La India es una
potencia militar desde su independencia, simplemente por el tamaño de su
ejército, incomparable en toda la región y victorioso en las campañas militares
contra Pakistán con el que ha sostenido tres guerras desde la independencia.
Pero, también ha perdido varios enfrentamientos fronterizos contra su
gigantesco vecino del norte, China, que es el único país que le puede disputar
la hegemonía regional y que, de hecho, se hallan inmersos en una lucha por el
control de las rutas marítimas del océano Índico, que para la India son su “mar
interior”. La disputa por el poder regional con China explica las aspiraciones
nucleares de la India que se concretaron en las pruebas nucleares realizadas en
1974 y 1998. India alcanzó el estatuto de potencia militar y, posteriormente, nuclear,
pero en el siglo XXI el poder militar se disputa también en el espacio, y en
Nueva Delhi entienden no solo que no pueden quedar rezagados respecto de su
vecino del norte, sino que las capacidades espaciales son fundamentales para
mover todo el sistema bélico posmoderno y, singularmente, mantener las
comunicaciones y guiar los misiles de la fuerza de disuasión nuclear embarcada
con la que se han conseguido dotar -lo que es todavía una aspiración en el caso
de China-. La gran ventaja estratégica de la que goza la India es que más allá
de China no existe ninguna potencia con la que mantenga disputas, lo que hace
que pueda gozar de relaciones de asociación estratégica con Rusia, los Estados
Unidos, la Unión Europea y Japón. India esgrime y argumenta que es la primera
democracia del mundo por población, pero como otras grandes potencias, tiene
una historia milenaria, un modelo de sociedad incomparable basado en sus
propias tradiciones y unas élites dirigentes que aspiran a la hegemonía
regional y que, al mismo tiempo, no disputan la hegemonía global al Bloque
Occidental, lo contrario que Rusia y China. Esta es la diferencia fundamental
respecto a China y al nuevo modelo de relación que trata de implementar el
presidente Xi Jinping. Al mismo tiempo, la economía de la India sigue creciendo
a gran velocidad, demostrando una fortaleza basada en la capacidad innovadora y
comercial que hace que amplios sectores de la población puedan salir de la
pobreza -una población que sigue creciendo y que en 2030 superará a China-. Si
se mantienen las tasas de crecimientos -y los estudios económicos de
instituciones internacionales indican que será así-, el gobierno indio dispondrá
de recursos adicionales para continuar con los grandes programas de
modernización militar en curso, el programa nuclear militar y los diferentes
programas espaciales. En concreto, el 28 de diciembre de 2018 el gobierno de
Narendra Modi aprobó un presupuesto de 1.300 millones de dólares destinado a
financiar el programa espacial Gaganyaan
(“Vehículo Orbital”) para que la Agencia India de Investigación Espacial
(ISRO) realice el primer vuelo tripulado nacional en 2022, esto es, en un plazo
de tres a cuatro años. El ministro de Tecnología de la Información, Ravishankar
Prasad, declaró que “el requisito total de los fondos para el programa Gaganyaan está dentro de los 1.300
millones de dólares e incluye el costo de desarrollo tecnológico, la
realización de los sistemas de vuelo y los equipos de infraestructura
esenciales. Como parte del programa se realizarán dos vuelos no tripulados y un
vuelo tripulado.” Para llevar a cabo estos vuelos la ISRO ha desarrollado un
vehículo de lanzamiento GSLV-III (Vehículo de Lanzamiento de Satélites
Geosincrónicos) con capacidad para transportar la carga útil necesaria para
lanzar una nave tripulada Gaganyaan construida
por HAL con tres miembros a bordo y ponerla en órbita terrestre baja. De forma
paralela, la ISRO en cooperación con empresas nacionales ha estado
desarrollando el sistema de escape de la tripulación que se probó con éxito el
5 de julio de 2018 en el Centro Espacial Satish Dhawan de Sriharikota, así como
los sistemas de soporte vital y los trajes espaciales de desarrollo nacional de
DEBEL. En el desarrollo de todos estos sistemas las instituciones indias han
contado con la cooperación de Rusia a través de los diferentes acuerdos de
cooperación en materia científico y tecnológica vigentes. Estos programas
tecnológicos han hecho que la ISRO sea una de las agencias espaciales más
importante del mundo y que la India haya podido desarrollar y operar su propio
sistema de posicionamiento global por satélite IRNSS.
"En el pelo, en el pelo de tu sueño
fueron mis pensamientos enredándose..."
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