En una entrada
anterior hemos analizado LA FUERZA DE ATAQUE NUCLEAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN 2020, por lo que parece oportuno actualizar el estudio de su poderoso
equivalente mundial: las Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia. El pasado mes
de diciembre de 2019 trajimos a colación unas palabras del afamado ingeniero y
diseñador jefe del Instituto de Energía Térmica de Moscú, Yuri Solomonov, que
afirmó que Rusia supera a los Estados Unidos en las fuerzas nucleares
terrestres y concluimos que la potencia destructiva máxima del arsenal nuclear
ruso en manos de las fuerzas de misiles estratégicos –denominados cohetes en
ruso– con base en tierra (ICBM) era de 573,20 megatones (Mt), lo que es
equivalente a 31.844 bombas atómicas de Hiroshima, frente a los 261 Mt de su par
americano, la 20ª Fuerza Aérea del Mando de Ataque Global –véase la entrada LAS FUERZAS DE COHETES ESTRATÉGICAS DE
RUSIA SUPERAN A LAS DE ESTADOS UNIDOS
de diciembre de 2019–. Pero se trataba de una comparación parcial porque solo
atañe a la fuerza ICBM, sea en silos o en plataformas móviles (TEL), por lo que
también por este motivo parece pertinente desglosar la composición, estructura y
cometidos de las Fuerzas Nucleares de Rusia. Durante diez años hemos ido
analizando en el blog los diferentes componentes de las fuerzas nucleares de
Rusia, haciendo siempre especial hincapié en las denominadas Fuerzas Nucleares
Estratégicas, porque son las que reúnen la inmensa mayoría de las armas
nucleares del país y porque su misión primordial es la disuasión. Pero al lado de éstas, o junto a éstas, existe un inmenso arsenal de armas nucleares tácticas,
que son fuente de permanente preocupación para los decisores político-militares
de la Alianza Atlántica y los analistas especializados occidentales y que también requieren ser puestas
sobre la mesa a efectos de la comparación que hemos planteado.
Con carácter previo debemos comentar que la Doctrina Militar de Rusia de 19 diciembre de 2014 establece que las armas nucleares cumplen una función disuasoria, pero también desempeñan una función militar porque son la garantía última de la existencia del país –véase la entrada LA DOCTRINA MILITAR DE RUSIA DE DICIEMBRE DE 2014 publicada en enero de 2015–. De forma coherente, no existe una declaración de no primer uso, como sí la hubo en la época soviética, y no contempla su empleo en una guerra nuclear limitada, como expresó gráficamente el presidente Vladimir Putin en el Foro de Valdai el 18 octubre de 2018 –y que hemos reproducido en GROM-2019: EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL de octubre de 2019–. Es decir, para las élites políticas y de seguridad rusas una guerra nuclear siempre implicará el empleo masivo de sus armas nucleares y, por tanto, será una guerra de devastación. Podemos argüir que se trata de un “farol”, es decir, una declaración de máximos destinada a amedrentar a un potencial adversario, pero la cuestión es: ¿quién se atreve a ponerla a prueba si las consecuencias pueden ser absolutamente catastróficas? A principios de 2020 Rusia acumulaba un arsenal nuclear total de 6.366 ojivas nucleares. De éstas, 4.306 están operativas o permanecen almacenadas listas para su uso: 2.436 ojivas son estratégicas –de las que 1.572 estarían desplegadas– y 1.870 ojivas no estratégicas, de teatro o tácticas, que en caso de conflicto estarían a disposición de los mandos operativos de las tres ramas tradicionales de las Fuerzas Armadas –para los datos numéricos hemos seguido los estudios de Kristensen y Korda en su Nuclear Notebook (2020) y cotejados con otros datos disponibles en fuentes especializadas–. El posible desfase entre los datos que ahora se examinan y los publicados conforme a las cláusulas de transparencia del Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (Nuevo START) firmado en Praga el 8 de abril de 2010 se explican porque a los efectos de este tratado los bombarderos estratégicos cuentan como una unidad, con independencia del número de ojivas que puedan lanzar. Además, Rusia dispone de unas 2.060 ojivas nucleares almacenadas a la espera de desmantelamiento, que podrían ser reactivadas en caso de deterioro grave de la situación internacional –en el país existen aproximadamente unas cuarenta instalaciones de almacenamiento permanente de armas nucleares, incluidos diez despósitos centrales de nivel nacional, todo ellos bajo la estricta dependencia del 12º Directorio Principal (12º GUMO) del Ministerio de Defensa, que es el organismo encargado de la guarda, custodia y protección de todas las armas nuclares–. Esto hace un total de 6.366 ojivas nucleares de todos los tipos y estado, frente a las 5.800 que poseen los Estados Unidos. El carácter absolutamente secreto de las características y potencia explosiva de cada una de las ojivas en servicio impide conocer datos reales en todos los casos, e incluso valoraciones aproximadas pueden ser meras elucubraciones estadísticas que tienden a ir a máximos y, por tanto, dar resultados engañosos por exagerados. En todo caso, cuando es posible daremos cuenta de la potencia explosiva de cada ojiva nuclear o capacidad de combate de los vectores que las cargan y las lanzan. Veamos a continuación como se distribuyen todas estas armas en el seno de las Fuerzas Armadas rusas. Las denominadas Fuerzas Nucleares Estratégicas engloban todos los ICBM fijos y móviles, los submarinos nucleares portamisiles (SSBN) con sus cohetes estratégicos (SLBM) y los bombarderos estratégicos, y todas estas fuerzas están subordinadas directamente al Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas.
Con carácter previo debemos comentar que la Doctrina Militar de Rusia de 19 diciembre de 2014 establece que las armas nucleares cumplen una función disuasoria, pero también desempeñan una función militar porque son la garantía última de la existencia del país –véase la entrada LA DOCTRINA MILITAR DE RUSIA DE DICIEMBRE DE 2014 publicada en enero de 2015–. De forma coherente, no existe una declaración de no primer uso, como sí la hubo en la época soviética, y no contempla su empleo en una guerra nuclear limitada, como expresó gráficamente el presidente Vladimir Putin en el Foro de Valdai el 18 octubre de 2018 –y que hemos reproducido en GROM-2019: EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL de octubre de 2019–. Es decir, para las élites políticas y de seguridad rusas una guerra nuclear siempre implicará el empleo masivo de sus armas nucleares y, por tanto, será una guerra de devastación. Podemos argüir que se trata de un “farol”, es decir, una declaración de máximos destinada a amedrentar a un potencial adversario, pero la cuestión es: ¿quién se atreve a ponerla a prueba si las consecuencias pueden ser absolutamente catastróficas? A principios de 2020 Rusia acumulaba un arsenal nuclear total de 6.366 ojivas nucleares. De éstas, 4.306 están operativas o permanecen almacenadas listas para su uso: 2.436 ojivas son estratégicas –de las que 1.572 estarían desplegadas– y 1.870 ojivas no estratégicas, de teatro o tácticas, que en caso de conflicto estarían a disposición de los mandos operativos de las tres ramas tradicionales de las Fuerzas Armadas –para los datos numéricos hemos seguido los estudios de Kristensen y Korda en su Nuclear Notebook (2020) y cotejados con otros datos disponibles en fuentes especializadas–. El posible desfase entre los datos que ahora se examinan y los publicados conforme a las cláusulas de transparencia del Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (Nuevo START) firmado en Praga el 8 de abril de 2010 se explican porque a los efectos de este tratado los bombarderos estratégicos cuentan como una unidad, con independencia del número de ojivas que puedan lanzar. Además, Rusia dispone de unas 2.060 ojivas nucleares almacenadas a la espera de desmantelamiento, que podrían ser reactivadas en caso de deterioro grave de la situación internacional –en el país existen aproximadamente unas cuarenta instalaciones de almacenamiento permanente de armas nucleares, incluidos diez despósitos centrales de nivel nacional, todo ellos bajo la estricta dependencia del 12º Directorio Principal (12º GUMO) del Ministerio de Defensa, que es el organismo encargado de la guarda, custodia y protección de todas las armas nuclares–. Esto hace un total de 6.366 ojivas nucleares de todos los tipos y estado, frente a las 5.800 que poseen los Estados Unidos. El carácter absolutamente secreto de las características y potencia explosiva de cada una de las ojivas en servicio impide conocer datos reales en todos los casos, e incluso valoraciones aproximadas pueden ser meras elucubraciones estadísticas que tienden a ir a máximos y, por tanto, dar resultados engañosos por exagerados. En todo caso, cuando es posible daremos cuenta de la potencia explosiva de cada ojiva nuclear o capacidad de combate de los vectores que las cargan y las lanzan. Veamos a continuación como se distribuyen todas estas armas en el seno de las Fuerzas Armadas rusas. Las denominadas Fuerzas Nucleares Estratégicas engloban todos los ICBM fijos y móviles, los submarinos nucleares portamisiles (SSBN) con sus cohetes estratégicos (SLBM) y los bombarderos estratégicos, y todas estas fuerzas están subordinadas directamente al Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas
Coheteriles Estratégicas o Tropas de Cohetes Estratégicos (RVSN), creadas en 1956 como un componente independiente dentro de las Fuerzas Armadas, se organizan en tres ejércitos de cohetes balísticos intercontinentales que
suman once divisiones y 39 regimientos, denominados todos ellos "de Cohetes
Estratégicos" (RC o RCG cuando recibe el apelativo honorífico "de la Guardia") y que están distribuidos en tres zonas principales del país: la
Rusia europea, la región del Volga y Siberia. Mantienen en servicio de combate 302
ICBM de cinco tipos diferentes con 1.136 ojivas nucleares, que acumulan una
potencia destructiva total de 514,8 Mt, el equivalente a 28.600 bombas atómicas
de Hiroshima.
- 27º
Ejército de Cohetes Estratégicos de la Guardia, tiene su sede en la ciudad
de Vladimir, (capital
del oblast del mismo nombre) en la Rusia occidental y está formado por cinco
divisiones:60ª División de Cohetes de Tatishchevo, desplegada en Tatischevo-5 y Svetlyy (oblast de Saratov), equipada con seis regimientos con 60 ICBM Topol-M (SS-27 Sickle-B) en silos y uno o dos regimientos con unos 20 UR-100NUTTH ICBM (SS-19 Mod.3 Stiletto) también en silos y muy probablmente no estén operativos.
28ª División de Cohetes de la Guardia de Kozelsk (oblast de Kaluga), en pleno proceso de reequipamiento, dispone ya de 14 RS-24 Yars (SS-29) en silos, que se distribuyen en dos regimientos (74º RCG y 168º RCG), con al menos 10 UR-100NUTTH también de dudosa operatividad.
7ª División de Cohetes de la Guardia de Vypolzovo, desplegada en Ozernyy y Bologoye-4 (oblast de Tver), también en reequipamiento, tiene dos regimientos con nueve Yars móviles (41º RC) y nueve Topol (SS-25 Sickle) móviles (510º RCG).
54ª División de Cohetes de la Guardia de Teykovo, en Krasnyye Sosenki (oblast de Ivanovo), tiene cuatro regimientos (235º RCG, 285º RCG, 321º RCG y 773º RCG) con 36 Yars móviles.
14ª División de Cohetes de Yoshkar-Ola, desplegada en la república de Mari-El, tiene tres regimientos (290º, 697º RC y 779º RC) con 27 ICBM Yars móviles.
- 31º Ejército de Cohetes Estratégicos con sede en Rostoshi, Orenburgo (oblast del mismo nombre) en el Distrito Federal del Volga, está formado por dos divisiones:
13ª División de Cohetes de Dombarovsky, desplegada en Yasnyy (oblast de Orenburgo) tiene tres regimientos con 18 ICBM pesados R-36M2 (SS-18 Satan) en silos y un regimiento de nueva creación cuyos primeros dos ICBM UR-100NUTTH (SS-19 Mod.4) equipados con el glider hipersónico Avangard entraron en servicio operativo a las 10.00 hs. del 27 de diciembre de 2019 –para este nuevo sistema de combate nuclear véanse las entradas PROYECTO 4202: EL PROGRAMA RUSO DE ATAQUE GLOBAL INMEDIATO de mayo de 2015 y EL PODER DOMINADOR DE LAS ARMAS NUCLEARES Y LA AMENAZA DE LA GUERRA de marzo de 2018–.
- 33º Ejército de Cohetes Estratégicos de la Guardia, con sede en la ciudad de Omsk, en la Siberia suroccidental, formado por cuatro divisiones:
62ª División de Cohetes de Uzhur, desplegada en Uzhur-4, Solnechnyy (krai de Krasnoyarsk) en Siberia central, tiene cuatro regimientos con 28 ICBM pesados R-36M2.
39ª División de Cohetes de la Guardia de Novosibirsk, despliegue en Novosibirsk-95, Pashino y Gvardeiskiy (oblast de Novosibirsk) en Siberia occidental, tiene tres regimientos (357º RCG, 382º RCG y 428º RCG) con 27 Yars móviles.
29ª División de Cohetes de la Guardia de Irkutsk, desplegada en Zelenyy (oblast de Irkutsk) en Siberia oriental, tiene tres regimientos (92º RCG, 344º RCG y 586º RCG) con 27 Yars móviles.
35ª División de Cohetes de Barnaul, desplegada en Sibirskiy-2 (Krai del Altai) en Asia central, en proceso de reequipamiento, tiene tres regimientos (307º RC, 480º RC y 867º RCG) con 27 Topol móviles y uno (479º RCG) con 9 Yars.
El comandante de las RVSN, general Sergei Karakayev, confirmó en abril de 2017 que el grado de disponibilidad de la fuerza de cohetes es del 99% y precisó que el 96% de los ICBM “permanecen en alerta constate listos para un lanzamiento inmediato”. Para mantener este nivel de preparación el Estado Mayor General planea regularmente ejercicios de activación de diferentes divisiones, ordena alertas por sorpresa y, una vez al año, se lleva a cabo un ejercicio de guerra nuclear global para evaluar la capacidad de responder de forma inmediata a las órdenes del poder político en caso necesario –véase de nuevo la entrada citada GROM-2019: EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL–.
El Programa de Armamentos 2018-2027 (GVP-2027), que está dotado con unos 283.000 millones de euros, mantiene como prioridad la actualización de las fuerzas nucleares estratégicas. Las RVSN están inmersas desde 2011 en un profundo programa de modernización destinado a reemplazar todos los sistemas heredados de la antigua Unión Soviética durante la presente década: cada año reciben unos 20 Yars que van sustituyendo a los Topol que quedan en servicio y, posteriormente, harán lo propio con los Topol-M. A partir de 2021 o 2022 comenzarán las entregas del nuevo ICBM pesado RS-28 Sarmat (SS-30) equipado con diez ojivas nucleares MIRV. Por motivos de racionalidad en el gasto otros proyectos se han dejado aparcados, como la versión modernizada Yars-M o RS-26 Rubezh o una versión compacta para plataforma en ferrocarril denominada Barguzin. De este modo, en los próximos diez años se mantendrá una fuerza compacta de unos 300 cohetes estratégicos –frente a los 400 ICBM Minuteman del Mando de Ataque Global americano– de tres modelos diferentes y equipados con ojivas nucleares de reentrada múltiple independiente (MIRV y MARV) pero ajustadas a los límites cuantitativos del tratado Nuevo START, si se mantiene en vigor más allá de febrero de 2021.
El segundo
componente de la triada nuclear son las Fuerzas Submarinas Estratégicas, que
están asignadas a la Armada rusa (VMF) y permanecen bajo el control
administrativo del alto mando naval pero su empleo se decide directamente desde
el Estado Mayor General. Existen dos divisiones de SSBN asignadas a las Flotas del
Norte y del Pacífico, que tienen encomendadas las misiones de disuasión y
ataque nuclear, y que acumulan una formidable capacidad de ataque
de contragolpe con 10 SSBN armados con 160 cohetes estratégicos embarcados
(SLBM) que pueden cargar hasta 720 ojivas MIRV con una potencia total de unos
84 megatones, unas 4.660 bombas de Hiroshima. De nuevo, hay que precisar que el
desajuste entre estos datos y los publicados conforme al Nuevo START se deben a que los SSBN que se encuentran
en mantenimiento –al menos uno en todo momento– no se contabiliza ya que no
tiene el armamento a bordo, sino que se encuentra almacenado en instalaciones
bajo el control del 12º GUMO.
- Las Fuerzas
Submarinas de la Flota del Norte, con sede en Gadzhiyevo (oblast de Múrmansk), en el extremo norte de la península de
Kola, tienen asignada la 31ª División de Submarinos Estratégicos estacionada en
la bahía de Yagelnaya y que cuenta con los siete SSBN: seis
del excelente proyecto 667BDRM Delfín (Delta IV) y el primero del proyecto 955 Borei
(Borey). Los SSBN Delfín –K-51
Verkhoturie, K-84 Ekaterimburgo, K-114 Tula,
K-117 Bryansk, K-18 Karelia y K-407 Novomoskovsk– entraron en servicio entre 1985 y 1992 y están armados
cada uno con 16 SLBM de
combustible líquido R-29RMU2 y 2.1 Sineva/Liner –que son un desarrollo de la familia R-29RM (SS-N-23
Skiff)– equipados con cuatro
ojivas MIRV de 100 kt, lo que hace un total de 96 cohetes con 384 ojivas, y
una potencia explosiva máxima de 38,4 Mt. El SSBN clase Borei, el K-535 Yury Dolgoruky, entró en servicio el 10 de enero de 2013 y está
armado con 16 SLBM de combustible sólido 3M30 Bulavá (SS-N-32) que
pueden cargar hasta seis ojivas MIRV de 100 kt cada una, con una potencia
explosiva de máxima de 14,4 megatones. La
Flota del Norte cuenta, además, con el único SSBN 941UM
Akula (Typhoon) en servicio, el TK-208 Dmitry Donskoi, que fue modificado
como plataforma para pruebas de lanzamiento de SLBM, por lo que no se
contabilizada a efectos del Nuevo START.
- Las Fuerzas
Submarinas de la Flota del Pacífico, con sede en Vilyuchinsk (península de Kamchatka), en Extremo Oriente,
tienen asignada la 25ª División de Submarinos Estratégicos que tiene su base en
Rybachiy, en la bahía de Krasheninnikov. Mantiene en servicio el único SSBN proyecto
667BDR Kalmar (Delta III) y dos del proyecto 955. El Kalmar K-44 Ryazan
carga 16 SLBM de combustible líquido R-29R (SS-N-18 Mod. 1 Stingray)
con 48 ojivas MIRV de 50 kt cada una, con una potencia explosiva máxima de 2,4
megatones. Los dos Borei –K-550 Alexander Nevsky y K-551 Vladimir Monomakh– cargan
16 SLBM Bulavá con hasta seis ojivas MIRV de 100 kt cada una, acumulando una
potencia explosiva máxima de 28,8 Mt, esto es, diez veces más que la carga de
combate de un solo Kalmar.
Actualmente hay varios programas en marcha
destinados a la modernización de la fuerza de disuasión nuclear embarcada. El GVP-2027
contemplaba la adquisición y entrada en servicio de otros siete SSBN de la
clase Borei. Se espera que el cuarto, de la nueva versión modernizada 955A, sea
entregado a la Flota del Norte el próximo mes de junio, después de acumular
numerosos retrasos. También financia los trabajos de diseño, investigación y
desarrollo del futuro submarino nuclear de quinta generación, denominado Husky
o proyecto 545 Laika, que comenzará a entrar en servicio en la próxima década.
El tercero es el torpedo gigante de propulsión nuclear Poseidón (Kanyon),
resultado del programa Status-6, que está equipado con una ojiva de varios
megatones diseñado para destruir grandes infraestructuras costeras enemigas. La
Armada rusa espera recibir a partir de 2022 cuatro submarinos modificados portadores
de esta nueva arma que se asignaría a las Flotas del Norte y del Pacífico. Su calificación
como armas estratégicas es complicada y no se sabe si están incluidas o no en
las previsiones del Nuevo START, lo que es un motivo más para negociar su
renovación o extensión y al que la parte rusa no pone obstáculos.
El tercer
componente de la triada estratégica es la Aviación de Largo Alcance (ADD), que
reúne 68 bombarderos estratégicos Tupolev Tu-160
Blackjack y Tu-95MS Bear-H distribuidos en dos grandes unidades aéreas
estacionadas en dos zonas separadas del país: en la Rusia europea y en Siberia-Extremo
Oriente. De aquellos, unos 50 ejemplares están asignados a la misión primaria
de ataque nuclear, en concreto 11 Tu-160 con hasta 12 misiles de crucero Kh-55SM (AS-15B Kent) con
ojivas nucleares de 200 kt o Kh-102 de 450 kt y 39 Tu-95MS
con seis a 16 misiles Kh-55 (AS-15A Kent) con ojivas de 200 kt y Kh-102 dependiendo de la
configuración de vuelo; además, los Tu-160 pueden lanzar bombas nucleares de
caída libre.- 6950ª Base Aérea Donbasskaya, con sede en Engels-2 (oblast de Saratov) cuenta con dos regimientos de bombarderos estratégicos con 13 Tu-160 (121º Regimiento de la Guardia) y 18 Tu-95MS6 (184º Regimiento). Hay un tercer regimiento (52º Regimiento de la Guardia) estacionado en las bases aéreas de Shaykovka (oblast de Kaluga) y Olenya (oblast de Múrmansk) equipado con 48 bombarderos supersónicos Tu-22M3 Backfire, pero que no tienen asignadas misiones de ataque nuclear estratégico ni cuentan a efectos del Nuevo START debido a que carecen de capacidad de repostaje en vuelo.
La Aviación de Largo Alcance tiene almacenadas y listas para cargarlas en los bombarderos estratégicos un total de 580 ojivas nucleares entre ALCM y bombas de caída libre con una potencia explosiva máxima estimada de 135,20 Mt, equivalente a 7.511 bombas de Hiroshima.
Los tres modelos de bombarderos en servicio en la ADD están siendo sometidos a programas de modernización para mantenerlos en estado operativo hasta 2030. Además, el Ministerio de Defensa ha ordenado a la Planta de Aviación de Kazán la construcción de diez nuevos bombarderos Tu-160 de la variante M2 con la finalidad de mantener las capacidades estratégicas hasta la entrada en servicio del bombardero estratégico futuro, denominado programa PAK-DA, en la próxima década.
A diferencia de los Estados Unidos, Rusia mantiene y moderniza un extenso arsenal de armas nucleares no estratégicas (1.870 ojivas nucleares) que podrían cumplir los más diversos cometidos en caso de enfrentamiento nuclear. Las Fuerzas Terrestres (SV) tienen unos 132 misiles balísticos de corto alcance 9M723 Iskander-M (SS-26 Stone) y 20 misiles de crucero de alcance medio 9M729 (SSC-8) equipados con ojivas de 10 a 100 kt asignados a trece Brigadas de Misiles a lo largo de todo el país –y en marzo de 2020 anunció la creación de una nueva brigada en el Distrito Militar Sur– y se estima que hay 90 ojivas nucleares en servicio. La Armada tiene almacenadas unas 924 cargas nucleares para misiles de crucero, antisubmarinos, antiaéreos, torpedos, minas y misiles costeros. Las Fuerzas Aeroespaciales tienen almacenadas otras 500 cargas nucleares con una potencia de 21,07 Mt, tanto como 1.107 bombas de Hiroshima, listas para ser empleadas tanto en misiles de crucero como bombas de caída libre, para ser lanzadas por bombarderos supersónicos Tu-22M3, cazabombarderos Su-24M Fencer-D, Su-34 Fullback y los nuevos MiG-31K Foxhound, y otras 358 ojivas nucleares de muy bajo rendimiento para misiles de defensa aérea S-300PMU (SA-20 Gargoyle), S-400 Triumpf (SA-21 Growler) y A-135 (ABM-3 Gazelle).
Los programas más destacados en curso son la entrega de cuatro TEL adicionales con 16 misiles de crucero SSC-8 a cada una de las brigadas de misiles de las SV. Se están configurando más interceptores de largo alcance MiG-31BM al modelo K para portar el misil hipersónico Kh-47M Kinzhal y el Ministerio de Defensa ha ordenado la creación de una segunda unidad aérea especializada en el Distrito Militar Este, además de la ya existente en el Distrito Militar Sur. Se va a nodernizar el sistema de defensa aérea de Moscún con nuevos lanzadores S-500 Prometey y A-235 Nudol. Y, además, está el programa en curso del misil de crucero de propulsión nuclear Burevestnik (SSC-9 Skyfall) de alcance prácticamente ilimitado, pero que se mueve en el mundo del secretismo. Por lo que, sin conocer sus características reales, es difícil encajarlo como arma estratégica o no estratégica, y, por tanto, determinar si cae dentro de las estipulaciones del Nuevo START o no, siempre y cuando sea renovado o extendido en el tiempo.
Este poderío nuclear heredado de la Guerra Fría, que asciende en estimaciones máximas a 761 Mt o 42.315 bombas de Hiroshima, le concede a Rusia su estatuto de gran potencia mundial, que el Kremlin afirma y defiende en todos los foros bilaterales y multilaterales en los que participa. Por eso, las autoridades rusas no cejan en su pretensión de que cualquier negocación o tratado de desarme nuclear global se basa en los principios de paridad y mantenimiento de estabilidad estratégica.
Sin embrago, como hemos dicho, los
responsables de la política exterior americana comenzaron a dar pasos desde
principios de la pasada década para abandonar el régimen de desarme acordado al
final de la Guerra Fría. El fundamento de esta actuación es que las élites de
Washington consideran que este régimen ya no sirve para garantizar la seguridad
de los Estados Unidos. Esto llevó a la denuncia y abandono primero del Tratado
de Misiles Antimisiles Balísticos (Tratado ABM) de 26 de mayo de 1972 y más reciente del Tratado
de Misiles de Corto y Medio Alcance (Tratado INF) de 8 de diciembre de 1987,
que mantenía una prohibición absoluta para los sistemas de este tipo. Esto abre
la puerta para una nueva carrera de armas nucleares, porque, como advirtió el
presidente Putin: “si estos misiles aparecen en Europa ¿qué deberíamos hacer?
Por supuesto, tendremos que garantizar nuestra propia seguridad”. Por eso es
más grave aún la negativa de Washington a entablar negociaciones para la
ampliación del Nuevo START, a pesar de las reiteradas apelaciones de la parte
rusa. Pero Moscú tampoco se queda atrás y tiene preparada la respuesta de
antemano: el desarrollo de nuevas armas estratégicas avanzadas que fueron anunciadas
por sorpresa por el presidente Putin en su discurso anual a la
Asamblea Federal el 1 de marzo de 2018 –y que analizamos en la entrada citada
más arriba titulada EL PODER DOMINADOR DE LAS ARMAS NUCLEARES Y
LA AMENAZA DE LA GUERRA–. El
mismo Putin reconoció el 21 de diciembre de 2018 que “ahora nos dicen que Rusia
obtuvo ventajas con ello. Sí, es cierto. Nadie en el mundo tiene esos
armamentos, por ahora.” Pero, para la galería de los ingenuos dijo: “no buscamos
una ventaja en la carrera nuclear, buscamos mantener el equilibrio y garantizar
nuestra propia seguridad”. Estas declaraciones ponen de manifiesto el papel central que juegan las armas nucleares en la política de seguridad rusa. En
consecuencia, extender o no extender el Nuevo START nos sitúa a las puertas de
una nueva carrera de armas nucleares que, combinada con otras competencias
estratégicas en curso, amenaza con destruir el régimen de seguridad global y el
inicio de una nueva etapa en las relaciones internacionales porque habrán
desaparecido las reglas básicas de funcionamiento del sistema y sin un régimen
de seguridad internacional estamos abocados de forma casi inevitable a la
guerra.
"The world is not enough"
"The world is not enough"
Mucho peligro acumulado.
ResponderEliminarEnhorabuena.
ResponderEliminarPara asustarse. Ni los sonidos del silencio. Y lo que resta.
ResponderEliminarEste último artículo, en particular, es muy interesante.
ResponderEliminarEn medio de la pandemia, me hago la pregunta que suelen hacerse los estrategas norteamericanos de si el mundo acabará con una gran explosión ("Big Bang") o con un suspiro ("whim"). A pesar de que no hay pruebas suficientes, hay algunos indicios de que la pandemia del coronavirus tuvo su origen en el laboratorio bacteriológico de Wuhan, heredero del laboratorio japonés de Manchuria, que tuvo su origen, a su vez, en los laboratorios bacteriológicos alemanes que causaron la "gripe española" de 1918, y que fueron regalados por la URSS a Mao Tse-Tung tras la victoria de éste en China.
Muchas gracias, muy interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu excelente y pormenorizado artículo. Motiva a la reflexión. Me pregunto si, a la vista de la situación actual, donde el enemigo común a todos los estados es letal, invisible y con sede posible en el felpudo de entrada de cualquier hogar, tiene sentido mantener unas fuerzas nucleares estratégicas cuya misión primordial es la disuasión para evitar un conflicto. ¿No urge dibujar un nuevo escenario de batalla e instaurar un nuevo orden de prioridades?. ¿Estamos dando respuesta hoy a viejas preguntas?
ResponderEliminarDesde la doctrina realista de las relaciones internacionales es preciso plantearse si ese nuevo enemigo "invisible" (si realmente existe como tal) tiene objetivos políticos y, de forma más precisa, estratégicos. Porque si no los tiene, no representa una amenaza para el régimen de estabilidad estratégica y, por tanto, no es preciso que el sistema tenga que cambiar. Si tuviera intereses políticos entonces plantearía la emergencia de un nuevo actor (¿existe realmente?) y si ese actor disputaría esferas de influencia o la hegemonía. Si la respuesta fuera positiva entonces se podría plantear la cuestión del cambio de régimen debido a la modificación de las partes del sistema. De esta cuestión nos hemos ocupado en la entrada "UN MUNDO RESTAURADO" de marzo de 2020. Mientras existan grandes potencias y disputas por el poder e influencia en el sistema mundial las armas nucleares cumplirán la función de moderadores del conflicto; en este sentido se pueden considerar más como un activo que como un obstáculo, cuyo costo compensa sobradamente el mantenimiento de la paz y la seguridad. LVPG.
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