SOBRE EL DISCURSO DEL ESTADO DE LA UNIÓN DEL PRESIDENTE OBAMA

En su reciente discurso anual sobre el estado de la Unión (25 de enero de 2011), el Presidente Obama, como sus predecesores, realizó una renovada defensa de la hegemonía americana. En particular, su intervención se centró en la permanencia del poderío económico americano frente a las potencias emergentes como China, India o Brasil. El Presidente Obama enfatizó que, aún en el centro de una crisis económica y financiera global, "los Estados Unidos tienen todavía la economía más prospera del mundo". Según el Presidente "no hay trabajadores más productivos que los nuestros, ni países con compañías más prósperas. (...) Tenemos las mejores universidades y acogemos un mayor número de estudiantes que cualquier otro lugar de la Tierra". Los Estados Unidos no pueden dejarse arrebatar su supremacía global construida por medio de su capacidad de innovación, ingenio, creatividad y espíritu empresarial. Para ello "tenemos que ser líderes en innovación y tecnología. (...) Necesitamos sobrepasar en innovación, educación y construcción al resto del mundo. Tenemos que lograr que los Estados Unidos sean el mejor lugar de la Tierra para hacer negocios".
En política exterior, el liderazgo americano se encuentra unido a los grandes asuntos de su Administración: la firma del nuevo tratado de armas estratégicas con Rusia, los esfuerzos para que Irán cumpla con sus obligaciones como Estado parte del Tratado de No Proliferación y el abandono del programa nuclear por parte de Corea del Norte. Pero en estos asuntos -y en otros que dejó apartados, como la permanencia en Irak, la presencia en Afganistán o el proceso de paz en Oriente Medio- los Estados Unidos necesitan a sus socios más cercanos o sus aliados estratégicos. A estas alturas, en impensable una respuesta unilateral de los Estados Unidos en cualquiera de estos temas, sencillamente porque carecen de la capacidad para actuar por si solos: en Irán requieren del concurso insustituible de Rusia, como así ha manifestado la Administración Obama en diferentes ocasiones; para alcanzar una salida a una Corea del Norte nuclear cuentan con las presiones conjuntas de Rusia, Japón y Corea del Sur; en Oriente Medio precisan de los aliados europeos como también en Afganistán, tanto en la misión de la Alianza Atlántica como en el marco de Naciones Unidas; y no digamos cuando se trata de la gran estrategia para contener las aspiraciones estratégicas chinas en el Pacífico, aquí los Estados se apoyan en Japón, Corea del Sur, Taiwán, Thailandia y Australia y en la abstensión nada gratuita de Rusia.
Para mantener estas cooperaciones permanentes o ad hoc en materia de seguridad, la Administración Obama pide constantemente nuevos esfuerzos presupuestarios a sus aliados. Sin embargo, el Presidente propuso un recorte de 60.000 millones de euros en el presupuesto de defensa, así como prolongar la suspensión de partidas presupuestarias vitales para el mantenimiento de programas considerados hasta hace poco prioritarios por el Departamento de Defensa -reducción a la mitad del programa del caza F-35A y F-35C, renuncia al F-35B, cancelación del vehículo acorazado IFV, suspensión del convertiplano MV-22 y del programa Future Combat System-. La Administración Obama considera que estas medidas permitirían un ahorro de 300.000 millones de euros en cinco años.
Por ello, quizás, Bardají enfatiza que "toda vez que la credibilidad económica de Norteamérica se desvanece, poco le queda a ésta de superpotencia" (en http://libros.libertaddigital.com/la-nueva-guerra-fria-1276238643.html).

El texto completo del discurso se encuentra disponible en la web oficial del Presidente de los Estados Unidos: http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2011/01/25/remarks-president-state-union-address

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