Pero también en Asia, se encuentra la otra gran potencia emergente del sistema internacional global, la mayor –y también imperfecta– democracia del mundo pero que goza de la particularidad decisiva de que carece de enemigos en el lado occidental. La India desarrolla desde hace décadas una relación especial con Rusia –antes la Unión Soviética–, mantiene extensas relaciones comerciales con la Unión Europea ausentes de conflictos y, desde la etapa de la Administración Bush ha incrementando ostensiblemente las relaciones políticas y estratégicas con los Estados Unidos. En su entorno, solo Pakistán se encuentra en disposición de oponerse pero siempre con el apoyo chino, en otro caso no es adversario para la India como se ha demostrado en los conflictos militares entre ambos países en el siglo pasado; de hecho el desarrollo de la capacidad nuclear militar pakistaní no es nada más que un mecanismo para mantener la independencia política del país en el futuro. Al final de esta década la India superará a China en crecimiento anual del producto interior bruto y dentro de una década más la superará en población. Por ello, la India, junto con China, Rusia y los Estados Unidos, forman el régimen emergente de las Cuatro Potencias que rige el sistema internacional global, con un miembro más que disfruta de enorme influencia en determinados ámbitos sectoriales como es la Unión Europea.
Y, precisamente, es a los europeos a quienes más interesa ampliar las ya excelentes relaciones con la India hacia una asociación estratégica, como las que pueden mantener actualmente con los Estados Unidos o Rusia. Del otro lado, destaca la creciente importancia que da Nueva Delhi a las relaciones con la Unión Europea como proveedor de capacidades para el desarrollo económico nacional, en particular en lo que se refiere al acceso a innovación, nuevas tecnologías, servicios financieros y sistemas de armas de los que carece en la actualidad; más adelante se intuye el interés en la cooperación nuclear civil y el desarrollo de energías alternativas.
En este nuevo marco de relaciones, la India está a punto de anunciar el contrato aeronáutico militar más importante del siglo XXI: la compra de 126 aviones de combate –más 74 opciones– a EADS, el consorcio aeroespacial europeo liderada por Alemania, por un importe superior a los 10.000 millones de dólares (información en http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=5191:eurofighter-ante-la-inminente-decision-del-gran-programa-de-aviones-de-combate-indio&catid=56:industria&Itemid=164). En 2011 la comisión militar especial nombrada por el Ministro de Defensa indio descartó las propuestas rusa, sueca y americana, por lo que quedaron como finalistas del programa MMRCA dos aviones de combate europeos: el Rafale francés y el Eurofighter Typhoon europeo, y todos los analistas consideran que esta es la opción ganadora tanto en lo que se refiere a sus capacidades militares como industriales y financieras. Además, y esto es un elemento fundamental para el gobierno indio, la propuesta europea asegura la transferencia de tecnologías asociadas al sistema de armas propuesto, especialmente en radares electrónicos y misiles. La importancia de este contrato para Europa se puso de manifiesto con la visita oficial a Nueva Delhi a finales de mayo de 2011 de la canciller Merkel, que encabezaba una comisión ministerial y empresarial formada por los Ministros de Exteriores Westerwelle, de Defensa de Maiziere, de Transportes Ramsauer, de Interior Friedrich, de Educación Schavan y los responsables de Siemens, BASF y el Grupo Axel Heitmann (información disponible en http://www.bundeskanzlerin.de/Content/EN/Artikel/_2011/06/2011-05-31-merkel-indien-regierungskonsultationen_en.html). Hay que recordar que la India es el primer importador de armas del mundo con una cuota del 9% en el período 2006-2010 (información disponible en http://sp.rian.ru/Defensa/20110314/148511755.html) y, si en 2012 los Estados Unidos desplazarán a Rusia como principal proveedor de armas de la India –que hasta ahora aporta el 82% de las compras de armamento en el exterior y este año entregará un portaviones modernizado y un submarino nuclear de ataque clase Schuka-B a la Marina india–, es muy posible que a su vez la Unión Europa desplace a los Estados Unidos durante la próxima década como suministrador militar principal. De esta manera, el gobierno indio se asegura las tres fuentes de armamento más importantes a nivel mundial y mantiene entre ellas una paridad que le permite diversificar y mantener en tensión a sus principales proveedores, rompiendo con ello la dependencia estratégica que ha tenido con Rusia desde los años sesenta en este campo –y de la que sigue siendo tributaria China en la actualidad muy a su pesar–.
Para la emergencia de la India como potencia en el sistema internacional global, véase Cohen, S.: India, emerging power. Brookings Institution Press. Washington, 2000; Perkovich, G.: India´s nuclear bomb: The impact on global proliferation. University of California Press. Berkeley, 1999; Suárez Sipmann, M.: "India y Suráfrica: dos países en el mismo espejo", Política Exterior núm. 142, 2011, pp. 150-161; Torre, S. de la: "¿Una nueva era nuclear? De Irán al acuerdo EEUU-India", Política Exterior núm. 111, 2006, pp. 29-33; Zabala, J.: "La India y el nuevo panorama estratégico en Asia meridional", Política Exterior núm. 81, 2001, pp. 95-106.