CÓMO HA CAMBIADO EL CUENTO O CUANDO UN GENERAL DE LA USAF VOLÓ EN UN BOMBARDERO RUSO CON CAPACIDAD NUCLEAR

 Del 19 al 21 de agosto de 2024 se asistió a una nueva etapa en la escalada en la guerra en Ucrania, cuando aviones no tripulados (RPA) ucranianos (aparentemente un modelo comercial modificado), trataron de llegar a áreas remotas del norte de la Rusia europea, en concreto a la región de Múrmansk, con el objetivo de alcanzar, dañar o destruir alguno de los bombarderos estratégicos estacionados en las bases de la península de Kola y que regularmente bombardean objetivos en profundidad en Ucrania con misiles de largo alcance. Entre los bombarderos con capacidad nuclear ubicados en la base aérea de Olenya, en Kola, se encuentran los supersónicos Tupolev Tu-22M3 (Backfire-C en código OTAN), un producto clásico de la Guerra Fría (entró en servicio en 1983) diseñado específicamente para el ataque antibuque de largo alcance contra los grupos de portaviones de la US Navy y de la OTAN ubicados en el Atlántico y el Pacífico. Estos bombarderos participaron en las guerras de Afganistán, Chechenia, Georgia y Siria y actualmente en la campaña de bombardeo estratégico contra Ucrania lanzando sus municiones de precisión desde posiciones de seguridad alejadas de la línea del frente. Debido a su fiabilidad y capacidades bélicas la Fuerza Aérea rusa (VKS) espera mantenerlo en servicio durante mucho tiempo y desde 2018 está recibiendo una variante modernizada denominada Tu-22M3M cuya característica más visible es la reincorporación de la sonda de repostaje en vuelo de las primeras versiones, que desapareció por aplicación de los tratados de desarme que pusieron fin a la Guerra Fría, pero también a la división de Alemania y al Pacto de Varsovia, en el que se agrupaba toda la potencia militar del imperio soviético. En esta secuencia de eventos históricos únicos incluso una de las partes del sistema bipolar incluso dejó de existir. En efecto, en diciembre de 1991 la Unión Soviética desapareció por el peso de sus propias contradicciones, de su desastrosa ineficiencia económica y, definitiva de su acuciante falta de libertad. Fue en el período posterior de distensión de las relaciones entre el Este y el Oeste (este lenguaje se ha puesto de moda de nuevo) cuando en agosto de 2001 el comandante de la 8ª Fuerza Aérea de los Estados Unidos, general Thomas J. Keck, respondió a una invitación del entonces comandante de la Fuerza Aérea rusa (VVS en aquel momento), general Anatoly Kornukov, para visitar bases e instalaciones aéreas en Rusia con la finalidad de tomar una impresión directa y de primera mano de la ausencia de amenaza entre las partes (habían pasado casi diez años desde el fin del Estado soviético, pero ya Vladimir Putin estaba al frente del país). En una visita oficial de seis días por territorio ruso, el 22 de agosto de 2001 el general Keck (anotemos, expiloto de bombardero B-52 y del extraordinario avión de reconocimiento estratégico SR-71 Blackbird y 886 horas de vuelo en combate) voló en un bombardero Tu-22M3 del 43º Regimiento de Aviación de Entrenamiento de la Aviación de Largo Alcance (Aviación estratégica rusa) desde su base de Riazán-Diáguilevo. La salida incluyó el lanzamiento de bombas sobre un campo de tiro (en su nota biográfica oficial consta el vuelo en Tu-22M3). Es preciso señalar que fue el primer militar de la OTAN que voló en un bombardero supersónico ruso. De esto hace exactamente 23 años. En esta época también se produjo la visita de un submarino nuclear clase Akula a la base naval francesa de Brest o la participación de un destructor clase Udaloy en ejercicios de la US Navy en la costa este de Estados Unidos. Sin embargo, esos tiempos han pasado. Las grandes potencias tratan de resolver de nuevo sus dilemas de seguridad mediante un conflicto bélico, el resto del mundo asistente expectante al resultado del conflicto y Europa tiene en sus mismas puertas una dura guerra convencional, mientras se camina al borde del precipicio de un enfrentamiento nuclear si por poco a alguien se le ocurre aplicar la doctrina de la restauración del miedo enunciada por Karaganov y también por Trenin.  Iván Ferreiro: “Tupolev (2019)”.

13 comentarios:

  1. Muy interesenta esta nota.

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  2. Gracias por compartir estas informaciones.

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  3. Buen artículo, y desgraciadamente creo que llevamos camino de un desastre.

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  4. Interesante artículo e importancia por todo lo que está pasando

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  5. Estimado Luis, otra interesante y preocupante reflexión. Saludos cordiales.

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  6. CARLOS BRITO BARROSO22 de agosto de 2024, 19:16

    Muchas gracias Luis, muy interesante, me gusta la exposición del tema, tiene razón.

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  7. Sigue así, un saludo.

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  8. En efecto, como bien dices, como cambian los tiempos.

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  9. Gracias por compartir!!!

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  10. Desconocía ese dato y es muy interesante.

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  11. Abocados al desastre vamos, me temo.

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