El 12 de octubre de 2022 el presidente Biden firmó la nueva National Security Strategy de los Estados Unidos, que sustituye a la Estrategia anterior firmada por el presidente Trump en enero de 2018 -véase LA NUEVA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL Y LA POSTURA NUCLEAR DE LOS ESTADOS UNIDOS, de febrero de 2018-. El nuevo documento tiene 48 páginas y se estructura en cuatro capítulos y unas conclusiones. El asesor presencial de seguridad nacional Sullivan afirmó que "la era posterior a la Guerra Fría ha terminado definitivamente"; era, etapa o período que, a pesar de reiterados intentos de los científicos políticos, no ha recibido una denominación de consenso, generando expresiones que van desde “posguerra fría” hasta “hegemonía imperfecta” y “multipolaridad”, a su vez con varias acepciones diferentes. Sin embargo, parece que lo que se ha producido es un movimiento circular para llegar al punto de partida: un sistema internacional caracterizado por la lucha por el poder y la influencia entre grandes potencias, lo que ha sido una constante desde la creación de la sociedad internacional, en 1648. De hecho, la Estrategia de Seguridad Nacional de 2022 recoge la retórica de la Estrategia anterior de 2018 y habla sin ambages de una "era de competencia estratégica con las principales potencias”, a las que identifica perfectamente. La nueva Estrategia afirma que "el desafío estratégico más apremiante que enfrenta nuestra visión es el de las potencias que superponen una gobernanza autoritaria con una política exterior revisionista", señalando a China y Rusia como los principales desafiantes. Es decir, volvemos a 1947 (Truman) o 1981 (Reagan) donde unos Estados Unidos encumbrados en una posición de potencia mundial e imbuidos de un mandato autoasignado de mantener el orden internacional liberal frente a los regímenes autoritarios. Esto, en términos realistas, se traduce en la necesidad de bloquear el nacimiento de cualquier potencia que pueda disputar sus esfuerzos para mantener la hegemonía global. Esta visión, inevitablemente, lleva al conflicto. El primer oponente enunciado es Rusia -tanto por el número de referencias que contiene el documento (32 entradas,mientras “Ucrania” suma 30), como por el orden en el conflicto y enfrentamiento sucesivos. Por este motivo, aparece definida como una amenaza "inmediata y continua". China representa el "desafío geopolítico más importante" (pero solo tiene 9 referencias). Es el principal oponente estratégico e ideológico de los Estados Unidos en esta década, a pesar de que la Rusia de Putin sea el objeto preferente de demonización por la invasión de Ucrania. A largo plazo, el gobierno americano está más preocupado por China, que trata de "superponer un gobierno autoritario con una política exterior revisionista", que por una Rusia en declive y de la que ya se han encargado de que se desgaste todo lo que sea necesario para que no represente una amenaza de cara al próximo conflicto en el Indo-Pacífico. Por ende, Europa también está recorriendo el mismo camino, gracias a los testigos silenciosos que, de forma voluntaria, se someten al poder imperial, aun a costa de que sus países, sociedades y economías también se caigan (“Unión Europea” solo tienen 4 referencias). Para enfrentar a Rusia, China y a otras potencias (“Irán” 8 referencias y Corea del Norte solo 1), los Estados Unidos crean, organizan y suman alianzas estables con aliados clave o coaliciones ad hoc (ninguna novedad) para "dar forma al entorno estratégico global" que sirva a sus propios intereses (“aliados” tiene 7 referencias, “Australia” y “Reino Unido” 7 cada uno, “Japón” 5 y “Canadá” solo 2). El documento no deja pocas dudas sobre los escenarios de conflicto con China (“espacio” 16 referencia, “ciber” 13, “mar” 7, “Taiwán” 6, “océano” 2,). Como en todos los documentos que le precedieron, la Estrategia de 2022 afirma que dispondrán de las capacidades necesarias para aplicar su propio poder, por la fuerza y en solitario, si es necesario -entiéndase que la soberanía de otros Estados es reconocida por las grandes potencias solo en función de sus propios intereses, por eso la fuerza continúa siendo un elemento efectivo de la aplicación del poder en la sociedad internacional-. Un presupuesto récord de Defensa de más de 800.000 millones de dólares aprobado por la Administración Biden continúa la política de sus predecesores sobre la bondad del poder militar para contener a otras grandes potencias, dominar a las medianas y destruir a los pequeños países que se les opongan. En este punto es donde entra, como no podía ser de otra manera, la referencia a la guerra nuclear: "Los Estados Unidos no permitirán que Rusia, o cualquier potencia [léase también China], logre sus objetivos mediante el uso o la amenaza de usar armas nucleares" (el término “nuclear” acumula 23 referencias, mientras que “paz” solo 16). En definitiva, nos encontramos ante un documento utilitario, aprobado al calor del desarrollo de la guerra en Ucrania, pensado para responder a una situación a corto plazo y no una estrategia de seguridad que establezca de forma clara y definida los retos a los que debe hacer frente el país en esta década. Pero, siguiendo una secuencia lógica, a este documento le debe suceder, en los próximos meses, una nueva estrategia de defensa nacional en la que se expondrán las prioridades de defensa durante la “década decisiva”, el presupuesto de defensa y otros planes de modernización de las Fuerzas Armadas. Lo veremos y lo analizaremos para sacar conclusiones.
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Y su principal amenaza según ellos: China. Momentos interesantes y complicados estamos viviendo.
ResponderEliminarMaravilloso!! Me ha gustado!!
ResponderEliminarMagnífico resumen del documento. Muchas gracias.
ResponderEliminarMuy buena entrada. Habrá que esperar a la estratégica de Defensa Nacional.
ResponderEliminarMuy bueno e interesante, como siempre.
ResponderEliminarGracias por esta interesante información.
ResponderEliminarHay interesantes reflexiones que es preciso seguir y profundizar.
ResponderEliminarMuy interesante y recomenble lectura.
ResponderEliminarBien visto, así es. Lo del "conflicto" es grave pero inevitable. Nos llevan, primero a la ruina, y segundo a la guerra. No parecen entender que Rusia no necesita para ser fuerte estratégicamente sino cohetes nucleares y materias primas. Lo otro lo pone China. Ninguna razón para el optimismo.
ResponderEliminarArtículo para el que sólo se me ocurre una palabra: sublime
ResponderEliminarLo cierto es que ya desde los años 90 los EE. UU han pretendido desmoronar a Rusia no es nada nuevo, si bien es cierto que lo relativamente nuevo que tampoco lo es sería el globalismo conocido por el NOM. Véase el plan Kalergi 1930 que ha ido adaptándose a lo largo de los años, ahí ya se expone se planea la destrucción del hombre blanco, la destrucción de la familia, las LGTBI, el control de la población, las pandemias, etc. en definitiva, todo lo que estamos padeciendo en los últimos años.
ResponderEliminarY con referencia a Rusia, William Engdahl, uno de los principales expertos geopolíticos del mundo, describió la devastación en Rusia durante la época de Yeltsin como una gigantesca violación organizada por la CIA bajo Georg Bush
https://situacionesdficilesblog.wordpress.com/2022/10/16/los-ee-uu-y-la-otan-en-la-decada-de-1990-ya-trato-de-destruir-a-rusia/