Como consecuencia de la crisis económica y financiera que asola a las economías occidentales, se están produciendo recortes masivos en los presupuestos de defensa de las grandes potencias que hasta ahora han detentado el poder en el sistema internacional. Puede que no haya otro remedio que actuar así en estos momentos. Por el contrario, las potencias emergentes se encuentran inmersas en un proceso acelerado de rearme y expansión de sus capacidades militares, especialmente en el orden estratégico (así, China, India, Brasil, Turquía). Entonces, nos planteamos: ¿hacia donde va la seguridad de Occidente?
1) La Comisión de la Casa Blanca para el Déficit Presupuestario ha propuesto una reducción del presupuesto del Departamento de Defensa en un 15%, desde los 700.000 millones de dólares actuales. Con esta medida se verán afectados (reducidos o incluso cancelados) programas y proyectos de defensa actualmente en desarrollo: reducción a la mitad del programa del caza F-35A y F-35C, la renuncia al F-35B, la cancelación del vehículo acorazado IFV, la suspensión del convertiplano MV-22 y la suspensión del programa Future Combat System. Pero, incluso una reducción drástica de los gastos en la adquisición de nuevos sistemas avanzados y su sustitución por equipos de generaciones anteriores no contribuirá a reducir significativamente los presupuestos militares. Para que las cargas financieras de la defensa se redujeran de forma efectiva, los Estados Unidos deberían replantearse las operaciones bélicas en Afganistán e Irak, el mantenimiento de unas fuerzas armadas locales incapaces de garantizar ni su propia seguridad y un auténtico ejército paralelo de decenas de miles de instructores y consejeros militares en el extranjero. No existe consenso en las cifras gastadas durante los diez últimos años, pero de lo que no cabe duda es que no han dejado de aumentar año y tras año. Ahora bien, una retirada masiva de Afganistán significaría la constatación definitiva de la incapacidad estratégica de los Estados Unidos para mantenerse como la gran potencia global.
2) En octubre el Ministro alemán de Defensa Guttenberg dio su apoyo a una reestructuración radical de la Bundeswehr que incluye recortes significativos en el presupuesto de defensa, la eliminación del servicio militar obligatorio y una reducción de la fuerza actual de 250.000 soldados a unas Fuerzas Armadas de 180.000 profesionales y voluntarios de carrera. Los empleados civiles se reducirán más de un 30%, de los 75.000 actuales a 50.000. Este programa se basa en las conclusiones de la comisión del expertos creada en abril de 2010 para examinar el futuro de la Fuerzas Armadas y que entregó el 26 de octubre el informe "Pensamiento desde la Misión. Concentración, Flexibilidad, Eficacia". No obstante, ya en el mes de junio, el gobierno federal había decidido un recorte de 8.300 millones de euros en el presupuesto corriente de defensa como parte del esfuerzo nacional para reducir el gasto global en 80.000 millone de euros. La reducción presupuestaria alcanza a sistemas operativos que serán dados de baja de forma prematura (parte de la flota de aviones de carga Transall, más de la mitad de los cazabombarderos Tornado, la totalidad de los submarinos U206), sistemas de armas que se están incorporando actualmente (fragatas F125, helicópteros NH90, cazas Eurofigther) o que se recibirán en un futuro próximo (aviones de transporte estratégico A400M). Se ha establecido una comisión especial, presidida por el Secretario Permanente Walther Otremba, para evaluar el informe hasta enero de 2011.
3) El gobierno británico de coalición conservadora-liberal publicó sucesivamente el 18 y 19 de octubre la nueva Estrategia de Seguridad Nacional y la Revisión Estratégica de Seguridad y Defensa. Ambos documentos ponen de manifiesto las dificultades para conciliar la aspiración de gran potencia con las realidades presupuestarias actuales, más cuando el gobierno de Cameron denunció un desfase presupuestario de más de 150.000 millones de libras. El Secretario del Tesoro George Osborne ha forzado una reducción del presupuesto de defensa en un "punto medio" de alrededor del 6% que, en todo caso, supone un recorte drástico para unas Fuerzas Armadas ya excesivamente tensionadas por los despliegues internacionales (Irak, Afganistán y territorios de ultramar). Entre las medidas más drásticas se encuentran la posible pérdida de capacidad de desembarco anfibio de la Royal Navy, la reducción del número de cazabombarderos Tornado y Harrier y la eliminación de la aviación naval de ala fija hasta la llegada del F-35B (si llega). Incluso antes de la publicación de los nuevos documentos de seguridad nacional la Administración Obama emitido un duro comunicado contra los importantes recortes en el presupuesto de defensa británico, indicando que generarían perjuicios para la Alianza Atlántica y podrían afectar a la special relationship transatlántica. La secretaria de Estado Hillary Clinton y el Secretario de Defensa Robert Gates también manifestaron su preocupación por los recortes en las Fuerzas Armadas británicas y sus consecuencias negativas para la seguridad internacional. Por su parte, el Secretario de Relaciones Exteriores británico William Hague trató de restar importancia a las críticas americanas diciendo que "seguiremos siendo un país muy serio en lo que hace a la defensa".
Las conclusiones son pésimas. Mientras Rusia sigue amenazando y creciendo en capacidad operativa convencional y nuclear, igual que China, los Estados Unidos fracasan ya en su función hegemónica. Esto lleva a reflexiones de alcance: primero, el eje atlántico se debilita en proporciones gigantescas y, segundo, el enemigo estratégico real (una eventual coalición formada por Rusia y China) crece en proporción inversa al decrecimiento occidental. Estos cambios en la estructura internacional ponen de manifiesto el inexorable cumplimiento de la tesis sistémica del equilibrio. Ahora el sistema internacional se compone de tres regímenes: el euroatlántico hasta ahora hegemónico, el asiático (en manos de China-Rusia-Estados Unidos) en situación de equilibrio precario y el régimen de inestabilidad periférica (en manos de India-Pakistán-Irán-Brasil) bajo la influencia decisiva de China y Rusia.
Nota final: El presupuesto de defensa de Rusia ascendió en 2009 a unos 37.875 millones de dólares. En los próximos tres años se prevé un aumento de los gastos militares en un 60%: de 41.830 millones de dólares en 2010 a 67.014 millones en 2013; la mayor parte de las asignaciones presupuestarias se destinarán a la Armada, la Fuerza Aérea y las Tropas Espaciales ("Gastos militares de Rusia crecerán en 60% hasta 2013", Ria-Novosti, 30 de julio de 2010, en http://sp.rian.ru/onlinenews/20100730/127304570.html). Por otra parte, el Director del Centro de Análisis de Comercio Mundial de Armas, Igor Korotchenko, informó recientemente que Rusia suministrará armamento y equipo militar a China en los próximos tres años por un valor de 1.300 millones de dólares. Es preciso recordar que las exportaciones de armamento ruso a China alcanzaron los 14.055 millones de dólares en el período 2002-2009 (información disponible en http://sp.rian.ru/Defensa/20101123/147942787.html).
La posición oficial de la OTAN sobre los recortes presupuestarios en materia de defensa ha sido publicada el 23 de noviembre de 2010: "NATO Capabilities in an Age of Austerity", documento disponible en http://www.nato.int/cps/en/natolive/news_69014.htm
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