ESTADOS UNIDOS, RUSIA Y LA UNIÓN EUROPEA AVANZAN EN EL CONTROL DEL ESPACIO

El 21 de febrero de 2019 el presidente Trump firmó la orden ejecutiva dirigida al Congreso para la aprobación de la ley que permitirá la creación del nuevo Mando Espacial separado dentro de la Fuerza Aérea, destinado a “proteger a los satélites, abordar las vulnerabilidades en el espacio y afirmar el dominio americano en órbita”. Aunque el objetivo final es la creación de la Fuerza Espacial como componente independiente de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, asunto del que hemos ido dando cuenta en el blog -véase la entrada más reciente LA MILITARIZACIÓN DEL ESPACIO HA LLEGADO de diciembre de 2018 y los enlaces que recoge-. Como dijo el presidente Trump en la firma de la orden ejecutiva, su Administración “ha hecho de la creación de una Fuerza Espacial un asunto de seguridad nacional”. El mismo día el portavoz del Departamento de Defensa, Charlie Summers, dijo que “el presidente Trump está situando a los Estados Unidos para competir, disuadir y ganar en un complejo entorno de múltiples dominios caracterizado por una gran competencia de poder”. Un día antes, el presidente Putin anunció en el discurso anual a las dos Cámaras del parlamento federal de Rusia que el gobierno había decidido la creación de un Centro Nacional del Espacio en Moscú: “He encargado a Roscosmos junto a las autoridades de Moscú -mis colegas vinieron y me informaron, es un buen proyecto- formar un Centro Nacional del Espacio” con la finalidad de coordinar los trabajos de los diferentes organismos especializados del sector espacial, los centro de investigación y la formación de especialistas, técnicos y cosmonautas -el contenido completo del discurso esta disponible aquí-. Cinco días antes, la Agencia Espacial Europea anunció que los cuatro últimos satélites del sistema de posicionamiento global Galileo, puestos en órbita por un lanzador Ariane 5 el 25 de julio de 2018, ya estaban completamente operativos después de un extenso período de pruebas que se llevó a cabo desde los diferentes centros de control en Alemania, Francia e Italia, y que están preparados para realizar sus funciones dentro de la constelación de navegación satelital europea. Actualmente el número de satélites en órbita del sistema Galileo es de veintiséis y el próximo lanzamiento está previsto para 2020 cuando alcanzará la capacidad operativa completa. Se han tardado veinte años y se han gastado más de 10.000 millones de euros para que la independencia espacial europea sea una realidad, porque hay que recordar que el programa Galileo es propiedad y está financiado por la Unión Europea -que hemos seguido en el blog a lo largo del tiempo, véase la entrada más reciente TODAS LAS VERDADES SON SENCILLAS DE ENTENDER UNA VEZ QUE SE DESCUBREN; EL PUNTO ES DESCUBRIRLAS de diciembre de 2018 y los enlaces anteriores que recoge-. La Comisión Europea tiene la responsabilidad general, la gestión y supervisión de todas las actividades del programa y la Agencia Espacial Europea el despliegue de los satélites y también el diseño y desarrollo de una nueva generación de satélites de la constelación, así como el desarrollo técnico de las infraestructuras de apoyo. Estas iniciativas cubren brechas importantes en la seguridad nacional de las respectivas grandes potencias, incluidas China y la India, pero también los tres grandes -los Estados Unidos con el GPS, Rusia con el Glonass y la Unión Europea con el Galileo- compiten por un mercado de servicios de posicionamiento global estimado en más de 135.000 millones de dólares en 2025 -en este sentido, véanse los datos que se recogen en Infoespacial.com en julio de 2017-. Tal es así que China intenta sumarse también a ese mercado y en 2019 lanzará diez satélites del sistema de posicionamiento satelital Beidou -información adicional en infoespacial.com el 2 de febrero de 2019-. 

A mi se suena el run run…

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