En
el número más reciente de la Revista
General de Marina, publicación oficial de la Armada Española, y dedicado
precisamente a los cien años del Arma Submarina, se publica un más que
recomendable artículo del capitán de navío Nicolás Monereo Alonso sobre el
estado actual de uno de los programas prioritarios del Ministerio de Defensa,
el Programa S-80 cuyas características principales son un nuevo sistema de propulsión
y gran autonomía en inmersión, el único que por cuestiones tecnológicas y de
ingeniería, y no por motivos presupuestarios como pudiera a priori pensarse,
está acumulando tal cantidad de retrasos que ponen en peligro mantener la
capacidad de combate submarina de la Armada. Desde que se descubrió el problemas
de los pesos a principios de 2013 los medios de comunicación generalistas se
han cebado en las críticas a la Armada y a la empresa estatal Navantia por su
aparente falta de capacidad para acometer un proyecto de tal complejidad porque
era la primera vez que en España se diseñaba y construía un submarino para la
Armada sin asistencia extranjera –como si esto no hubiera ocurrido con el
programa del SSN Astute de la Royal
Navy que acumula un retraso de cincuenta y siete meses y ha requerido la
asistencia de ingenieros americanos de la empresa General Dynamics Electric
Boat para resolverlos-. De hecho, cuando se tuvo constancia del problema, el
primer submarino de la serie de cuatro unidades ya se encontraba en un estado
avanzado de construcción. El autor, que es precisamente el jefe del Programa
S-80, afirma que “teniendo una idea clara de lo que ha ocurrido, será posible
entender mejor la situación en la que se encuentra el programa, las circunstancias
que lo rodean y el impacto de las futuras decisiones que se adopten”. A lo largo
del ensayo examina el concepto del S-80, los problemas que surgieron a lo largo
del programa, precisamente la crisis de los pesos, el rediseño del submarino
como consecuencia de la detección del problema, el estado actual y el futuro
del programa. El capitán de navío Monereo Alonso concluye que “a corto plazo,
podemos decir que hay un proyecto viable y que, salvo ciertas desviaciones aceptadas
por la Armada, cumple con la mayor parte de los requisitos iniciales; hay un
astillero envuelto en un proceso de transformación orientado a potenciar su
capacidad de abordar proyectos de esta entidad y se cuenta con el apoyo de
importantes socios tecnológicos con marcada experiencia.”, la US Navy y General
Dynamics Electric Boat. Pero, sin aportar fechas concretas, afirma que “ese
producto tardará todavía en llegar, lo que va a poner al Arma Submarina en una
posición difícil que, con toda seguridad, afectará al adiestramiento y moral de
los submarinistas, cuyas perspectivas de carrera pueden verse frustradas al no
contar con una Flotilla mínimamente operativa durante los próximos años.” No
obstante, el Secretario de Estado de Defensa Argüelles afirmó el 7 de octubre
de 2014 que la fecha más segura para la entrega de la primera unidad a la
Armada será 2018 –hay que recordar que en junio de 2012 se dio de baja el submarino
S-72 Siroco por no disponer de
créditos presupuestarios para llevar a cabo su cuarta gran carena, y que en
2016 se dará de baja el S-71 Galerna-. Mientras tanto el coste del programa se
ha elevado a los 2.344 millones de euros.
Referencia completa: Monereo Alonso, N.: «El
futuro del Arma Submarina: el S-80», Revista
General de Marina t.269, agosto/septiembre de 2015, pp. 357-365.
¡12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional!
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