En medio de la pandemia del COVID-19 o SARSCoV-2 que está azotando
a todos los países del mundo con mayor o menor virulencia, la Administración
Trump publica un documento en el que acusa a China de llevar a cabo actividades
nucleares sospechosas. Esta declaración no es nueva, pero sirve para generar
más alarma respecto a la gran potencia asiática y, de paso, traslada el foco de
atención hacia otros asuntos. Pero, ¿realmente es cierta esta acusación?
Porque de ser así, las consecuencias para el régimen de no proliferación nuclear
serían gravísimas, en la línea de lo que venimos comentando en entradas y publicaciones
anteriores en cuanto a la destrucción del régimen de control de armamentos que están
realizando los Estados Unidos de forma sistemática. No olvidemos que ahora
mismo el foco está puesto en la fecha final de vigencia del único acuerdo
internacional de limitación de armamentos nucleares que permanece en vigor, el Tratado
de Limitación de Armas Estratégicas (Nuevo START) firmado en Praga el 8 de
abril de 2010. Y está claro que la actual Administración americana no está por
la labor de continuar con el Tratado más allá de 2021, pero, no nos engañemos,
una Administración encabezada por el partido contrario tampoco lo haría, porque
existe un consenso en las elites dirigentes de Washington sobre la inoperancia
de los tratados de desarme para garantizar la seguridad nacional, o mundial,
que en el caso de los Estados Unidos viene a ser lo mismo. Porque si esto fuera
así hace ya mucho tiempo que habrían ratificado el Tratado de Prohibición Total
de Pruebas Nucleares de 10 de septiembre de 1996 (CTBT por sus siglas en inglés).
Veamos por qué. El Departamento de Estado publicó el 14 de abril de 2020 el
documento titulado “Executive Summary of findings on adherence and compliance with arms control, nonproliferation, and disarmament agreements and commitments” en el que afirma que durante el pasado año las
autoridades chinas desarrollaron un elevado nivel de actividad en el polígono
de pruebas nucleares de Lop Nur, situado al noroeste del país, que hace sospechar
que estarían preparando la realización de algún tipo de prueba nuclear. Para
ello, el Departamento de Estado se apoya en la “falta de transparencia” que
demuestra China en materia nuclear, incluida la no transmisión de datos de
radiación y actividad sísmica en cumplimiento de determinadas cláusulas del
CTBT, tratado que no está en vigor, que todavía diecisiete Estados no lo han firmado y
cincuenta y uno no lo han ratificado, incluidos los Estados Unidos -como se indica además al
principio del citado documento-. Básicamente
el artículo 1 de este Tratado establece que “Cada Estado parte se compromete a
no realizar ninguna explosión de ensayo de armas nucleares o cualquier otra
explosión nuclear y a prohibir y prevenir cualquier explosión nuclear de esta
índole en cualquier lugar sometido a su jurisdicción”. En efecto, los
responsables de la política exterior americana están apelando al CTBT cuando,
al mismo tiempo, rechazan activamente formar parte de dicho Tratado. “Cosas
veredes”, dice un castizo refrán español. En realidad, lo que están diciendo es
que China podría estar llevando a cabo estas actividades violando determinados compromisos
internacionales. ¿Cuáles son éstos? Ciertamente, existe una moratoria de
ensayos nucleares establecida mediante declaraciones unilaterales de las
potencias nucleares legales -aquellas reconocidas como Estados nucleares por el
Tratado de No Proliferación Nuclear de 1 de julio de 1968 (NPT por sus
siglas en inglés)-, que se denomina estándar de “rendimiento cero”, es decir, de
prohibición absoluta de pruebas nucleares de cualquier tipo, y que ha sido
respetada hasta ahora por todas ellas. Por tanto, esta declaración de
Washington no es sino un intento de aplicación de los dictados de la potencia
imperial al resto de actores del sistema internacional. El problema es que bajo
el liderazgo de Xi Jinping China ya no acepta las imposiciones de los Estados
Unidos, como hemos estado viendo recientemente durante la etapa denominada erróneamente
de “guerra comercial” -y hay que reconocer que el concepto ha calado hondo en
el imaginario global-. Inmediatamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino
declaró que las acusaciones vertidas por el Departamento de Estado americano son
falsas y que ni siquiera merecen ser refutadas. El funcionario Zhao Lijan manifestó
que su país está cumpliendo con los compromisos de los tratados de control de armas,
cosa que tampoco es cierta, porque hasta el presente China no forma parte de
ningún tratado de control de armas nucleares ni tampoco los acepta, aunque
su política nuclear se fundamenta en una “estrategia nuclear de autodefensa” de
naturaleza exclusivamente disuasoria, basada en la posesión de un arsenal “suficiente
y efectivo”, una declaración de no primer uso de armas nucleares y otra declaración
de no uso de armas nucleares contra Estados no nucleares o que se encuentren en
zonas declaradas libres de armas nucleares -como puede ser América del Sur o la
Antártida-. Por tanto, se trata de limitaciones autoimpuestas y no sometidas a
ningún control internacional -véase la entrada DE VUELTAS CON EL ARSENAL NUNCLEAR DE CHINA: CUANDO LAS INVENCIONES RAYAN EL DISPARATE de febrero de
2020-. Pero, en el mismo documento también se dejan caer acusaciones extremadamente
graves sobre el incumplimiento por parte de China de la Convención de Armas
Biológicas de 10 de abril de 1972 (BWC por sus siglas en inglés), en vigor
desde el 26 de marzo de 1975 y que fue el primer tratado internacional que
prohibió una categoría completa de armamento. El Departamento de Estado
afirma que “Durante el período que abarca el informe (2019), China realizó
actividades biológicas con posibles aplicaciones de doble uso” y reitera que
tiene conocimiento de que China tiene “un programa ofensivo de armas biológicas”
que ha mantenido a pesar de su adhesión a la BWC hace treinta y cinco años. Pero
en el documento también hay para Moscú. El Departamento de Estado afirma con
rotundidad que Rusia “ha llevado a cabo experimentos relacionados con armas
nucleares que han generado rendimiento nuclear” y, por tanto, no son
consistentes con el estándar de "rendimiento cero" en vigor, a pesar
de que inmediatamente después declara que no sabe cuántas pruebas supercríticas
o autosuficientes llevó a cabo en 2019. Pero da más detalles y declara que las
autoridades rusas estarían probando un diseño de “contenedor explosivo” que
libera energía nuclear. Esto podría significar que se refiere al accidente
radiológico ocurrido en Nenoksa, en el norte de la Rusia europea, el 8 de
agosto de 2019 y que estaría relacionado con los ensayos del nuevo misil de
crucero de propulsión nuclear denominado Burevestnik (SSC-X-9 Skyfall),
una de las nuevas armas que anunció el presidente Vladimir Putin en el discurso
a la Asamblea Federal el 1 de marzo de 2018 -véase la entrada EL PODER DOMINADOR DE LAS ARMAS NUCLEARES Y LA AMENAZA DE GUERRA de marzo de 2018-, como indica el mismo
documento más adelante. Sin embargo, en el documento citado se afirma que Rusia
tiene “la intención de llevar a cabo en un sitio de prueba un experimento
subterráneo supercrítico (una reacción en cadena autosostenible) relacionado
con armas nucleares, que dará como resultado una liberación de energía nuclear,
independientemente de la magnitud de su rendimiento.” Sin embargo, Rusia, que renovó
la moratoria de todo tipo de pruebas nucleares en 1996, mantiene silencio
sobre estas declaraciones, al menos por ahora. Por tanto, el documento merece
una lectura detenida y una reflexión.
Cómo siempre, un tema muy importante.
ResponderEliminarLo que nos faltaba.
ResponderEliminarLa verdad que se está cocinando una buena.
ResponderEliminarQue miedo, de cumplirse todo esto.
ResponderEliminarMe parece un párrafo muy puñetero la referencia a China sobre las armas quimicas.
ResponderEliminarPor su interés: "China will have to answer hard questions on coronavirus outbreak UK foreign minister", en Reuters, 16 de abril de 2020:
ResponderEliminarhttps://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-britain-china/china-will-have-to-answer-hard-questions-on-coronavirus-outbreak-uk-foreign-minister-idUSKBN21Y2SV
Muchas gracias, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEsto cada vez pone más difícil que salgamos de la pandemia con una nueva forma de mirar al mundo.
ResponderEliminarGracias por tus artículos.
Sobre la eventualidad de un conflicto entre China y EEUU:
ResponderEliminarhttps://nationalinterest.org/blog/buzz/f-22-raptor-would-play-big-role-war-against-china-149806
Sigue lloviendo sobre mojado: "Un informe alerta de que el sentimiento antichino puede conducir a un choque armado con EE.UU.", en https://www.abc.es/internacional/abci-informe-alerta-sentimiento-antichino-puede-conducir-choque-armado-eeuu-202005041409_noticia.html
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