la última década se han sucedido una serie de acontecimientos que han potenciado cambios profundos en la estructura del sistema internacional global. Cada vez más funcionarios estatales, internacionalistas y científicos políticos reflexionan sobre la configuración de un sistema multipolar en el que inciden dos factores fundamentales. Por un lado, se observa el retroceso de la potencia hegemónica estadounidense en áreas donde antes dominaba, aunque nunca lo hizo de forma absoluta (tesis de la hegemonía imperfecta que hemos sostenido durante mucho tiempo. Por otro, el desequilibrio de poder ha generado el avance de varias potencias emergentes encabezadas por la China comunista y la Rusia putiniana, que están consolidando poco a poco un bloque de poder alternativo que tiene como objetivo principal contrarrestar la asfixiante, desde su enfoque, dominación de Occidente. La consolidación del grupo BRICS, que responde al acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto con otras estructuras internacionales que también se mencionan en el texto, sirve a ese esfuerzo que persigue ni más ni menos que modificar las reglas del orden jurídico internacional y hacerlo a su favor. Todos estos procesos se han exacerbado con la prolongación del conflicto de Ucrania. El documento comienza con una introducción en la que se hace un breve repaso histórico de los principales eventos de la política exterior rusa desde 2007 en adelante, precisamente tomando como punto de partida el famoso discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, en la conferencia de seguridad de Múnich, donde definitivamente llamó la atención sobre la ruptura de los acuerdos político-estratégicos que habían puesto fin a la Guerra Fría. Se trata de acontecimientos conocidos, pero que requieren ser revisados para comprender muchas de las decisiones más recientes. También se establecen las bases teóricas del análisis, porque estos procesos han sido descritos adecuadamente por la escuela realista. En cuatro epígrafes examinamos la creación y consolidación del grupo BRICS, la ruptura de Rusia con Occidente en 2022, la importantísima cumbre de Kazán en octubre de 2024 para los intereses rusos en la guerra en Ucrania, así como las perspectivas de desarrollo de la asociación, en la que participan las principales potencias mundiales no occidentales. En las conclusiones se afirma que el Kremlin ha recurrido activamente a la diplomacia, sus agentes han buscado nuevos socios políticos y comerciales, han utilizado los foros internacionales para exponer sus posiciones y han sido capaces de organizar dos grandes cumbres que han involucrado a una mayoría de países del Sur Global. Se han presentado como una potencia benévola que propugna un orden internacional más justo, pero mientras tanto no han cejado de aplicar la fuerza contra Ucrania con el objetivo de establecer un nuevo régimen de seguridad en Europa oriental que satisfaga sus necesidades de seguridad. Esta es su estrategia y parece que han tenido éxito, porque a pesar de los intentos de Occidente no solo no están aislados, sino que a través de todas sus relaciones bilaterales y multilaterales participan en foros y conferencias internacionales y, lo que es más grave, continúan obteniendo recursos en los mercados internacionales para seguir financiando la agresión contra Ucrania después de más tres años y medio del estallido del conflicto. 

Referencia bibliográfica completa: PÉREZ GIL, L.: «La política exterior rusa hacia los BRICS en el contexto de la guerra en Ucrania», Documento de Análisis IEEE núm. 60/2025, 1 de octubre de 2025, en https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2907072/la_politica_exterior_rusa_2025_dieeea60.pdf/  

Versión en inglés: https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2907072/la_politica_exterior_rusa_2025_dieeea60_eng.pdf/   

SRTW & Nevertown: “Happy Together”.