Las grandes potencias
europeas reunidas en torno a la Agencia
Espacial Europea (ESA) llevan desde junio de 1962 trabajando para alcanzar
la independencia espacial, como un componente fundamental de una verdadera independencia
estratégica europea, puesto que disponer de un sistema propio de comunicaciones
espaciales permitirá tomar decisiones autónomas de los Estados Unidos,
precisamente en una etapa de las relaciones internacionales en la que la
potencia hegemónica en retroceso ha manifestado claramente el viraje estratégico
hacia la cuenca del Pacífico, que es, por otra parte, su área de expansión
natural. El Programa Galileo,
impulsado decididamente por Francia desde finales de los años noventa, plasma
las aspiraciones de independencia estratégica europea en el sector de las
comunicaciones al construir un sistema de posicionamiento global por satélite
que compite en tecnología, precisión y calidad del servicio a los operadores
privados con el GPS americano y el Glonass ruso. Y permitirá a los dirigentes europeos adoptar decisiones
político-estratégicas autónomas en los ámbitos de la seguridad y la defensa,
incluida la participación en conflictos internacionales con uso de la fuerza
armada, ya que la existencia de este
sistema es indispensable para el manejo de los aviones de combate más modernos,
las armas de precisión, los misiles de crucero y los sistemas aéreos no
tripulados de combate y de reconocimiento. En este sentido, la ESA ha
informado que está realizando las tareas de reprogramación necesarias para que
uno de los dos satélites con capacidad operativa plena que entraron en órbitas
erróneas el 22 de agosto de 2014 debido a un fallo en la fase superior Fregat-MT
del cohete propulsor Soyuz entre en funcionamiento correctamente este mismo mes
de noviembre. Si estas actuaciones demuestran su eficacia, se replicarán en el
segundo satélite que permanece inoperativo, de modo que a finales de año el
sistema Galileo disponga ya de una constelación de seis satélites formada por los
cuatro prototipos iniciales lanzados por parejas en octubre de 2011 y octubre
de 2012 y los dos satélites de capacidad operativa completa puestos en órbita
en agosto de 2014. Cuando se encuentre plenamente operativo el sistema Galileo dispondrá de treinta
satélites en servicio (seis de reserva) en órbita terrestre media distribuidos
en tres planos inclinados con un ángulo de cincuenta y seis grados hacia el
ecuador a 23.222 kilómetros de altura, en cada plano habrá diez satélites que tardarán
en completar la órbita del planeta catorce horas, y cada plano dispone de un satélite
de reserva preparado para reemplazar a cualquiera que quede fuera de servicio o
inoperativo. Realmente se trata de la
independencia estratégica europea.
Es evidente que los que más gastan en el espacio son las grandes potencias que forman el directorio mundial, pues consideran como ya constató George Friedman (2010) que las guerras del futuro se dirimirán en el espacio. Aunque en política espacial ninguno de estos gobiernos es un dechado de transparencia, por fuentes abiertas se estima que en 2013 los Estados Unidos gastaron 40.000 millones de dólares, China 11.000 millones, Rusia 8.600 millones e India 4.300 millones -en este sentido el informe más reciente de la OCDE sobre desarrollo de la actividad espacial-. Por su parte, el presupuesto de 2013 de la ESA fue de 4.282 millones de euros -la información detallada en el sitio web de la Agencia-.
Imágenes del aterrizaje de la sonda robótica Philae en el meteorito 67P/Churyumov-Gerasimenko:
Es evidente que los que más gastan en el espacio son las grandes potencias que forman el directorio mundial, pues consideran como ya constató George Friedman (2010) que las guerras del futuro se dirimirán en el espacio. Aunque en política espacial ninguno de estos gobiernos es un dechado de transparencia, por fuentes abiertas se estima que en 2013 los Estados Unidos gastaron 40.000 millones de dólares, China 11.000 millones, Rusia 8.600 millones e India 4.300 millones -en este sentido el informe más reciente de la OCDE sobre desarrollo de la actividad espacial-. Por su parte, el presupuesto de 2013 de la ESA fue de 4.282 millones de euros -la información detallada en el sitio web de la Agencia-.
Imágenes del aterrizaje de la sonda robótica Philae en el meteorito 67P/Churyumov-Gerasimenko:
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