El 23 de mayo las Fuerzas Coheteriles Estratégicas de Rusia efectuaron el lanzamiento de un ICBM desde el cosmódromo de Plesetsk con cooperación con las Tropas Espaciales. Se trata del segundo lanzamiento de prueba de un nuevo cohete balístico basado en silos que deberá sustituir a los cohetes Topol-M actualmente en servicio.
Las fuentes no se ponen de acuerdo de si se trata realmente de un nuevo cohete desarrollado por el Instituto de Tecnología Termodinámica de Moscú o, casi más seguro, un nuevo desarrollo de la exitosa familia de de cohetes Topol/Yars. El primer lanzamiento tuvo lugar el 27 de septiembre de 2011 con resultados no satisfactorios, aunque tampoco transcendió más información sobre el disparo.
La finalidad de estos nuevos desarrollos es doble: por un lado, continuar con la modernización completa de las Fuerzas de Cohetes Estratégicos que garantizan la política de disuasión de Rusia frente a cualquier enemigo exterior; por otro, probar nuevas cabezas de combate hipersónicas destinadas a batir el Sistema de Defensa Antimisiles de los Estados Unidos, tanto el que despliegan en territorio continental como el futuro componente europeo del sistema de defensa. En este sentido, las declaraciones de los responsables políticos y militares de Rusia ha sido claras desde el Presidente hasta los altos mandos de las Fuerzas Armadas: el despliegue de un sistema de defensa antimisiles supone una alteración sustancial de la relación estratégica entre ambas potencias y, por tanto, podrá ser percibido como una amenaza contra la seguridad de Rusia cuando se considere que pueda afectar a la capacidad de combate de las Fuerzas Estratégicas.
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