El mes pasado examinamos en el blog el volumen creciente de pruebas con cohetes balísticos que está realizando Rusia durante 2011 (http://ullderechointernacional.blogspot.com/2011/10/demasiados-pajaros-volando-al-mismo.html). Estas pruebas se van a mantener en el tiempo y por ello parece pertinente analizar el contexto en el que se inscriben las mismas. La primera impresión es que los dirigentes rusos quieren poner de manifiesto su enfado por el desarrollo del denominado sistema de defensa antimisiles de la Alianza Atlántica (http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20111011/151027230.html) que, aunque todavía no existe nada parecido a un sistema de estas características, ya los responsables políticos y militares rusos advirtieron que lo consideran una amenaza a su seguridad nacional por la pretensión de extenderlo a las mismas fronteras territoriales de Rusia. Y estas consideraciones las plasmaron en la Doctrina Militar de Rusia aprobada por el Presidente Medvédev el 5 de febrero de 2010 (véase nuestro ensayo «La política nuclear de Rusia en la nueva Doctrina Militar de 2010», RGM t. 261, 2011). Pero esta repuesta inmediata no responde por si sola a la intensidad y calidad de las pruebas y lanzamientos que están llevando a cabo las Fuerzas Armadas rusas: Fuerzas de Cohetes Estratégicos (RVSN), Fuerzas Submarinas Estratégicas y Tropas Espaciales (VKS).
La finalidad fundamental es alcanzar el máximo nivel técnico y tecnológico en materia de cohetes balísticos, sistemas de reconocimiento espacial y de transmisión de datos que se perdió tras el hundimiento de la Unión Soviética en los años noventa, es decir, los dirigentes rusos son conscientes de la imperiosa necesidad de mantenerse a la cabeza del desarrollo científico-técnico y tecnológico. Solo de esta manera podrán garantizar la defensa nacional, la seguridad de las comunicaciones terrestres, navales, aéreas, espaciales y en el ciberespacio, el control de los recursos energéticos propios y el acceso sin restricciones a cualquier espacio alejado del globo. En consecuencia, los esfuerzos en esta materia se enfocan en dos vías paralelas: por un lado en la actualización de las fuerzas de cohetes balísticos (pruebas de misiles terrestres RS-12M, RS-12M2 Topol-M y RS-24 Yars, y navales Bulava y Lainer para los submarinos estratégicos Borei y 667BDRM) y, por otro en la expansión plena del sistema de comunicaciones global Glonass-M y en la actualización de los satélites militares de reconocimiento.
Así, el 28 de octubre la Armada rusa realizó el tercer lanzamiento de un cohete R-30 3M30 Bulava desde el SSBN Yury Dolgoruky. El disparo se efectuó en inmersión en el Mar Blanco y el cohete ejecutó su trayectoria balística sin incidencias disparando sus ojivas que alcanzaron los objetivos programados en el polígono de Kura en la península de Kamchatka, Extremo Oriente ruso (http://fr.rian.ru/defense/20111028/191705254.html). Con esta prueba se certifica el sistema estratégico Borei/Bulava, de modo que el SSBN Yury Dolgoruky entrará en servicio el próximo mes de diciembre incorporándose a las Fuerzas Submarinas Estratégicas de la Flota del Pacífico; durante 2012 le seguirá el SSBN Alexandr Nevsky, que actualmente realiza las pruebas de mar en el Mar Blanco. Por su parte, las Fuerzas de Cohetes Estratégicos efectuaron el 3 de noviembre el lanzamiento de un cohete RS-12M Topol desde el cosmódromo de Plesetsk en el norte de Rusia, realizando la misma trayectoria que el anterior hasta el polígono de Kura (http://russianforces.org/blog/2011/11/launch_of_topol_to_confirm_mis.shtml). Un día después (4 de noviembre), las Tropas Espaciales lanzaron desde el cosmódromo de Baikonur en Asia Central un cohete Protón-M que portaba tres satélites de comunicaciones para completar el sistema Glonass-M. El lanzamiento se desarrolló correctamente y los nuevos satélites entraran en servicio en breve (http://sp.rian.ru/neighbor_relations/20111104/151438605.html). Antes de final de año está previsto el lanzamiento de un nuevo satélite desde el cosmódromo de Plesetsk. Con ello, el sistema Glonass, que se puso en servicio en 1993, dispone de una constelación de 24 satélites operativos (además de varios colocados en órbitas de reserva) alrededor del planeta que permite a las autoridades rusas asegurar de forma independiente el control de las comunicaciones terrestres, navales y aéreas y al Poder Político mantener permanentemente la transmisión de órdenes a las Fuerzas Estratégicas desplegadas (la credibilidad de la disuasión descansa en la capacidad de que el Presidente pueda dar en todo momento las órdenes oportunas a las fuerzas nucleares para actuar). Esto es consecuencia de la autoimpuesta responsabilidad compartida de Rusia para garantizar el orden global pues el mantenimiento del equilibrio estratégico es uno de los fundamentos de la relación con los Estados Unidos.
Plesetsk, 3 de noviembre de 2011.Fuente: TV Zvezda
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