Como Estado nuclear el gobierno indio se adhiere a la política de no primer uso de armas nucleares, lo que supone que su arsenal nuclear es de naturaleza disuasiva y se emplearía solo como represalia frente a una agresión con armas de destrucción masiva que ponga en grave peligro la seguridad del país.
Dos días después, en los astilleros de Kochi, estado de Kherala, se llevó a cabo la botadura del primer portaviones de construcción nacional: el Vikrant, que complementará al portaviones de origen ruso Vikramaditya, que entregarán a la Armada India los astilleros Sevmash de Severodvinsk a finales de 2013 (véase http://sp.rian.ru/Defensa/20130327/156724154.html). Ambos portaviones estarán equipados con un ala aérea embarcada formada por aviones de combate Mig-29K y helicópteros Ka-27 y Ka-31. Los portaviones representan claramente las pretensiones de la India como potencia regional con aspiraciones hegemónicas en el océano Índico; como declaró el Ministro de Defensa, K. A. Antony, “la botadura de hoy es solo el primer paso en un largo camino que debemos recorrer para acrecentar nuestro potencial defensivo en el mar” (declaraciones recogidas en http://sp.rian.ru/Defensa/20130812/157787292.html).
En enero de de 2012 la Armada india recibió por un período de diez un submarino nuclear de ataque (SSN) de la clase 971 Schuka-B (Akula II en código OTAN), denominado Chakra, construido en los astilleros rusos del Amur, en el Extremo Oriente. Además, en marzo de 2013 se anunció la posibilidad de que el gobierno indio financie la construcción de un segundo submarino de esta clase que se encuentra sin terminar en los mismos astilleros rusos (en http://sp.rian.ru/Defensa/20130312/156599909.html). La posesión de avanzados SSN otorga a las fuerzas submarinas indias una capacidad de patrullaje sin paragón, solo equiparable a los submarinos de ataque más modernos de la Armada americana presentes en la región, y representa un paso intermedio en el desarrollo de una nueva clase de SSN nacionales que dispondrán de la capacidad de lanzamiento de misiles de crucero.
Por su parte, las potencias occidentales, incluida Rusia, alientan las aspiraciones indias de ejercer el control marítimo en la región pues se opone directamente a la presencia china en el océano Índico, el Golfo Pérsico y la franja suroriental de África, de donde proceden la mayor parte del petróleo y las materias primas necesarios para el desarrollo industrial nacional. Desde la visión estratégica de Washington, la India está llamada a oponerse a China en el océano Índico, los Estados Unidos y su coalición de aliados encabezada por Japón en el Pacífico y Rusia en el norte, realizando una gran política de cerco como ya hicieron durante la Guerra Fría con la Unión Soviética. En este sentido, la India actuará como un Estado clientelar de los intereses de Occidente y será un aliado fundamental en el gran conflicto del Pacífico de la próxima década.
El programa de
construcciones navales en Benoist Bihan: “La Marine, fer de lance de la
puissance indienne”, Défense &
Securité Internationale núm. 94, julio/agosto de 2013, pp. 70-77.
Sobre la política
nuclear de la India, véase Vipin Narang: Did India change its nuclear doctrine? Much Ado about nothing. IDSA Comment, 1 de marzo de
2011, en http://www.idsa.in/idsacomments/DidIndiaChangeitsNuclearDoctrine_vnarang_010311