Desde el 24 de febrero de 2022 la invasión rusa de Ucrania ha puesto de manifiesto que las grandes potencias han recuperado la amenaza nuclear como un recurso válido de su política exterior. En el caso ruso han logrado con éxito que la OTAN no intervenga directamente en el conflicto de Ucrania; podemos estar o no de acuerdo con las motivaciones que alegan unos y otros, pero esta parece una consecuencia incontestable de la apelación rusa a su gigantesco arsenal nuclear. Sobre esto hemos reflexionado extensamente en el blog y en otras publicaciones muy recientes, a las que nos remitimos para no extendernos más en la argumentación -véase la entrada "Panorama nuclear global", de abril de 2025-. Pues bien, el 13 de junio de 2025 la Aviación israelí y sus fuerzas especiales iniciaron una campaña militar contra Irán destinada a destruir su programa nuclear, civil y militar. Se puede argumentar que el segundo no existía, como aparece en informes recientes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) o de la directora de Inteligencia Nacional americana, Tulsi Gabbard. Sin embargo, esto era indiferente para los dirigentes israelíes, que llevan décadas esgrimiendo el peligro nuclear de Irán y amenazando con destruir definitivamente esas capacidades bajo el argumento inapelable de que representa una amenaza existencial para su país. Son sus políticas y, al contrario que los dirigentes europeos, suelen cumplir sus responsabilidades, sobre todo cuando está en juego la seguridad del país, escenario casi permanente desde su independencia en 1948. En este punto tenemos que detenernos y recordar que Israel es un Estado nuclear de facto (uno de los nueve que poseen armas nucleares), que no es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear ni de ningún otro acuerdo de control nuclear y, por tanto, la posesión de su arsenal nuclear se alcanzó violando el régimen de no proliferación nuclear mundial establecido por las grandes potencias. La ambigüedad de su política nuclear, que niega siquiera la posesión misma de tales armas, no obsta para que se ponga sobre la mesa esta realidad. Precisamente, como consecuencia de los bombardeos y asesinatos selectivos contra Irán israelíes (mandos militares, científicos y probablemente dirigentes políticos), el 17 de junio de 2025 el parlamento iraní presentó un proyecto de ley de retirada del TNP, que conforme a su artículo X surtiría efectos tres meses después de su notificación, aunque todavía no se ha producido. Durante diez días ambos bandos se dedicaron a bombardearse mutuamente con lo que tenían a mano, unos con aviación de combate, misiles de crucero y vehículos aéreos no tripulados y otros con misiles balísticos de diferentes tipos, que han mostrado su efectividad porque, frente a la propaganda de guerra, no existe ningún sistema antiaéreo imbatible, como lo demostró a una escala muy reducida la guerra de Nagorno-Karabaj (que aportó importantes lecciones en la materia), se está viendo diariamente en la guerra en Ucrania en ambos bandos y ha sido patente en la guerra irano-israelí de estos días. De este modo, los dirigentes israelíes se vieron en la encrucijada de una guerra en la que no habían alcanzado sus objetivos fundamentales (acabar para siempre con el programa nuclear iraní), porque no podían alcanzar algunas instalaciones protegidas en Fordó o Isfahán y, al mismo tiempo, los bombardeos diarios de misiles balísticos iraníes estaban agotando los recursos (misiles y municiones) de su propia defensa antiaérea (la famosa Cúpula de Hierro). Un problema complejo como es el mito del nudo gordiano y que tuvo una solución similar. En la madrugada del 22 de junio de 2025, en una acción coordinada, bombarderos B-2 Spirit estadounidenses con entre siete y catorce bombas pesadas antibúnker GBU-57 y submarinos nucleares con una andanada de treinta misiles de crucero Tomahawk atacaron las instalaciones nucleares iraníes de Fordó, Isfahán y Natanz. Inmediatamente, el presidente Donald Trump proclamó el éxito clamoroso de la operación y llamó a las partes a terminar el conflicto. Es interesante este enfoque político porque cuando se hace esa declaración todavía no hay constancia (no la hay tampoco hoy) de que se haya logrado la destrucción de las instalaciones protegidas que albergaban los elementos más importantes del programa nuclear israelí. Pero, no se puede negar que los Estados Unidos han impuesto su poder entre actores racionales (ambos son conscientes de su incapacidad de sostener una guerra larga) y, por tanto, era mejor para el conflicto, evaluar pérdidas y objetivos alcanzados y prepararse para un nuevo enfrentamiento. Sin embargo esta guerra de doce días, como la ha denominado el presidente Trump, ha puesto sobre la mesa varias cuestiones inquietantes. La primera es el ataque a instalaciones nucleares, con los riesgos inherentes en términos de seguridad radiológica y ambiental, con independencia de que sean civiles (existe una prohibición de Derecho Internacional al respecto) o militares. Segundo, el riesgo de escalada en los ataques, porque en algún momento se barajó la posibilidad de bombardear las respectivas centrales nucleares en servicio de Busher (Irán) o Dimona (Israel), lo que se demostró como perfectamente posible una vez que los misiles balísticos iraníes podían atravesar la Cúpula de Hierro. Esto lleva a un escenario tipo Chernóbil, mucho más peligroso que la detonación de un arma nuclear, con cientos de toneladas de materiales radioactivos arrojados a la atmósfera. Tercero, los dirigentes israelíes, enfrentados a una guerra larga con el acoso diario de los misiles iraníes contra su territorio, su economía distorsionada y su población en permanente zozobra por los ataques continuos podrían tomar la decisión de resolver el conflicto con un ataque nuclear de descabezamiento contra el régimen iraní. Puede considerarse que se trata de un escenario poco probable, pero esta ahí, y como dice el aforismo: se sabe como comienzan las guerras, pero no como terminan. ¿Y qué futuro espera? En lo inmediato, los Estados Unidos han impuesto un acuerdo de alto el fuego que parece, por el momento, que respetan ambas partes. A medio plazo, es probable que se inicien negociaciones de paz con la mediación de los Estados Unidos, Qatar u Omán o los tres a la vez. No obstante, esta guerra arroja una dura lección: solo la posesión de un arsenal nuclear importante inmuniza a un país contra la agresión de otra potencia. Por tanto, el régimen iraní cuenta con fuertes incentivos para alcanzar ese objetivo con más ahínco, iniciando una carrera por la posesión del arma nuclear con los medios que hayan sobrevivido a doce días de bombardeos. Pero, también otros habrán tomado nota de esta realidad y podrían poner en marcha sus propios programas nucleares militares de forma encubierta. Finalmente, no podemos cerrar este análisis sin afirmar que estamos asistiendo en directo a la extinción de una norma fundamental del orden jurídico internacional como es la prohibición del uso de la fuerza establecida en la Carta de las Naciones Unidas. Y esto sucede porque en un sistema internacional cada vez más complejo e inestable las grandes potencias no asumen sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad.
Muy interesantes y oportunas todas las cuestiones que planteas.
ResponderEliminarSolo ver a esos personajes me pongo de mal humor.
ResponderEliminarTema de actualidad, de lectura obligada.
ResponderEliminarY hay cuestiones que desconocemos completamente. ¿Cuántos daños a sufrido Israel?
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
ResponderEliminarMuy complicado y cada vez peor.
ResponderEliminarLos egos de estos personajes no tienen límites.
Notable reflexión.
ResponderEliminarEstimado Luis, interesantes y preocupantes reflexiones. Una sola nota. no estoy seguro de la hipótesis "sobre la sola tenencia de un arma nuclear aseguraría una coexistencia pacífica". Los conflictos (guerras, convencionales, híbridas, multidimensionales) han continuado, con o sin armamento nuclear. Saludos cordiales.
ResponderEliminarExcelente, como siempre.
ResponderEliminarGracias por compartir estas reflexiones.
ResponderEliminarPues vaya. Qué cada palo aguante su vela !!!!
ResponderEliminarInseguridad total
Gracias, nos ayuda a clarificar ideas
ResponderEliminarMagnífico. Enhorabuena. Un abrazo
ResponderEliminarEstá claro que estos últimos acontecimientos tendrán un efecto llamada para todos los países que tengan algún conflicto.
ResponderEliminarAC/DC: “Hells Bells.” fantástico.
ResponderEliminarBuena entrada donde parece claro que quedan muchas cuestiones por resolver.
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarY EEUU,como siempre, metiendo las narices en todos lados 😡
ResponderEliminarY Europa, la UE, en un pozo tan profundo que si se escarba no la encuentras. ¿Dónde están los líderes europeos de los años ochenta y noventa? Ahora se muestran personajes ridículos que no saben. representar
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