LA STARSHIP DE SPACEX, EL FUTURO DE LA HUMANIDAD Y LA DESCONEXIÓN DE LOS DIRIGENTES POLÍTICOS CON LA REALIDAD
Mientras el mundo
se ve zarandeado por guerras, pandemias y terrorismos de orden ideológico y
violento, algunos visionarios siguen creando un futuro para un mundo mejor. Parece
que esta actividad debería demandarse de los dirigentes políticos, a los que, singularmente
en los regímenes democráticos, la ciudadanía designa para llevar a cabo grandes
proyectos nacionales, avanzar en el desarrollo económico y social y, en
definitiva, crear un mundo mejor. Pero no, no es así. Son grandes empresarios
visionarios, hechos a sí mismos -como casi todos los empresarios del mundo
libre- los que han tomado el testigo de este deber propio de los servidores públicos.
Y con su inteligencia, su capacidad de trabajo y de organización generan ideas
y crean empresas que hacen avanzar a las sociedades, incluso a pesar de los
obstáculos que les ponen los políticos en sus acciones. Entonces, la pregunta
es: ¿Qué hacen estos políticos de los nuevos tiempos? Salvo excepciones,
ahora no hay líderes políticos, como ocurrió en épocas pasadas tanto en Europa y
en los Estados Unidos. Pensemos en la etapa de la Guerra Fría durante la pugna ideológica
con la Unión Soviética o en la época de la reunificación alemana, solo posible
gracias a la coincidencia de unos dirigentes con voluntad clara de resolver los
problemas y crear un futuro mejor para sus países y sus ciudadanos. Los dirigentes
políticos de ahora ningunean la realidad, pretenden cambiar el mundo con discursos
felices, pero no conocen -porque no les interesa- la realidad que pretenden
ordenar, defienden intereses que son desconocidos para el público general y con
el que solo son capaces de conectar con “verdades emocionales”, en las que
enfrentan a buenos y malos salidos de una realidad virtual paralela, no del
mundo que les toca organizar. Su accionar político es caótico y caen rápidamente
en el descrédito por sus propias acciones. Y esto es especialmente grave en el
caso de los “testigos silenciosos” con sus políticas de seguidismo del poder hegemónico.
El problema se plantea cuando llegan las crisis -conflictos, pandemias,
revoluciones o guerras-. ¿Podemos esperar que den soluciones eficaces cuando
viven en una burbuja aislados de sus sociedades? Miremos y admiremos los logros
de los que tienen objetivos claros, que saben dónde deben actuar y persiguen
sus sueños, porque en ellos está el futuro de la humanidad.
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Muy interesante. El debate que plantea debería llegar a más cabezas con el fin de hacerlas pensar sobre el estado en que viven.
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