El Departamento de Estado americano publicó el 3 de abril de 2020 los datos correspondientes al volumen de los arsenales nucleares estratégicos de los Estados Unidos y Rusia a 1 de marzo de 2020 conforme a las cláusulas de información del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) firmado en Praga el 8 de abril de 2010. De acuerdo con estos datos, los Estados Unidos disponen 1.373 ojivas nucleares, 800 vectores de lanzamiento -misiles nucleares estratégicos basados en tierra (ICBM), misiles del mismo tipo embarcados en submarinos nucleares (SLBM) y bombarderos estratégicos-, de los que 655 estaban operativos a la fecha de referencia. Los números del semestre anterior eran de 1.376 ojivas, 800 sistemas y 668 operativos y hace un año eran 1.365 ojivas, 800 sistemas en total y 656 desplegados en servicio.
Por su parte, Rusia tiene 1.326 cargas nucleares estratégicas, 754 sistemas de lanzamiento y 485 en estado operativo. De nuevo, en el semestre anterior eran de 1.426 ojivas, 757 sistemas de lanzamiento y 513 operativos y hace un año eran 1.461, 760 y 524 respectivamente.
Ambas grandes potencias muestran descensos en los materiales regulados por el Tratado cumpliendo estrictamente los umbrales autorizados: 1.550 ojivas nucleares, 800 sistemas de lanzamiento en servicio y 700 desplegados. Aunque, en el caso de Rusia lohs descensos son más abultados, tanto en ojivas nucleares estratégicas (-100) como en sistemas en servicio operativo (-28). Por tanto, estos datos ponen de manifiesto que las dos grandes potencias continúan cumpliendo estrictamente el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas porque sirve a sus intereses de seguridad.
Sin embargo, esta realidad contrasta con el reciente enconamiento de las posiciones que han mostrado una y otra en materia de control de armas nucleares, lo que llevó a la terminación del Tratado de Misiles de Corto y Medio Alcance (Tratado INF) el 2 de agosto de 2019 después de haberlo denunciado el 1 de febrero de 2020. Como comentamos en la entrada del semestre anterior dedicada a este tema, parece que el Tratado de Cielos Abiertos (Open Skies) de 24 de marzo de 1992, seguirá el mismo camino y las nunca iniciadas negociaciones entre Moscú y Washington para la renovación del Nuevo START han quedado aparcadas debido a la epidemia que azota al mundo actualmente.
El Tratado START expira el 5 de febrero de 2021 y tanto el presidente Putin como el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov han expresado repetidamente su voluntad de renovarlo o extenderlo sin obtener respuesta de la otra parte. Queda una esperanza y es que, en medio de la desastrosa situación sanitaria y económica a la que se están enfrentando todos los países en estos momentos -y que también ha generado cooperaciones y ayudas inesperadas-, algunos responsables de la política exterior americana aconsejen al presidente Trump la idoneidad de extender el Tratado, que puede hacerse por un período de cinco años mediante un acuerdo ejecutivo entre los dos gobiernos sin necesidad de la intervención de los parlamentos nacionales. Como hemos dicho en otro lugar, el sistema de estabilidad estratégica se estaba resquebrajando, se abría la puerta a un nuevo rearme de las grandes potencias, lo que haría el mundo más inseguro. Sin embargo, ahora ese mundo que conocemos está en shock, por lo que los dirigentes de las grandes potencias deberían tomar les mejores decisiones para garantizar la seguridad mutua y mantener un marco de seguridad estable que permita acometer la recuperación económica. En este período no esperemos intervenciones decisivas de los dirigentes europeos, en un mundo más inseguro sencillamente se han convertido en testigos silenciosos de los acontecimientos.
Tomorrowland.
¿El escenario U.E. es un espectador de las superpotencias?
ResponderEliminarNo tenemos dirigentes que sean capaces de liderar una crisis de esta embergadura.
Resultará muy difícil que los altos dirigentes de los países busquen un nuevo rumbo en los objetivos de la política y la economía mundiales.
ResponderEliminarMás bien la inercia aboca a un mundo de extremos: países cada vez más pobres y más ricos y ciudadanos cada vez menos necesarios para el desarrollo de la economía frente a una élite cada vez más endiosada y distante.
Muchas gracias, Luis.
ResponderEliminarMuy bueno el trabajo que estás realizando. D.A.
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminar