El 30 de mayo de 2019 se lanzó desde el cosmódromo
de Baikonur, en Kazakhstán, un cohete Protón-M que puso en órbita el satélite
Yamal-601 de Grazprom Space Systems destinado a proporcionar servicios de
comunicaciones fijas, radiodifusión y acceso a internet. Se trata del primer
lanzamiento de un cohete Protón-M en 2019 –el anterior ocurrió el 21 de
diciembre de 2018, que puso en órbita un satélite de comunicaciones para el
Ministerio de Defensa ruso–. El satélite Yamal-601 fue diseñado, y sus
componente construidos, por la empresa europea Thales Alenia Space y está basado
en la plataforma Spacebus 4000C4. Posteriormente fue montado por la corporación
rusa Reshetnev Information
Satellite Systems. El aparato tenía un peso de lanzamiento de
5,4 toneladas, 7,3 kw de potencia de carga útil y con una vida operativa
estimada de quince años, está
equipado con dieciocho transpondedores en banda C para dar cobertura
al territorio de Rusia, a los países del “extranjero cercano”, Oriente Medio y
parte del Sudeste Asiático, y con treinta y dos haces en banda Ka, que cubren
la Rusia europea, incluido Kaliningrado, y el oeste de Siberia. Se trata del
satélite de comunicaciones más potente por ancho de banda que entrará en
servicio en Rusia y está destinado a reemplazar al Yamal-202 ofreciendo más servicios
y mayores coberturas. Un día después el Ministro de Defensa ruso, general
Sergei Shoigú, informó que en 2019 se lanzarán dos nuevos satélites de
comunicaciones militares Meridian-M, que “ampliarán las áreas de accesibilidad
de las comunicaciones satelitales en el territorio de Rusia y fuera de este,
incluido en el Ártico”. El consejero delegado de Reshetnev Information Satellite Systems, Nikolai Testoyedov,
hizo público que planeaban tener listo el primer satélite Meridian-M a fines de
2018, el segundo en 2019, el tercero en 2020 y el cuarto en 2022, de modo que puedan
ir sustituyendo progresivamente a los anteriores de las series Molniya y Raduga
según vayan llegando al final de su vida operativa. En su comparecencia del 31 de mayo de 2019 el general Shoigú también
informó de que este año se lanzará el cuarto satélite de la constelación Blagovets,
que está destinada a proporcionar a los servicios militares acceso a internet
de alta velocidad, transmisión de datos y comunicaciones telefónicas y videoconferencias
en las frecuencias de bandas Ka y Ku –los tres primeros satélites se pusieron
en órbita en agosto de 2017 y abril y diciembre de 2018–. Estas noticias
parecerían a priori anodinas,
aburridas, si no fuera porque el constructor del satélite civil es una empresa
europea y se supone que estamos ante un escenario internacional en el que siguen
vigentes las sanciones aprobadas por el Consejo –y renovadas periódicamente– contra
Rusia desde 2014 como represalia por la reintegración de la península de Crimea
a la Federación Rusa, acontecimiento que Bruselas y las capitales occidentales
siguen considerando ilegal. Y que la empresa encargada de fabricar el satélite civil
Yamal-601 sea Reshetnev
Information Satellite Systems, empresa rusa como hemos dicho más arriba y
también responsable de la fabricación e integración de los novedosos satélites
Meridian-M para el Ministerio de Defensa ruso. Y que el comprador y operador
del satélite civil sea Gazprom, una de las empresas paraestatales rusas más
señaladas durante este período como agente de los intereses gubernamentales rusos
dentro y fuera del país, con múltiples ramificaciones y remanso de oligarcas
que han progresado bajo la égida de Moscú. Parece que esto no ha llamado la
atención, ¿o sí? Como en el caso de los Estados Unidos –como ya hemos destacado
en el blog en entradas anteriores– parece que las sanciones de represalia aprobadas
por el Bloque occidental contra Rusia no afectan a las actividades espaciales –o
sencillamente a las que no interesa que afecten– en las que se siguen
manteniendo la cooperación técnica y tecnológica, los intercambios comerciales y
las relaciones empresariales mutuas. A aquellos que amenazaron con imponer
sanciones a Siemens por suministrar las turbinas que finalmente acabaron en la
nueva central eléctrica inaugurada por el presidente Putin el día del quinto
aniversario de la reincorporación de Crimea a Rusia (21 de marzo de 2019) habría
que recordarles que los servicios de comunicaciones que aportará el nuevo
satélite civil Yamal-601 también se recibirán en territorio crimeo y se usarán
para mejorar las comunicaciones con Rusia y que la tecnología desarrollada para
ese satélite civil de Gazprom también terminará dando cobertura al despliegue
militar ruso en Siria o en el Ártico. Pero verán como no ocurre nada de nada. ¡Mire
usté!.
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