En el breve ensayo que lleva por título «Operación Atrina: la Armada soviética a la ofensiva» estudiamos la operación naval que bajo la planificación del almirante N. Chernavin (comandante en jefe de la Armada, 1985-1992) llevaron a cabo las fuerzas submarinas de la Unión Soviética en marzo de 1987 con una extraordinaria planificación y ejecución que sembró el pánico entre las autoridades navales y políticas de los Estados Unidos y los miembros de la Alianza Atlántica. En este trabajo exponemos las escasas fuentes documentales existentes, con una casi completa ausencia de mención en las occidentales, el objetivo del operativo naval secreto preparado desde 1985, así como la unidad , el comandante de la misión y los submarinos empleados en la operación que llevó a una división de submarinos nucleares de ataque a las costas atlánticas de los Estados Unidos sin ser detectados en la etapa álgida de la denominada «Segunda Guerra Fría». Texto completo en Revista General de Marina t.262, marzo de 2012, pp. 249-252.
Web dedicada a temas de Derecho Internacional, Relaciones Internacionales y Ciencia Política en forma de artículos y comentarios desde la comunidad de la Universidad de La Laguna (Tenerife, España). «Contemplando el centro de la Historia»
AMENAZA DE DERRIBO DE UN COHETE DE OTRO PAÍS
Como hemos insistido en entradas anteriores, la región del Pacífico norte se está convirtiendo en un área geoestratégica crecientemente inestable. Las relaciones de poder en la región se han mantenido estables durante décadas en razón de la existencia de una potencia hegemónica, los Estados Unidos, que impone las reglas del subsistema regional a través de una coalición de Estados que se sostiene en acuerdos bilaterales y multilaterales, algunos de los cuales datan de la posguerra mundial. Una vez desapareció la Unión Soviética, los Estados Unidos han dispuesto de dos décadas para consolidar su poder regional basado en los siguientes principios:
- Rusia no es un adversario regional y, por tanto, los posibles desacuerdos que puedan surgir entre ambas potencias no requieren de medidas de carácter militar que impongan la carga de mantener un sistema de disuasión militar o la presencia de fuerzas de combate permanentes pues se descarta un enfrentamiento militar entre ellas en la región.
- Japón es la potencia militar regional, tanto por sus capacidades militares, autolimitadas hasta ahora constitucional y presupuestariamente, como por el pensamiento estratégico de sus elites dirigentes. Japón depende para su supervivencia del tráfico marítimo internacional así que a cambio de renunciar a la hegemonía regional, los Estados Unidos se encargan de mantener abiertas las rutas marítimas y comerciales y no permitirán la emergencia de potencias que pongan en peligro este acuerdo regional mutuamente beneficioso. Esta es la misma razón que mantiene unidas a Australia, Nueva Zelanda, Taiwán o Corea del Sur a la alianza militar regional liderada por los Estados Unidos y que lleva a estos países a participar en intervenciones militares supuestamente tan alejadas de sus propios intereses nacionales como en Irak, Afganistán o la lucha contra la piratería en el Océano Índico.
- China ha sido y es usada por los Estados Unidos para mantener el equilibrio regional frente a otras potencias emergentes que puedan poner en peligro su poder en la región. Durante la Guerra Fría Nixon y Kissinger renunciaron a los principios morales en política exterior para alcanzar un acuerdo global con China que permitiera cercar definitivamente a la Unión Soviética, precisamente en una etapa donde ésta se estaba imponiendo en áreas regionales como Oriente Medio, África y parcialmente en América Latina. En la etapa actual, China es y seguirá siendo el elemento moderador de posibles veleidades expansionistas de Japón o, incluso, aunque parezca complicado pero no lo debemos descartar, de una Corea unificada. Ambos Estados son dos potencias comerciales mundiales que debido a las garantías de seguridad aportadas por los Estados Unidos durante setenta años han podido alcanzar estándares de desarrollo económico, social, científico y tecnológico homologables a las potencias occidentales. Por tanto, para mantenerse los Estados Unidos harán uso de la relación especial y compleja con China, pues aunque ésta es el primer acreedor mundial de los Estados Unidos, también los Estados Unidos son los que han facilitado el desarrollo económico chino debido a la política de puertas abiertas prácticamente sin restricciones a las importaciones chinas, han permitido más allá de declaraciones formales la violación sistemática de las leyes de propiedad intelectual e, incluso, han consentido en algunos casos el espionaje industrial para permitir que China pudiera mantener su crecimiento económico acelerado en el tiempo. También es verdad que el crecimiento chino se irá desacelerando progresivamente hasta situarse en márgenes propios de economías desarrolladas. Si fuera preciso, los Estados Unidos usarían el control de los mares y las rutas comerciales y energéticas para manejar las relaciones mutuas y ante esta situación, China no tiene ninguna alternativa actualmente. La gran baza americana es que la gran potencia militar y energética del norte, Rusia, se encuentra firmemente anclada al bloque occidental conforme a los acuerdos que regulan el sistema internacional globalizado alcanzados durante la presidencia de Obama.
Pues bien, en este momento Corea del Norte ha anunciado el lanzamiento de un cohete el próximo mes de abril (entre los días 12 y 16) que situará en órbita polar un satélite de comunicaciones. Fuentes gubernamentales japonesas encabezadas por el Ministro de Defensa Naoki Tanaka han confirmado que durante el lanzamiento se activarán los sistemas de defensa antimisiles –basados en satélites de reconocimiento, estaciones de seguimiento terrestres y las capacidades de combate de los destructores clase Kongo y de los misiles antiaéreos Patriot PAC-3– y que si el cohete sobrevuela espacio aéreo de Japón será derribado. Es la primera vez que un gobierno avisa abiertamente que va a derribar un cohete no militar de otro país. Esto puede significar dos cosas: o que los japoneses no se fían de que el cohete tenga una misión digamos "civil", como es colocar un satélite en el órbita –hay que recordar que el último lanzamiento de Corea del Norte el 5 de abril de 2009 y la posterior prueba nuclear el 25 de mayo de 2009 llevaron a una condena general mediante la Resolución 1874 (2009) del Consejo de Seguridad y al endurecimiento de las sanciones porque se sospechó que el cohete pudo ser usado con fines militares para probar una ojiva nuclear–, o que americanos y japoneses quieran aprovechar la ocasión para validar en un caso real las nuevas capacidades desarrolladas para la Defensa Antimisiles que debe proteger el territorio continental de los Estados Unidos, a Europa occidental y a los aliados americanos en el Pacífico que hemos citado. Es decir, se trataría de demostrar la credibilidad práctica de la promesa de seguridad cuasi-absoluta que otorgan los Estados Unidos a quienes se mantienen firmes en su bloque y, también, la debilidad absoluta de aquellos que se quedan fuera.
- Rusia no es un adversario regional y, por tanto, los posibles desacuerdos que puedan surgir entre ambas potencias no requieren de medidas de carácter militar que impongan la carga de mantener un sistema de disuasión militar o la presencia de fuerzas de combate permanentes pues se descarta un enfrentamiento militar entre ellas en la región.
- Japón es la potencia militar regional, tanto por sus capacidades militares, autolimitadas hasta ahora constitucional y presupuestariamente, como por el pensamiento estratégico de sus elites dirigentes. Japón depende para su supervivencia del tráfico marítimo internacional así que a cambio de renunciar a la hegemonía regional, los Estados Unidos se encargan de mantener abiertas las rutas marítimas y comerciales y no permitirán la emergencia de potencias que pongan en peligro este acuerdo regional mutuamente beneficioso. Esta es la misma razón que mantiene unidas a Australia, Nueva Zelanda, Taiwán o Corea del Sur a la alianza militar regional liderada por los Estados Unidos y que lleva a estos países a participar en intervenciones militares supuestamente tan alejadas de sus propios intereses nacionales como en Irak, Afganistán o la lucha contra la piratería en el Océano Índico.
- China ha sido y es usada por los Estados Unidos para mantener el equilibrio regional frente a otras potencias emergentes que puedan poner en peligro su poder en la región. Durante la Guerra Fría Nixon y Kissinger renunciaron a los principios morales en política exterior para alcanzar un acuerdo global con China que permitiera cercar definitivamente a la Unión Soviética, precisamente en una etapa donde ésta se estaba imponiendo en áreas regionales como Oriente Medio, África y parcialmente en América Latina. En la etapa actual, China es y seguirá siendo el elemento moderador de posibles veleidades expansionistas de Japón o, incluso, aunque parezca complicado pero no lo debemos descartar, de una Corea unificada. Ambos Estados son dos potencias comerciales mundiales que debido a las garantías de seguridad aportadas por los Estados Unidos durante setenta años han podido alcanzar estándares de desarrollo económico, social, científico y tecnológico homologables a las potencias occidentales. Por tanto, para mantenerse los Estados Unidos harán uso de la relación especial y compleja con China, pues aunque ésta es el primer acreedor mundial de los Estados Unidos, también los Estados Unidos son los que han facilitado el desarrollo económico chino debido a la política de puertas abiertas prácticamente sin restricciones a las importaciones chinas, han permitido más allá de declaraciones formales la violación sistemática de las leyes de propiedad intelectual e, incluso, han consentido en algunos casos el espionaje industrial para permitir que China pudiera mantener su crecimiento económico acelerado en el tiempo. También es verdad que el crecimiento chino se irá desacelerando progresivamente hasta situarse en márgenes propios de economías desarrolladas. Si fuera preciso, los Estados Unidos usarían el control de los mares y las rutas comerciales y energéticas para manejar las relaciones mutuas y ante esta situación, China no tiene ninguna alternativa actualmente. La gran baza americana es que la gran potencia militar y energética del norte, Rusia, se encuentra firmemente anclada al bloque occidental conforme a los acuerdos que regulan el sistema internacional globalizado alcanzados durante la presidencia de Obama.
Pues bien, en este momento Corea del Norte ha anunciado el lanzamiento de un cohete el próximo mes de abril (entre los días 12 y 16) que situará en órbita polar un satélite de comunicaciones. Fuentes gubernamentales japonesas encabezadas por el Ministro de Defensa Naoki Tanaka han confirmado que durante el lanzamiento se activarán los sistemas de defensa antimisiles –basados en satélites de reconocimiento, estaciones de seguimiento terrestres y las capacidades de combate de los destructores clase Kongo y de los misiles antiaéreos Patriot PAC-3– y que si el cohete sobrevuela espacio aéreo de Japón será derribado. Es la primera vez que un gobierno avisa abiertamente que va a derribar un cohete no militar de otro país. Esto puede significar dos cosas: o que los japoneses no se fían de que el cohete tenga una misión digamos "civil", como es colocar un satélite en el órbita –hay que recordar que el último lanzamiento de Corea del Norte el 5 de abril de 2009 y la posterior prueba nuclear el 25 de mayo de 2009 llevaron a una condena general mediante la Resolución 1874 (2009) del Consejo de Seguridad y al endurecimiento de las sanciones porque se sospechó que el cohete pudo ser usado con fines militares para probar una ojiva nuclear–, o que americanos y japoneses quieran aprovechar la ocasión para validar en un caso real las nuevas capacidades desarrolladas para la Defensa Antimisiles que debe proteger el territorio continental de los Estados Unidos, a Europa occidental y a los aliados americanos en el Pacífico que hemos citado. Es decir, se trataría de demostrar la credibilidad práctica de la promesa de seguridad cuasi-absoluta que otorgan los Estados Unidos a quienes se mantienen firmes en su bloque y, también, la debilidad absoluta de aquellos que se quedan fuera.
RESEÑA DE "ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA DE LA POLÍTICA EXTERIOR" EN LA WEB DEL IEEE
El sitio web del Instituto Español de Estudios Estratégicos, dependiente del Ministerio de Defensa, ha incluido el 12 de marzo de 2012 una reseña bibliográfica de mi último libro Elementos para una teoría de la política Exterior (Tirant lo blanch. Valencia, 2012) que se puede consultar en http://www.ieee.es/Galerias/fichero/OtrasPublicaciones/Nacional/ElementosPoliticaExterior_PerezGil_Resena.pdf
El libro está disponible en: http://www.tirant.com/libreria/detalle?articulo=9788490045213&new=47
El libro está disponible en: http://www.tirant.com/libreria/detalle?articulo=9788490045213&new=47
INCENDIO DE UN SUBMARINO NUCLEAR PORTAMISILES DE LA FLOTA DEL NORTE
El submarino nuclear lanzamisiles K-84 Ekaterimburgo, de la clase 667BDRM, sufrió el pasado 29 de diciembre de 2011 un pavoroso incendio mientras se encontraba en el dique flotante de Roslyakovo (Murmansk, norte de Rusia europea) efectuando trabajos de mantenimiento. Según informó el Estado Mayor de la Armada, las llamas se iniciaron en los andamios montados alrededor del submarino debido a una violación del protocolo de seguridad en los trabajos de reparación, y el incendio posterior, que duró nueve horas, afectó al casco exterior, dañó completamente los sistemas hidroacústicos y parte de la cubierta anecoica que cubre el casco exterior. Nueve personas fueron hospitalizadas con carácter leve por intoxicación de humos, según el comunicado del Ministerio de Situaciones de Emergencias. Al realizar tareas de mantenimiento en dique seco, el submarino se hallaba desprovisto de armas y con los reactores nucleares apagados. El día 30 de diciembre el Presidente Medvédev informó públicamente de las circunstancias del accidente, de las medidas de seguridad adoptadas y ordenó a la Fiscalía General de la Federación iniciar una investigación criminal. En su comparencia, el Presidente Medvédev informó de que había emitido instrucciones a los vice-Primeros Ministros Igor Sechin y Dmitry Rogozin para que se tomen todas las medidas necesarias para devolver el submarino al servicio activo. Por ese mismo motivo, un portavoz de los astilleros militares Zvezdochka, Evgueni Gládishev, se apresuró a afirmar que los trabajos de rehabilitación del SSBN estarán finalizados en el plazo de un año. El K-84 Ekaterimburgo ha sido uno de los SSBN más activos de las Fuerzas Estratégicas de Rusia durante el último año y en 2011 realizó tres lanzamientos de cohetes R29RMU2 Sinevá (26 de abril, 17 de mayo y 27 de julio). Como han puesto de manifiesto varios analistas, la pérdida de un submarino nuclear estratégico que aún dispone de una vida operativa de diez a quince años representa un golpe importante para la capacidad de disuasión nuclear de Rusia.
Más información en nota de J.M.T.R. "Incendio en un submarino balístico nuclear clase Delta IV", Revista General de Marina (Madrid) t.262, enero-febrero 2012, p. 172.
Más información en nota de J.M.T.R. "Incendio en un submarino balístico nuclear clase Delta IV", Revista General de Marina (Madrid) t.262, enero-febrero 2012, p. 172.