En la parte final de su discurso anual ante la Asamblea Federal pronunciado el 21 de febrero de 2023, el presidente Vladimir Putin realizó un anuncio inesperado, al menos en ese momento: la suspensión de la participación de Rusia en el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas, también denominado Nuevo START -el discurso completo se puede seguir en Negocios TV-. En el blog hemos seguido el nacimiento y desarrollo del tratado, desde su firma en Praga el 8 de abril de 2010, su rápido proceso de ratificación y entrada en vigor el 5 de febrero de 2011, los sucesivos intercambios de información y la entrada en vigor de los límites cuantitativos el 5 de febrero de 2018 hasta las tensiones provocadas por los intentos desmedidos de la Administración Trump de vincular la continuación del tratado a la entrada de la China comunista en el mismo, deseo no compartido por la parte rusa, ya que el tratado se basa en el reconocimiento de los principios de bilateralidad y paridad. Es decir, en el reconocimiento de Rusia como contraparte del sistema de estabilidad estratégica. Porque, se pueden hacer todas las objeciones que se quieran contra su estatuto como gran potencia, pero lo que es indubitado es que los Estados Unidos y la propia Rusia poseen el 90% de las armas nucleares existentes (5.244 y 6.257 respectivamente) y que solo entre ellas funciona el principio de disuasión por destrucción mutua asegurada en el sentido más literal del término. Esto explica también por qué el tratado ha sido respetado estrictamente por ambas partes desde su entrada en vigor, no solo en sus límites cuantitativos (1550 ojivas nucleares, 800 vectores de lanzamiento en servicio, de los cuales solo 700 pueden estar en servicio al mismo tiempo) sino también los mecanismos de intercambio de datos y transparencia de las informaciones entre ambas partes, que a 1 de febrero de 2023 ascendían a 328 inspecciones in situ, 25.311 notificaciones intercambiadas, 19 reuniones de la Comisión Consultiva Bilateral y 42 intercambios semestrales de datos sobre el estado de los arsenales nucleares de ambas potencias, como hemos dado cuenta de forma regular -véase DATOS DE LOS ARSENALES NUCLEARES DE LAS GRANDES POTENCIAS A 1 DE SEPTIEMBRE DE 2022, de octubre de 2022-. De este modo, el 26 de enero de 2021 los presidentes Biden y Putin acordaron in extremis la prórroga del tratado, que vencía el 5 de febrero de 2021, por el plazo máximo de diez años previsto en el propio documento, es decir, hasta el 5 de febrero de 2026. Es cierto que el tratado Nuevo START no contiene una cláusula específica de suspensión de los efectos del mismo, que es quizás hacia donde va la propuesta de Putin, tras declarar el portavoz del Kremlin que se trata de la suspensión del tratado y no de su retirada. En todo caso, el propio tratado establece en su artículo XIV apartado 3 que «Cada Parte, en el ejercicio de su soberanía nacional, tendrá derecho a retirarse de este Tratado si decide que eventos extraordinarios relacionados con el objeto de este Tratado han puesto en peligro sus intereses supremos. Dará notificación de su decisión a la otra Parte. Tal notificación deberá contener una relación de los hechos extraordinarios que la parte que notifica considera haber puesto en peligro sus intereses supremos. Este Tratado terminará tres meses después de la fecha de recepción por la otra Parte de la notificación antes mencionada, a menos que el aviso especifique una fecha posterior.» Por tanto, los requisitos formales son la recepción de la notificación debidamente justificada comunicando la retirada y el transcurso del plazo de tres meses para hacerse efectiva. Pero si esa no es la voluntad del Kremlin y continúa adelante, dependerá de la otra parte permitir la fórmula de la suspensión, donde ambos continuarían cumpliendo los límites cuantitativos impuestos por el propio tratado, podrían incluso seguir intercambiando notificaciones, pero no realizar las inspecciones in situ, como rechaza la parte rusa debido a la implicación de los Estados Unidos y la OTAN en la guerra en Ucrania. De todos modos, es preciso recordar que los gobiernos ruso y americano acordaron en marzo de 2020 suspender las inspecciones debido a la pandemia. La reacción de ambos, tanto Estados Unidos como la OTAN ha sido inmediata y negativa, indicando que se trata de un paso negativo de Moscú y que pone en peligro la paz y la seguridad mundial. Pero, es lo que tiene tratar de desmontar el régimen de seguridad heredado de la Guerra Fría teniendo enfrente a dos potencias emergentes o revisionistas según la terminología morgenthauniana como son Rusia y China: un juego peligroso que puede que no salga bien y que en lugar de conseguir más poder lo que se logre sea un sistema internacional mucho más inestable, inseguro y donde la moderación del conflicto descansa en un régimen implícito, sin normas claras y en medio de un conflicto convencional a gran escala en el que intervienen al menos dos de ellas. Es decir, un escenario mucho más peligroso que el de la Guerra Fría, con tres grandes potencias con armas nucleares que aspiran a tener sus propias esferas de influencia y donde una de ellas quiere imponer su hegemonía abarcando todas las áreas y espacios. En este peligrosísimo escenario es probable que las armas nucleares no puedan cumplir su función: evitar el conflicto entre grandes potencias y dejen de ser los moderadores del conflicto entre poderosos para convertirse en un arma más que puede ser empleada para ganar un conflicto. En ocasiones anteriores hemos dicho que la extinción del tratado Nuevo START supone la ruptura del régimen de estabilidad estratégica y estamos a escasos tres meses de verlo, porque el mismo día 21 de febrero de 2023 la Duma rusa recibió el proyecto de ley de suspensión de la participación de Rusia en el Nuevo START y será debatido inmediatamente en sesión plenaria el 22 de febrero. Por tanto, vamos camino del abismo, mientras los testigos silenciosos hacen su función: actuar en favor de intereses ajenos mientras desconocen completamente que lo que está en juego es la paz y la seguridad de sus propios Estados y de sus propios ciudadanos.
La verdad es que el futuro parece sombrío. Muchas veces estamos intoxicados por una retórica y una propaganda de lo bueno y lo malo y dejamos de mirar los hechos, que son los que verdaderamente nos muestran que es lo que nos afecta positivamente o negativamente.
ResponderEliminarMuy oportuno e interesante.
ResponderEliminarMuy bueno el artículo.
ResponderEliminar👏🏻👏🏻 muy bueno, la verdad que la situación es fea.
ResponderEliminarMalas noticias para todos.
ResponderEliminarSon tiempos difíciles.
ResponderEliminarEsto suena fatal!!!
ResponderEliminarLa verdad que la situación pinta bastante mal.
ResponderEliminarParece una partida de poker.
ResponderEliminarLos testigos silenciosos sólo tienen ya cabida en un párrafo al final, qué pena.
ResponderEliminarTerrible. No es difícil ahora pronosticar que se han abierto las puertas del templo de Marte y que no se van a cerrar en mucho tiempo.
ResponderEliminarEsto suena a guerra mundial 😱.
ResponderEliminarParece q en la práctica Europa ya es un protectorado de EEUU.
ResponderEliminarMuy buen articulo, resume todo a la perfección.
ResponderEliminarNo quiero sonar a radiocasete roto pero con Trump la cosa seria diferente.
ResponderEliminarLa cosa se pone interesante.
ResponderEliminarCuriosa y destemplada la reacción de Vladímir Vladímirovich Putin. ¿Será una manera de aceptar que está entre la espada y la pared? ¿Podríamos casi afirmar que su "operación especial" se volvió en su contra -ahora sí- y estaría al borde de perder la guerra?
ResponderEliminarParece una partida de ajedrez las dos super potencias no desean arriesgar y mejir quedar en tablas,el resto del mundo mirando impotente ,magnífico artículo luis
ResponderEliminarMagnífico artículo para ilustrarnos lo que se cuece entre las grandes potencias.
ResponderEliminarEfectivamente, lo más destacable de todo este asunto es la actitud de todos esos testigos silenciosos que no saben o no quieren saber las consecuencias de su seguidismo.
ResponderEliminarOtro tema en el que nuestros "líderes" no están ni se les espera.
ResponderEliminarExcelente artículo y muy preocupante la situación.
ResponderEliminarO negociamos o la situación va a terminal mal. Ahora los chinos también hablarán de su libro.
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