El 11 de diciembre de 2017 el Presidente Putin
realizó una importante gira por Egipto y Turquía para firmar con ambos
gobiernos contratos de suministro de armas, equipos militares e inversiones en
infraestructuras tecnológicas. De forma no anunciada, como no podía ser de otra
manera, en el vuelo de camino a Egipto, el avión presidencial Tu-214 hizo
escala en la bases aérea de Hmeymim, en Siria, donde se entrevistó con el
Presidente al Assad y pasó revista a las tropas rusas allí desplegadas,
acompañado por el Ministro de Defensa Serguei Shoigú y el jefe del contingente
militar ruso, general Serguei Surovikin. En la intervención pública en el campo
del aeródromo militar el Presidente
Putin expresó enfáticamente: “Ordeno
al Ministro de Defensa, al jefe del Estado Mayor proceder a la retirada del
grupo de las tropas rusas a las bases de su emplazamiento permanente”. De
esta manera, anunciaba la retirada de la parte sustancial del despliegue
militar ruso como consecuencia de la incontestable derrota sobre las
organizaciones terroristas implicadas en
la guerra civil siria, principalmente el autodenominado Estado Islámico y el
Frente al-Nusra, que habían sido expulsadas de todos sus centros de poder por
el Ejército sirio con el apoyo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y otros
asesores militares, según había anunciado el jefe del Estado Mayor General de
Rusia, general Valeri Gerásimov, el 6 de diciembre de 2017. El Presidente Putin
destacó que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia habían cumplido la tarea
encomendada con éxito: “En poco más de dos años las Fuerzas Armadas de Rusia derrotaron
el grupo más combativo de los terroristas internacionales, por lo tanto he
decidido que la parte más significativa del contingente militar ruso desplegado
en Siria regresara a casa, a Rusia”, destacando la alta capacidad combativa de
las unidades militares implicadas que demostraron “las mejores cualidades del
soldado ruso: coraje, heroísmo, coordinación, determinación, brillante
competencia y profesionalismo”. Por eso, precisó que “regresan con victoria a
sus hogares, a sus padres, esposas, hijos y amigos. La Patria les está
esperando, amigos. ¡Vayan con Dios! Gracias por su servicio.” Sin embargo, declaró
que se mantendrá la presencia militar
permanente en las bases de Hmeymim y Tartus, lo que ha sido regulado jurídicamente
mediante dos acuerdos internacionales con el gobierno sirio que han sido ratificados
por el parlamento ruso antes de final de 2017. El Presidente Putin aclaró que “si
los terroristas vuelven a levantar cabeza, asestaremos un golpe que todavía no
han visto” –aquí podemos traer a colación la declaración del Presidente Putin
de 9 de diciembre de 2015 sobre el eventual uso de armas nucleares contra los
terroristas-. Para Moscú, la cooperación con Turquía e Irán es decisiva para
reconducir el proceso político en Siria y lograr una solución pacífica y a
largo plazo que implica como principio fundamental el mantenimiento de la
integridad territorial del país. El Presidente Putin recordó algo que parecía
poco probable a mediados de 2015: “Siria ha persistido como un Estado soberano
e independiente”. Y esto a pesar de la actuación de la Coalición Internacional
liderada por los Estados Unidos, que ha llevado a cabo desde 2014 una campaña
errática, inconstante y a ratos hasta peligrosa de ataques aéreos en el
interior de Siria, sin ningún tipo de autorización del gobierno sirio o del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ha implicado el derribo de
aviones de combate de la fuerza aérea siria cuando estaban atacando objetivos terroristas
o a entorpecer el vuelo de aviones de combate rusos que operaban al este del
río Éufrates a finales de noviembre y principios de diciembre de 2017. Sin
embargo, el general Gerásimov apuntó en su comparecencia del 6 de diciembre de
2017: “creo que es necesario destacar algunos momentos positivos de los contactos
ruso-americanos para resolver la crisis siria”, destacando la operatividad del Memorándum de Entendimiento entre el
Ministerio de Defensa ruso y el Departamento de Defensa americano de octubre de
2015 que ha permitido “la ausencia de incidentes graves gracias a las
acciones activas de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y la aviación de la
coalición internacional en el espacio aéreo sirio.” Ante el éxito obtenido en
el combate a los terroristas yihadistas en Siria, el general Gerásimov ofreció
la colaboración para completar la destrucción del Estado Islámico en el
noroeste de Irak: “Estamos dispuestos a dialogar y a unirnos a nuestros socios
americanos para solucionar este problema”. Pero, precisamente el día antes, la
Administración Trump se apuntaba el éxito de la derrota del Estado Islámico, afirmación
que sin duda causó sonrojo hasta en sus propias filas –no así en algunos
dirigentes europeos, que parecen no tener freno en sus declaraciones públicas-.
Por ello, el general Gerásimov decía: “con el trasfondo de los logros de las
fuerzas gubernamentales en la liberación de su territorio estatal y
considerando la postura de los Estados Unidos respecto al apego a la integridad
territorial y a la independencia de Siria, es incomprensible que los americanos
aspiren a echar raíces en el país árabe” –se refería en concreto a presencia
militar americana de Al Tanaf que obstaculizaba tomar el control de la frontera
con Jordania e Irak a las fuerzas gubernamentales sirias-. Como ocurrió en el
caso de los trasvases petroleros ilegales en la frontera sirio-turca a finales
de 2015, cuando se le acabó la paciencia el mando militar ruso aportó
información gráfica más que suficiente de dicha presencia y de los distintos movimientos de
los grupos de terroristas en torno a la base militar americana al interior de
Siria. Inmediatamente después de las palabras del Presidente Putin en la base aérea de Hmeymim, el general Surovikin declaró: "Procedo a cumplir la misión asignada del repliegue de las tropas, a saber, veinticinco medios aéreos incluyendo veintitrés aviones de diversos tipos, dos helicópteros Ka-52, un destacamento de la policía militar, otro de operaciones especiales, un hospital de campaña militar y la unidad del Centro de Desminado." De este modo, el mismo día 11 de diciembre de 2017 las unidades aéreas
rusas comenzaron a llegar a sus bases permanentes en territorio nacional
(Khabarovsk, Ashuluk-Astrakhan, Murmansk, Irkutsk, Ivanovo, Saratov…), a las
que siguieron por vía aérea en los días siguientes personal de las unidades terrestres
de desminado, policía militar y servicios sanitarios. De nuevo la
Administración Trump puso en tela de juicio la retirada de las fuerzas rusas,
con lo que persistía la rivalidad dialéctica entre ambos gobiernos sobre la
implicación en la guerra en Siria y el éxito -¡ahora sí!- en la derrota del Estado
Islámico. Pero, ¿no se supone que el
enemigo de todos es el terrorismo yihadista? Parece que siempre habrá terroristas
“malos” y terroristas “buenos”, que son aquellos que sirven a los intereses del
que les apoya, les arma o les financia, asunto del que se queja amargamente Turquía
a sus aliados occidentales como hemos recordado en una de las entradas más
recientes del blog: TURQUÍA Y LAS RELACIONES CON EL BLOQUE OCCIDENTAL. Mientras tanto, Rusia ha sido capaz de imponer sus tesis en la guerra civil siria, ha acercado a Turquía y a Irán y ha generado un nuevo escenario político-estratégico en Oriente Medio mucho más favorable a sus intereses.
Web dedicada a temas de Derecho Internacional, Relaciones Internacionales y Ciencia Política en forma de artículos y comentarios desde la comunidad de la Universidad de La Laguna (Tenerife, España). «Contemplando el centro de la Historia»
COHETES Y MÁS COHETES
Las grandes potencias siguen avanzando en una nueva
carrera espacial y, como hemos comentado en varias ocasiones anteriormente, se
puede hablar abiertamente de una creciente militarización
del espacio, donde unas y otras tratan de instalar sistemas avanzados de
detección, vigilancia y comunicaciones. Así, el día 2 de diciembre de 2017 las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia (VKS)
llevaron a cabo el lanzamiento de un cohete portador Soyuz-2.1b desde el cosmódromo
de Plesetsk, en el norte de la Rusia europea, que fue el encargado de poner en
órbita un satélite de reconocimiento
electrónico Lotos-S1, que forma parte del sistema Liana junto con los dos
satélites del mismo tipo lanzados en noviembre de 2009 (Cosmos-2455) y en
diciembre de 2014 (Cosmos-2502). El nuevo satélite ha adoptado la denominación
militar rusa de Cosmos-2524. Hay que destacar que, de nuevo, este año se ha
producido un salto en la denominación de los satélites militares rusos, de modo
que es probable que el Cosmos-2523 sea un satélite asociado a la misión del
satélite inspector Cosmos-2519 que se lanzó el 23 de junio de 2017, como así
reconoció el Ministro de Defensa Sergey Shoigú en un anuncio oficial el 23 de
agosto de 2017 –de este asunto nos ocupamos en la entrada titulada DEMASIADOS PÁJAROS EN EL CIELO VERSIÓN 2017: COHETES ESTRATÉGICOS, SATÉLITES Y ARMAS ESPACIALES de septiembre de 2017. Posteriormente, el día 26 de diciembre de
2017, las Fuerzas Coheteriles
Estratégicas (RVSN) efectuaron el lanzamiento del sexto cohete estratégico del año, en concreto se trató de un Topol que se disparó desde el polígono de
pruebas de Kapustin Yar, en Astrakán (sur de Rusia), hasta el polígono homónimo
de Sary-Shagan en Kazakhistán. Según información oficial la prueba sirvió para
“recoger datos experimentales que se usarán para el desarrollo de contramedidas
de defensa antimisiles avanzadas”. Se trata del segundo lanzamiento de las
mismas características efectuado en 2017, ya que el anterior tuvo lugar el 26
de septiembre. Como destaca Pavel Podvig en la entrada más reciente de su blog,
de nuevo los lanzamientos realizados en el ejercicio por las RVSN se quedan muy
por debajo de los programados inicialmente: seis en lugar de los diez que
anunció el general Karakayev en diciembre de 2016. De este modo, hay que tomar
con reservas el anuncio hecho por el mismo comandante en Krasnaya Zvezda el 14 de diciembre de 2017 de doce pruebas dinámicas de cohetes estratégicos en 2018. Fuentes independientes informaron que el día 27 de diciembre de 2017 tuvo lugar en el cosmódromo de Plesetsk la primera prueba del cohete Sarmat, actualmente en desarrollo para las RVSN y que está destinado a sustituir al R-36M2 Voevoda en las divisiones de cohetes estratégicos de Dombarovsky y Uzhur. Se trató de una prueba de eyección, no de un lanzamiento completo destinada a validar la motorización de la primera etapa del cohete. Este nuevo cohete pesado tendrá capacidad para cargar diez ojivas nucleares pesadas o hasta quince del rango de entre 150 kilotones y un megatón a una distancia máxima operativa de 16.000 kilómetros. Sin
embargo, esto no es óbice para que el Bloque occidental y Rusia sigan
cooperando intensamente en materia espacial, al mismo tiempo que se mantiene el
régimen de sanciones económicas, financieras y comerciales a instituciones, empresas
y ciudadanos rusos impuesto en julio y agosto de 2014. En el marco de esa cooperación
persistente, el 19 de diciembre de 2017 la nave
Soyuz MS-07, que había sido lanzada desde el cosmódromo ruso de Baikonur en
un cohete propulsor Soyuz FG dos días antes, se acopló en modo automático a la Estación Espacial Internacional con
tres cosmonautas a bordo: un ruso, un americano y un japonés, que permanecerán
cuatro meses en la estación para realizar unos doscientos cincuenta estudios
científicos sobre biología, fisiología, ciencias físicas y desarrollo tecnológico.
Precisamente, los Estados Unidos y Rusia han firmado un acuerdo para la
construcción de una nueva estación espacial internacional… que orbitará
alrededor de la Luna, y que han denominado programa
Deep Space Gate. La finalidad es
utilizarla como lanzadera a las misiones a Marte a partir de 2030. Ya se ha
anunciado que las otras agencias espaciales occidentales, como la Agencia
Espacial Europa y las entidades homónimas de Canadá y Japón, se incorporarán más
adelante al proyecto. Hay que recordar que China, y también la India, tienen
programas espaciales en marcha cuyo objetivo es la conquista de Marte. Y no debemos olvidar la iniciativa privada del empresario Elon Musk -el Howard Houghes del siglo XXI- con el lanzamiento del enorme cohete Falcon Heavy de SpaceX que está programado para enero de 2018. Son los nuevos tiempos de la globalización, también en el espacio.