El 10 de febrero de 2023 (10.01 UTC o 9 de febrero de 2023 en territorio continental americano) el Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ejecutó el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) LGM-30G Minuteman III desde uno de los silos de prueba de la base aérea de Vandenberg (California), que voló hasta el atolón Kwajalein, en las islas Marshall, en el océano Pacífico central. El ejercicio fue llevado a cabo por personal de la 91ª Ala de Misiles de Minot (Dakota del Norte). La finalidad del ejercicio era verificar la seguridad, la efectividad y la preparación de este sistema de armas para cumplir la misión asignada: ataque nuclear en caso de conflicto –véase la nota oficial aquí; sobre el despliegue y capacidades de la Fuerza de Ataque Nuclear americana véase la entrada LA FUERZA DE ATAQUE NUCLEAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN 2020 de mayo de 2020–. Este evento se produce durante una nueva (la enésima) escalada dialéctica entre los Estados Unidos y Rusia con el trasfondo de la guerra en Ucrania, después de que se divulgaran informaciones periodísticas sobre la responsabilidad, planificación y ejecución de los máximos dirigentes políticos americanos en la voladura y destrucción de los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico el 26 de septiembre de 2022 –véase Seymor Hersh: “How America Took Out The Nord Stream Pipeline”, 8 de febrero de 2023–. La parte rusa ha lanzado sus advertencias y los responsables políticos americanos han rechazado las acusaciones, pero en medio ambas partes hablan abiertamente de un enfrentamiento directo en Ucrania: Estados Unidos para imponer su poderío hegemónico y Rusia para tratar de controlar su extranjero cercano. Resulta altamente llamativo que los responsables de la seguridad de los Estados Unidos se impliquen en proyectos tan disparatados desde el punto de vista estratégico cuando no está en juego su propia seguridad y mientras inteligentemente usan el campo ajeno (Ucrania) para desgastar a largo plazo la capacidad económica y militar de Rusia. Y el tiempo juega a favor de ambos competidores: cuanto más tiempo pase Rusia estará más debilitada, pero también estará más cerca de la victoria militar contra Ucrania, salvo que la OTAN decida intervenir directamente sobre el terreno, algo que tampoco se puede descartar, porque los testigos silenciosos acaban de formalizar en Bruselas la creación del protectorado europeo bajo la égida de los Estados Unidos y si estos deciden que, además de morir los ucranianos por los intereses americanos, deben hacerlo también los europeos, se hará, porque a pesar de las grandilocuentes declaraciones oficiales no existe nada parecido a autonomía o independencia estratégica europeas, más bien todo lo contrario: subordinación y aceptación de los hechos consumados, incluida la destrucción de las infraestructuras vitales para el desarrollo económico, como ha ahecho mansamente la nueva Alemania del canciller Scholz, otrora cabeza de una incipiente Unión Política Europea y ahora reducida a la nada político-estratégica. En este contexto de guerra y destrucción en campo ajeno (guerra proxy), tanto Rusia como los Estados Unidos mantienen sus juegos de guerra y uno ejecuta el ejercicio GROM como advertencia durante su agresión contra Ucrania –véanse las entradas EL DÍA DEL TRUENO: GROM-21, EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL de febrero de 2022 y EJERCICIO GROM-22. RACIONALIDAD Y PODERÍO NUCLEAR EN EL CONTEXTO DE UN CONFLICTO CONVENCIONAL de octubre de 2022– y el otro despliega bombarderos estratégicos cerca de las fronteras rusas o realiza lanzamientos de prueba para certificar la vida útil de sus viejos ICBM con base en tierra con un evidente mensaje de disuasión. Ocurra lo que ocurra en Ucrania, estos ejercicios continuarán y, a pesar de las declaraciones mutuamente descalificatorias, ambas partes mantendrán el régimen de estabilidad estratégica mientras sirva a sus intereses mutuos –véase la entrada PRUEBAS DE MISILES ESTRATÉGICOS, EJERCICIOS DE GUERRA NUCLEAR Y PRORROGA DEL TRATADO NUEVO START de octubre de 2020–. Solo la intervención de la tercera potencia nuclear (la China comunista) podría alterar este equilibrio, pero eso es algo que veremos pronto, a medio plazo, y como siempre decimos, un cambio violento en las partes del sistema traerá consigo un nuevo régimen internacional porque el vencedor siempre impone su poder.
Breve, claro y conciso. Además de certero en el análisis. Enhorabuena
ResponderEliminarUnos y otros jugando con fuego.
ResponderEliminar¿Adónde vamos a llegar?
ResponderEliminarGracias por la información y por comparirla.
ResponderEliminarTodo esto da miedo🙄
ResponderEliminarEnhorabuena por este artículo.
ResponderEliminarEl vencedor siempre impone su poder y escribe la historia a su antojo... pues si, al final puede que hasta seamos los tontos útiles
ResponderEliminarMuy bueno, enhorabuena.
ResponderEliminarTodos el mundo a hacer el amor como si no hubiera un mañana, por si no lo hay. Enhorabuena por un nuevo articulazo Luis!!!!!!
ResponderEliminarEsperemos que no se llegue al enfrentamiento directo y sólo se quede en una segunda Guerra Fría.
ResponderEliminarEsperemos que se imponga la sensatez y la cordura de los asesores militares, porque el nivel político está desquiciado.
ResponderEliminarGracias por este nuevo artículo.
ResponderEliminarEn el momento que China se implique en ese juego se acabará el tiempo de los "faroles".
ResponderEliminarEsta situación da miedo, me refiero a lo que dice de los europeos.
ResponderEliminarA pesar de las grandilocuentes declaraciones oficiales no existe nada parecido a la autonomía o independencia estratégica europea. Qué gran verdad.
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