El área en litigio que reclaman también los Estados Unidos, Canadá y Dinamarca tiene una superficie de un millón doscientos mil kilómetros cuadrados y contiene la cuarta parte de todas las reservas mundiales estimadas de gas y petróleo. Según el Ministro Ruso de Hidrocarburos, Yuri Trutnev, las reservas de gas y petróleo ascienden a 100.000 millones de tons., además de metales estratégicos. El gobierno ruso sostiene que los yacimientos se encuentran en la cadena montañosa submarina Lomonosov, que llega hasta el mismo Polo Norte y es una prolongación de la plataforma continental rusa que se extiende desde el norte de Siberia a través de las islas Novosibírske.
En julio de 2007 el gobierno ruso envió una expedición polar considerable que se dedicó a estudiar el fondo marino de la región ártica. Un mes después (agosto de 2007) dos batiscafos descendieron hasta el lecho de una sima de 4.000 metros de profundidad y clavaron una bandera rusa en el lugar. El jefe de la expedición, Artur Chilingarov, un prestigioso explorador y diputado de la Duma rusa, declaró llanamente que "el Ártico es nuestro" y que "Rusia es el único país que tiene derecho a explotar sus recursos naturales". Pocos días más tarde, la Fuerza de Bombarderos Estratégicos de Rusia llevó a cabo una misión de patrulla de largo alcance sobre todo el territorio polar.
Un año después, el 18 de septiembre de 2008 el Presidente de Rusia aprobó una nueva Estrategia de Rusia para el Ártico en la que se estableció la necesidad de una mayor vigilancia y presencia militar en la región, así como la creación y despliegue de unidades militar específicas (documento disponible en http://www.arcticprogress.com/2010/11/russias-arctic-policy/). En esta línea, el jefe de la Armada rusa, almirante Vladímir Visotski, declaró en una reunión con altos mandos navales el 2 de octubre de 2010: "Las Flotas del Norte y del Pacífico siguen incrementando el potencial combativo de sus fuerzas de operaciones generales emplazadas en el sector nacional del Ártico gracias a la inclusión de navíos recién construidos en el arsenal de la Armada" (http://sp.rian.ru/onlinenews/20101002/127907065.html). Buques de superficie y submarinos de la Flota del Norte realizaron en lo que va de año más de una decena de expediciones hacia el Ártico.
Para Rusia es un objeto fundamental de su política de seguridad el control y desarrollo de las regiones de Siberia y del Norte, especialmente ante las previsiones científicas de que "el hielo ártico podría dejar de ser permanente a partir de la mitad de este siglo, mucho antes de lo que se pensaba" (Vladimir Kattsov, Director del Observatorio Geofísico Voeikov). El gobierno ruso pretende aumentar los incentivos económicos y fiscales para la población de estos territorios (que ya proporcionan el 11% del PIB y el 22% de las exportaciones), incrementar la capacidad de su flota de remolcadores atómicos y poner en servicio para 2012 la central nuclear de Pevek, en la región del Extremo Oriente ruso de Chukotka.
Rusia avanzó en la consolidación de sus posiciones en el Ártico con la firma, el pasado 15 de septiembre de 2010, de un acuerdo con Noruega sobre la delimitación de la frontera en el Mar de Barents.
El contralmirante López Rodríguez (Armada española) anotaba recientemente los tres efectos principales del cambio climático en la región ártica:
1) desde 2013 el deshielo permitirá la navegación por aguas que ahora están cubiertas de hielo. La ruta nueva comercial del Ártico será más barata de operar que la del Índico y su control se tornará fundamental para los Estados ribereños.
2) la región será transitable para las marinas de guerra de las grandes potencias, con lo que se ampliará el espacio de confrontación y las implicaciones defensivas para los países ribereños.
3) acceso a los recursos que se encuentran actualmente bajos los hielos: gas, petróleo, metales, pero también pescas, minerales y producción de energía.
No solo compiten en la región los Estados ribereños –Rusia, Canadá, los Estados Unidos, Noruega y Dinamarca), China ha multiplicado las expediciones científicas en los últimos años y buscará acuerdos con uno o varios de los Estados de la región para explotar conjuntamente los recursos disponibles.
Para esta cuestión recomendamos Baev, P.: "Russia´s Arctic Policy", Briefing Paper (Finish Institute of International Affairs) núm. 73, 2010 (www.upi-fiia.fi/assets/publications/UPI_Briefing_Paper_73_2010.pdf); Gómez de Agreda, A.: "El futuro también apunta al norte", Revista General de Marina t. 259, noviembre de 2010, pp. 575-582; Kefferpütz, R.: "On thin ice? (Mis)interpreting Russian Policy in the High North", CEPS núm. 205, febrero de 2010 (http://www.ceps.eu/book/thin-ice-misinterpreting-russian-policy-high-north); López Rodríguez, B.: "Panorama estratégico mundial", Revista General de Marina t. 259, agosto-septiembre de 2010, pp. 205-224; Sánchez Andrés, A.: "Rusia y la geostrategia del Ártico", Análisis del Real Instituto Elcano núm. 63, 2010, 6 de abril de 2010 (http://www.realinstitutoelcano.org/); Trenin, D.: The Arctic: A View from Moscow. Carnegie Report, septiembre de 2010, en http://www.carnegie.ru/publications/?fa=41592; para los aspectos jurídicos de las controversias planteadas en la delimitación de los espacios territoriales árticos, véase Alcaide Fernández, J. y Cinelli, C.: "La cuestión ártica y el Derecho Internacional", Revista Española de Derecho Internacional núm. 2, 2009, pp. 381-409.