Mientras continúan enfrascadas en una guerra convencional compleja en Ucrania, en diciembre de 2022 las Fuerzas Armadas rusas pusieron en servicio nuevos sistemas de armas estratégicas que refuerzan las capacidades de combate de la triada nuclear. El 17 de diciembre de 2022 el comandante de las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN), general Sergey Karakayev, anunció la entrada en servicio de los dos primeros misiles balísticos intercontinentales (ICBM) UR-100NUTTK en silos armados con el vehículo planeador hipersónico Avangard en un segundo regimiento perteneciente de la 13ª División de Misiles de Dombarovsky, en Oremburgo -véase la entrada LAS FUERZAS DE COHETES ESTRATÉGICOS DE RUSIA ACTIVAN EL SEGUNDO REGIMIENTO ARMADO CON OJIVAS HIPERSÓNICAS AVANGARD, de noviembre de 2022-. Además, el 21 de diciembre el general Karakayev informó durante una comparecencia pública anual que se había completado el reequipamiento de dos nuevos regimientos de misiles con ICBM RS-28 Yars: el 214º Regimiento de la 28ª División de Misiles de Kozelsk, en Kaluga, y el 510º Regimiento de la 7ª División de Misiles de Vypolzovo, en Tver. Por su parte, el 29 de diciembre, en un acto presidido por el presidente ruso, Vladimir Putin, por videoconferencia las Fuerzas Submarinas Estratégicas recibieron el sexto submarino nuclear con misiles balísticos (SSBN) de la clase Borey, Generalísimo Suvorov, y a continuación se botó el séptimo, el Emperador Alejandro III, en los astilleros Sevmash de Severodvinsk, en el norte de la Rusia europea. Durante el acto, Putin declaró que los astilleros rusos aumentarán el ritmo de construcción y entrega de buques de superficie, submarinos y buques de apoyo y la Marina rusa (VMF) continuará el adiestramiento de nuevas tripulaciones contando con la experiencia adquirida en las operaciones navales en el exterior, incluida la adquirida en la guerra en Ucrania. A su vez, el 30 de diciembre la Planta de Aviación de Kazán completó la producción de dos nuevos bombarderos estratégicos Tupolev Tu-160M en sus dos versiones: el cuarto Tu-120M modernizado (también designado Tu-160M1) y el segundo Tu-160M de nueva construcción (Tu-160M2). Estos sistemas y su entrada en servicio, junto con otros que seguirán en los próximos años, forman parte de los planes de modernización a largo plazo de las fuerzas de disuasión nuclear de Rusia. Son programas conocidos y de los que las autoridades rusas informan regularmente en diferentes foros oficiales y en medios de difusión especializados. Por tanto, no son acciones sorpresivas de las que deban sacarse conclusiones extremas en el contexto de la guerra en Ucrania, pero, sí son un elemento poderoso que demuestra su voluntad de mantener su estatuto de gran potencia y, además, son los garantes de que el país no sea invadido. Por lo que las armas nucleares siguen cumpliendo la función para la que fueron creadas: disuadir la agresión, evitar el conflicto y, por tanto, mantener el orden y la estabilidad entre grandes potencias.
Web dedicada a temas de Derecho Internacional, Relaciones Internacionales y Ciencia Política en forma de artículos y comentarios desde la comunidad de la Universidad de La Laguna (Tenerife, España). «Contemplando el centro de la Historia»
«LOS MIEDOS DE EUROPA ANTE LA GUERRA EN UCRANIA»
Este es el título de mi ensayo más reciente dedicado a analizar el impacto en Europa de la guerra en Ucrania, como parte del Panorama de Seguridad & Defensa Nº 5, editado por el profesor Fulvio Queirolo, bajo el título de «Sobreponiéndose al determinismo geográfico». La tesis fundamental de este análisis es la siguiente: la guerra en Ucrania ha puesto sobre la mesa la relevancia de los asuntos estratégicos, aunque a priori pareciera que antes no estaban ahí o que, simplemente, no debían ser tenidos en cuenta. Esto, obviamente, no sucede en el mundo académico, donde los científicos políticos y los internacionalistas desarrollan sus análisis en sus ámbitos de investigación, conforme a sus marcos teóricos y con los enfoques de las respectivas escuelas de adscripción de cada uno de ellos. Por tanto, a pocos especialistas en asuntos estratégicos sorprende la situación actual, que llevaba gestándose desde hace más de una década, y no nos referimos solo a la situación planteada en Europa por la invasión rusa de Ucrania, sino también a la rivalidad entre los Estados Unidos y la China comunista en el Indo-Pacífico, que marcará los próximos diez años y que, muy probablemente, acabará en un enfrentamiento decisivo entre ellas que determinará la creación de un nuevo orden jurídico internacional. Esta realidad viene determinada porque, a pesar de los avances en el proceso de organización internacional, en la cooperación económica mundial y la globalización, la lucha por el poder y la influencia continúan siendo los factores capitales en los que se fundamentan las políticas exteriores de los Estados y, singularmente, de las grandes potencias, que son las que, con sus decisiones y acciones, mantienen y cambian el orden internacional. Las conclusiones que se exponen son graves porque la situación que se está viviendo en Europa es, precisamente, extremadamente compleja (texto completo disponible aquí).
Los Panoramas de Seguridad y Defensa son una publicación del Centro de Investigaciones y Estudios Estratégicos (CIEE) de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE) de Chile, que se encuentra disponibles en su sitio web.
Referencia bibliográfica completa: Pérez Gil, L.: «Los miedos de Europa ante la guerra en Ucrania», Panorama de Seguridad & Defensa ANEPE núm. 5, diciembre de 2022, en https://anepe.cl/wp-content/uploads/2022/12/Panorama-SD-Los-miedos-de-europa-Comentario-academico-LPG.pdf
PRESENTACIÓN DEL NUEVO BOMBARDERO ESTRATÉGICO B-21 RAIDER
El 2 de diciembre de 2022 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) y del constructor aeronáutico Northrop Grumman llevaron a cabo la ceremonia de presentación del primer prototipo del bombardero estratégico B-21 Raider, con capacidad nuclear, en la Planta Nº 42 de la compañía en Palmdale, California. La presentación contó con toda la parafernalia de este tipo de eventos, más cuando las partes implicadas afirman que se trata del avión más avanzado construido hasta ahora, aunque no se facilitaron datos de características de vuelo ni, mucho menos, capacidades. Las características físicas del nuevo avión son similares a las del B-2 Spirit, el avión más avanzado de su tipo actualmente en servicio: un bombardero con capacidades furtivas, tanto por su diseño en forma de ala volante como por los materiales empleados en su construcción. No obstante, rápidamente se aprecia que se trata de una aeronave más pequeña, con modificaciones en las tomas de aire, en el diseño de la cabina de los pilotos y en la salida de los motores. Es probable que tenga un rango de vuelo subsónico y alcance global gracias a la capacidad de reabastecimiento en vuelo.
En cuanto a las capacidades internas es un secreto que se mantendrá durante mucho tiempo, como es propio de un avión con las misiones que tendrá asignadas en B-21: primaría de ataque nuclear y secundaria de ataque convencional en conflictos de baja intensidad. En realidad, no se reveló si el ejemplar presentado es un modelo estático o si tiene capacidad de vuelo, pero directivos de Northrop Grumman afirmaron que otros cinco ejemplares están en construcción en estos momentos y que se realizará el primer vuelo en 2023. Hay que recordar que el 3 de febrero de 2020 la USAF publicó dos imágenes del nuevo bombardero en sendas bases en territorio estadounidense, pero que no pasaban de ser recreaciones de un avión que, por aquellos, momentos, todavía estaba en construcción, y el 24 de noviembre de 2022 anunció su presentación en la fecha en la que finalmente se ha llevado a cabo. En la USAF reemplazará a los tres modelos de bombarderos actualmente el servicio: B-1 Lancer, B-2 Spirit y B-52 Stratofortress, al que significativamente será al último que sustituya, debido a las condiciones de vuelo y coste de operaciones de unos de los aviones más antiguos en servicio en los Estados Unidos y, que según las proyecciones de la propia USAF, podría llegar a los cien años desde el primer vuelo del primer ejemplar -véase la entrada EL FUTURO DE LA FUERZA DE ATAQUE GLOBAL DE LA USAF:DEL B-52 AL BOMBARDERO ARSENAL, de septiembre de 2020-. El objetivo es hacerse con al menos 100 aparatos en un programa de adquisiciones al que se asignó un coste inicial de 80.000 millones de dólares, pero que ya se estima en 100.000 millones, como es propio en todos los programas avanzados del Departamento de Defensa americano. También se anunció que la primera unidad en recibir el B-21 será la 28ª Ala de Bombarderos de Ellsworth (Dakota del Sur) y las siguientes serán la mítica 509ª Ala de Bombarderos de Whiteman (Missouri) y la 7ª Ala de Bombarderos de Dyess (Texas) -sobre la tríada nuclear americana y, en concreto, su fuerza de bombarderos, véase la entrada LA FUERZA DE ATAQUE NUCLEAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN 2020, de mayo de 2020-. Sin embargo, todavía quedan muchos años de desarrollo hasta que entre en servicio en el Mando Estratégico a finales de esta década. En paralelo avanzan otros programas destinados a la modernización completa de las fuerzas nucleares americanas, como el nuevo submarino nuclear estratégico (SSBN clase Columbia), el misil balístico intercontinental GBSD, el misil de crucero de lanzamiento aéreo LRSO y la actualización de las bombas nucleares tácticas B-61, solo por citar los más importantes y más costosos. El objetivo es mantener la capacidad de disuasión y la superioridad tecnológica sobre cualquier adversario potencial en el presente y en un futuro lejano, hasta 2080. Por tanto, mientras las grandes potencias juegan el gran juego del poder y la influencia a escala global, continúan dotándose de más y más capacidades para disuadir a las otras de llegar a un enfrentamiento decisivo. Sin embargo, como estamos viendo con la guerra en Ucrania, las amenazas pueden escalar y, en algún momento, el conflicto puede volverse incontrolable, de modo que, más que prepararse para la paz, estamos en una fase en la que se prepararan para la guerra. En un mundo con varios actores poderosos y escenarios múltiples las posibilidades del conflicto aumentan significativamente, si no se aplican las reglas del equilibrio de poder.
Véase el sitio oficial del bombardero B-21 Raider en la web de Northrop Grumman.
AERO VODOCHODY REINICIA LA PRODUCCIÓN DE AVIONES MILITARES DESPUÉS DE 20 AÑOS
El 29 de noviembre de 2022 representa un hito para la industria aeronáutica y de defensa checa porque, después de veinte años de muchas vicisitudes, desgaste y hasta riesgo de cierre por falta de carga de trabajo, la reconocida empresa Aero Vodochody retomó la construcción de aviones militares con el inicio de producción en serie del avión de entrenamiento y combate ligero L-39NG Albatros. El primer avión, con número de fuselaje 7005, forma parte de un pedido de doce ejemplares ordenado por el gobierno de Vietnam para equipar a un escuadrón de adiestramiento de su Fuerza Aérea. Significativamente, esta Fuerza Aérea ya cuenta con el entrenador avanzado ruso Yak-130, pero ha elegido, además, el avión checo, certificado en 2020. El presidente de la compañía, Viktor Sotona, declaró que actualmente tienen pedidos por treinta y cuatro aviones de este modelo, que aspira a cubrir una parte del mercado de su célebre antecesor, el ubicuo y excelente entrenador L-39 Albatros, totalmente difundido en el espacio exsoviético y en los países que estuvieron bajo la órbita de la Unión Soviética hasta el final de la Guerra Fría con más de 2.900 ejemplares construidos de los que varios cientos continúan volando en cuatro continentes. Hasta ahora, Aero Vodochody ha recibido pedidos de la República Checa (4) para el Centro de Entrenamiento de Vuelo de Pardubice, Vietnam (12), Hungría (12) y Ghana (6). Sotona informó que en 2023 construirán un avión al mes, pero con un objetivo programado de pedidos de 110 aviones en 2025 esperan aumentar el ritmo de construcción a veinticuatro unidades anuales. Aunque hasta hace un poco más de un año el futuro parecía poco halagüeño, en la empresa reconocen que la guerra en Ucrania ha supuesto un impulso inesperado que ha potenciado la construcción de nuevos aviones militares, incluidos los entrenadores avanzados. De este modo, se puede afirmar que la guerra en Ucrania, como casi todas las guerras, también es una bendición para las industrias de defensa que crean nuevos productos, logran nuevos pedidos y llegan a nuevos mercados. Aero Vodochody pertenece al grupo húngaro Aerojet, con una participación minoritaria en manos de la empresa checa Omnipol y cuenta con 1600 empleados.
LAS FUERZAS DE COHETES ESTRATÉGICOS DE RUSIA ACTIVAN EL SEGUNDO REGIMIENTO ARMADO CON OJIVAS HIPERSÓNICAS AVANGARD
El 18 de noviembre de 2022 el Ministerio de Defensa ruso anunció que había comenzado el reequipamiento del segundo regimiento de misiles de las Fuerzas de Cohetes Estratégicos (RVSN) armados con las nuevas ojivas hipersónicas Avangard. El 1 de marzo de 2018 el presidente Putin informó durante el discurso anual a la Asamblea Federal (Duma Estatal y Consejo de la Federación) sobre el desarrollo de unos nuevos sistemas estratégicos avanzados que pondrían a Rusia a la cabeza de las grandes potencias en materia de disuasión nuclear estratégica. Se trataba de cinco sistemas de armas que llevaban décadas en desarrollo y que pudieron avanzar gracias a nuevos desarrollos tecnológicos y a la disponibilidad de los recursos necesarios para acometer dichos programas con el objetivo de ponerlos en servicio -véase la entrada EL PODER DOMINADOR DE LAS ARMAS NUCLEARES Y LA AMENAZA DE LA GUERRA, de marzo de 2018-, entre ellos el vehículo planeador hipersónico (glider) Avangard, reconocido como la respuesta rusa al programa americano Prompt Global Strike -véase la entrada LAS ARMAS DE PRECISIÓN, LA RUPTURA DEL EQUILIBRIO ESTRATÉGICO Y EL SISTEMA DE ATAQUE GLOBAL INMEDIATO DE LOS ESTADOS UNIDOS, de abril de 2015-. Desde el fin de la Unión Soviética los dirigentes rusos saben que la primacía militar rusa y el mantenimiento de su posición como gran potencia mundial se sostiene en la posesión de su inmenso arsenal nuclear, pero para ser creíble debe de ser continuamente actualizado y probado -véase la entrada EJERCICIO GROM-22. RACIONALIDAD Y PODERÍO NUCLEAR EN EL CONTEXTO DE UN CONFLICTO CONVENCIONAL, de octubre de 2022 y las referencias que en ella se contienen- y sostenido en una sólida doctrina de empleo para hacer creíble la disuasión -véase LA ACTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA DE EMPLEO DE ARMAS NUCLEARES DE RUSIA, UNA APUESTA POR EL RÉGIMEN DE ESTABILIDAD ESTRATÉGICA, de junio de 2020-. Precisamente, los excedentes financieros provocados por una fuerte alza en los precios de los hidrocarburos y la mejora general de la economía rusa en la primera década del siglo XXI permitieron poner en marcha sendos programas estatales de armamentos (2011-2017 y 2018-2027) que incluyeron como prioridades la modernización de las fuerzas de disuasión nuclear, las municiones de precisión, las comunicaciones terrestres y espaciales, la robótica aplicada al campo de batalla y la inteligencia artificial. Aunque con resultados desiguales en cada uno de las prioridades establecidas, no cabe duda que el programa de modernización de las Fuerzas Nucleares Estratégicas ha avanzado a buen ritmo después de reemplazar a más de noventa por ciento de los sistemas de combate heredados de la Unión Soviética. Bien es cierto que el programa del nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) pesado RS-28 Sarmat (SS-X-30) se ha retrasado al menos seis años, ya que las primeras pruebas de vuelo completas no se han llevado a cabo hasta 2022 (20 de abril y 18 de noviembre). El Sarmat es un gigantesco misil de combustible sólido de 100 toneladas de peso con capacidad para volar más de 15.000 kilómetros armado con un vehículo de reentrada múltiple independiente (MIRV) con hasta 10 ojivas nucleares o varias ojivas hipersónicas Avangard, que no estará operativo probablemente hasta 2024. El retraso acumulado en su puesta en servicio obligó a las RVSN a activar dos regimientos de misiles estratégicos con viejos ICBM UR-100NUTTK (SS-19 Stiletto Mod. 4) en silos armados con Avangard, hasta que puedan ser reemplazados por el Sarmat. De este modo, en diciembre de 2019 se activó el primero de ellos, el 621º regimiento de misiles de la 13ª División de Misiles de Dombarovsky de Oremburgo, en el Distrito Federal de los Urales, con los dos primeros ICBM URN-100NUTTK con Avangard -el orden de combate de las RVSN se puede consultar en la entrada LAS FUERZAS NUCLEARES DE RUSIA EN 2020, de mayo de 2020-. En diciembre de 2020 se activaron otros dos misiles del mismo tipo y en diciembre de 2021 se completó la dotación inicial de seis misiles y su puesta en servicio plena con un nivel de activación permanente, propio de las unidades de combate de las RVSN. La activación del segundo regimiento de misiles con ojivas hipersónicas Avangard indica la progresión del programa de modernización de las fuerzas de disuasión nuclear rusas en un momento especialmente delicado en el que se habla sin ambages del empleo de armas nucleares o, incluso, del peligro de estallido de la Tercera Guerra Mundial por el peligro de un intercambio nuclear incontrolado y masivo entre los Estados Unidos y Rusia a cuenta del conflicto de Ucrania. En la famosa frase atribuida al físico Albert Einstein, no sabemos cómo se luchará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras.
Vídeo del proceso de carga de un ICBM UR-100NUTTK en silo disponible en: https://tvzvezda.ru/news/202211181812-e7g8J.html
REVISIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL FRANCESA DE 2022
El texto completo de la Revue nationale stratégique de 2022 está disponible en aquí. El texto completo del discurso del presidente Macron aquí.
RUSIA MOVILIZA RECURSOS ESPACIALES EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA EN UCRANIA
En el blog hemos traído a colación varias veces la máxima de Friedman de que la próxima guerra entre grandes potencias se iniciaría en el espacio. La descripción de los conflictos del futuro que realiza en Los próximos años (2010) está en la línea de la sorprendente y hoy en día poco recordada Las guerras del futuro (1993) del matrimonio Toffler. Ambos comparten una extraordinaria capacidad de ver más allá de los acontecimientos presentes para tratar de generar escenarios de futuro con una distancia temporal realmente pasmosa y, tanto en el caso de los Toffler, como más reciente, Friedman, no cabe duda que sus predicciones han resultado asombrosamente acertadas. La genialidad de estas obras radica en la capacidad analítica y la simplicidad en la comprensión de las reglas de funcionamiento del sistema internacional, el poder y la influencia, que les permiten establecer reglas predictivas con un alto nivel de acierto. También, en uno y otro caso, han tenido una influencia académica extraordinaria, pero difícilmente alcanzable hasta el gran público y, mucho menos, a medios generalistas, donde priman los análisis cortoplacistas, de última hora y donde el agente especializado no tiene cabida porque se estima que la capacidad de comprensión del ciudadano medio es baja o muy baja. Sin embargo, el análisis y explicación de este conocimiento es un bien social que debe ser difundido, porque nace de la teoría y no de la ideología y, por tanto, es válido en cualquier sociedad con independencia de su organización política y, me atrevería a decir, de su marco temporal. Pues bien, aplicando la máxima de Friedman citada al principio, la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia decisiva de los medios espaciales en el planeamiento, conducción y ejecución de las operaciones militares para alcanzar los objetivos establecidos. La superioridad de los Estados Unidos en este ámbito es indiscutible, tanto a nivel tecnológico, como de organización y capacidades, que significativamente las aportan tanto el sector gubernamental y militar como el civil, en concreto en materia de comunicaciones de alta velocidad las que presta SpaceX con su sistema Starlink. Las otras grandes potencias le van a la zaga. China ha acelerado sus programas espaciales para intentar reducir la brecha de capacidades, convirtiéndose en el campeón de los lanzamientos espaciales durante dos años consecutivos. Por su parte, Rusia ha continuado con tecnologías y sistemas suficientemente probados, pero sin avances significativos, de modo que se ha ido ampliando la brecha tecnológica que ya existía con los Estados Unidos. Pero, no hay nada como una guerra para espolear la investigación y el desarrollo tecnológicos aplicados, porque todo conflicto bélico implica una carrera por lograr el arma decisiva. El ejemplo paradigmático es el proyecto Manhattan y la obtención de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, su posesión permitió a los Estados Unidos acabar la guerra definitivamente en cuanto recurrió a su empleo y, de paso, cambió la naturaleza del conflicto para siempre. Por tanto, ese desfase de Rusia en el sector espacial se ha mostrado con toda su crudeza en la guerra en Ucrania. Y de ahí, la necesidad perentoria de aumentar capacidades para combatir una guerra donde la contraparte juega con una gran ventaja. A más largo plazo, el dominio del espacio será (es ya realmente) uno de los atributos para considerar a un país como una gran potencia. A sensu contrario, los que se queden rezagados estarán al albur de los más poderosos, que se impondrán con la sola amenaza de apagar los sistemas espaciales, que provocaría el caos para el que lo sufra, por lo que, como en el caso de las armas nucleares, la simple amenaza será suficiente para lograr los objetivos políticos y el uso de la fuerza será marginal. En el mes de agosto de 2022 se vio un incremento importante de las misiones espaciales por parte de Rusia y la China comunista -véase la entrada INTENSA ACTIVIDAD ESPACIAL DE LAS POTENCIAS RETADORAS DE LA HEGEMONIA OCCIDENTAL, de agosto de 2022-. En el caso de Rusia, estas operaciones han continuado aumentando, de modo que, en el mes de octubre de 2022, ha realizado seis lanzamientos para un total de diecinueve en lo que va de año. Al margen de misiones relacionadas con el programa civil de la Estación Espacial Internacional (EEI), la mayor parte han estado destinadas a poner en órbitas satélites de comunicaciones, de reconocimiento o de naturaleza desconocida, pero todos con evidentes aplicaciones militares. El 10 de octubre la corporación espacial rusa Roscosmos lanzó un cohete propulsor Soyuz-2.1b desde el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de la Rusia europea, con el satélite número 17 de la serie GLONASS-K, perteneciente al sistema de posicionamiento global ruso GLONASS, que se compone de veinticinco satélites en órbita, operativos y en reserva. El 12 de octubre un cohete Proton-M lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, llevó al espacio con éxito el satélite de comunicaciones Angosat-2, para Angola. El 15 de octubre un cohete ligero de nueva generación Angará-1.2, que despegó de Plesetsk, puso en órbita un satélite militar de reconocimiento de nuevo tipo que recibió la denominación estándar Cosmos-2560. El 21 de octubre las Fuerzas Espaciales, rama de las Fuerzas Aeroespaciales rusas, lanzaron un cohete Soyuz-2.1v desde Plesetsk con dos satélites militares a bordo de los que las autoridades rusas no facilitaron ningún tipo de información, recibiendo la denominación estándar Cosmos-2561 y Cosmos 2562. El 22 de octubre de nuevo Roscosmos lanzó un cohete Soyuz-2.1b desde el nuevo cosmódromo de Vostochny, en el Extremo Oriente ruso, con cuatro satélites de comunicaciones a bordo: tres Gonets-M (versión civil del satélite de comunicaciones militares Strela-3) y un satélite experimental Skif-D para el sistema de acceso a Internet de alta velocidad Sfera, similar a Starlink o OneWeb occidentales. Finalmente, el 26 de octubre un cohete propulsor Soyuz-2.1a despegó desde Baikonur con la nave de carga Progress MS-21 para la EEI. El estado de guerra en Ucrania, la implicación de las potencias occidentales en el conflicto y el efecto de las sanciones detodo tipo de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países bajo su esfera de influencia contra Rusia plantean cuestiones fundamentales: ¿Rusia tiene capacidad para aumentar sus satélites de comunicaciones y reconocimiento militares a corto plazo? ¿Dispone de la base tecnológica e industrial para llevar a cabo una actualización de sus sistemas espaciales a medio plazo? ¿El coste de la guerra en Ucrania afectará a la financiación del sector espacial, completamente dependiente de los presupuestos gubernamentales? ¿Rusia posee capacidad para mantenerse a largo plazo en la carrera por el espacio? Son cuestiones fundamentales y cuya respuesta determinará, como decíamos más arriba, que continúe formando parte del directorio mundial. En todo caso, la historia de las relaciones internacionales demuestra que el cambio en la estructura internacional solo se produce después de un enfrentamiento decisivo. La guerra en Ucrania no tiene esa naturaleza, pero no pasará mucho tiempo para que se produzca tal conflicto.
EJERCICIO GROM-22. RACIONALIDAD Y PODERÍO NUCLEAR EN EL CONTEXTO DE UN CONFLICTO CONVENCIONAL
El 26 de octubre de 2022 las Fuerzas Armadas rusas llevaron a cabo su ejercicio anual de guerra nuclear GROM-22 ("Trueno", en ruso). El ejercicio tiene como objetivo verificar la preparación de los sistemas de alerta, mando y control rusos para garantizar la respuesta ante un ataque nuclear de un eventual enemigo contra su territorio, sus Fuerzas Armadas o sus países aliados. Por ello, se ejecuta bajo las órdenes del presidente ruso, Vladimir Putin, como jefe del Estado, comandante de las Fuerzas Armadas y cabeza de la autoridad nacional de empleo de las armas nucleares. Como en ocasiones anteriores, Putin estuvo acompañado por el ministro de Defensa, general Sergey Shoigú, y el jefe del Estado Mayor General, general Valery Gerasimov, encargados de transmitir las órdenes a través de la cadena de mando militar hasta los comandantes operativos en sus zonas de operaciones o de despliegue avanzado. En el ejercicio participaron todos los componentes de la triada nuclear estratégica, sin que trascendiera la participación de fuerzas o vectores nucleares de nivel táctico, como si ha ocurrido en ejercicios anteriores, pero es preciso aclarar que tampoco esto una regla. Las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN) dispararon un misil balístico intercontinental (ICBM) RS-24 Yars desde un lanzador móvil situado en el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de la Rusia europea. El misil recorrió 6.200 kilómetros hasta impactar en el polígono de misiles de Kura, en la península de Kamchatka. Al mismo tiempo, el submarino nuclear estratégico (SSBN) K-114 Tula lanzó un misil balístico embarcado (SLBM) R-29RMU Sinevá desde una posición en inmersión en el mar de Barents, que sobrevoló territorio ruso hasta batir un blanco programado en Kura. Finalmente, dos bombarderos estratégicos politurbohélice Tupolev Tu-95MS dispararon en vuelo varios misiles de crucero con capacidad nuclear contra blancos situados en el polígono de tiro de Pemboy, en el norte de Rusia. Una vez finalizado el ejercicio el general Shoigú declaró que las fuerzas de disuasión estratégica habían cumplido todos los objetivos programados en el ejercicio. Pero es preciso tener en cuenta que el planeamiento, el anuncio y la ejecución de este ejercicio se ha producido en el contexto de la campaña militar rusa en Ucrania y bajo la presión de la amenaza de empleo de armas nucleares en dicho conflicto, asunto que, por otra parte, tampoco es nuevo, como ya advirtió Putin en la madrugada del inicio de la guerra el 24 de febrero de 2022, sino que se realiza en un escenario bélico complejo de creciente deterioro del frente terrestre para Rusia. Sin embargo, el poder político ruso, en Kremlin para ser más exactos, ha tratado de lanzar una señal de normalidad con la ejecución del Grom en estos momentos. Por un lado, para demostrar que, a pesar de los reveses militares en Ucrania, las Fuerzas de Disuasión Nuclear están listas para actuar contra cualquier adversario que trate de lanzar un ataque masivo contra Rusia y sus Fuerzas Armadas, dando cumplimiento al principio básico en el que se basa la disuasión, es decir, seguir teniendo la capacidad de contragolpe suficiente para causar daños catastróficos a un potencial adversario. Este mensaje va dirigido contra cualquier gran potencia, cuente o no con armas nucleares y, específicamente contra los Estados Unidos, puesto que no debemos olvidar que juntos, Rusia y los Estados Unidos, tienen el 90% de las armas nucleares existentes en el mundo. Ese mensaje también va dirigido contra Kiev, señalando que Rusia tiene la capacidad para ganar la guerra en cualquier momento, realizando para lograrlo un ataque nuclear demoledor contra las Fuerzas Armadas y las instituciones gubernamentales ucranianas, destruyendo toda capacidad de resistencia de forma terrorífica y radical. Pero aquí es donde entra en juego la racionalidad de los decisores políticos de las grandes potencias, que se ve extraordinariamente reforzada por la posesión de las armas nucleares, la amenaza de su existencia y la capacidad de emplearlas, que debe de ser cierta y no dejar lugar a dudas de ello, pero que, al mismo tiempo, cumple su función con su no empleo. Como demostraron los teóricos de las armas nucleares hace mucho tiempo, su mera posesión disuade por el miedo y su perfección radica en que nunca van a ser usadas, porque el agresor no estará dispuesto a asumir el daño que su empleo lleva implícito. Dejemos de lado, la posibilidad de ganar una guerra nuclear (irrealizable en sí misma), la posibilidad de combatir una guerra nuclear limitada sin que haya escalada o ideas tan peregrinas como escalar para desescalar, que ni siquiera están en los documentos de a quienes se atribuye. De nuevo, los dirigentes rusos han lanzado un mensaje dirigido a las dos contrapartes en el conflicto: tenemos el poder y podemos usarlo, ¿nos veremos obligados a usarlo? Si la racionalidad se impone habrá negociación, en caso contrario el curso de la guerra solo puede llevar más daño y destrucción a Ucrania y la amenaza latente de que una gran potencia (con armas nucleares) no aceptará una derrota cuando están en juego sus intereses nacionales. En el caso de Rusia es así porque se juega su propio territorio (históricamente consideran que es así). En el caso de los Estados Unidos sus objetivos ya se han cumplido y no es necesario seguir escalando.