REVISIÓN DE CAPACIDADES NUCLEARES ESTRATÉGICAS DE LOS ESTADOS UNIDOS Y COREA DEL NORTE

En la entrada anterior titulada Empezar a ganar guerras de febrero de 2017 hacíamos referencia a las primeras iniciativas del Presidente Trump en materia de defensa, en concreto en lo que se refiere al incremento del presupuesto militar y al reforzamiento de las capacidades nucleares estratégicas, basadas en el convencimiento de que la seguridad nacional de los Estados Unidos descansa en la sostenibilidad de la disuasión nuclear. De entrada implica que se continuará con los programas de modernización de la tríada nuclear iniciados por la Administración Obama: nuevos ICBM y SLBM, nuevos submarinos nucleares portamisiles y el nuevo bombardero estratégico B-21. Como primer paso en la revisión de la política nuclear de los Estados Unidos, el Secretario de Defensa James Mattis ha ordenado la elaboración de un informe sobre el estado y las capacidades de las fuerzas nucleares que responda a los requerimientos formulados por el Presidente Trump desde su toma de posesión entre los que se incluía realizar un análisis del arsenal nuclear “con el fin de que sus capacidades de disuasión nuclear sean modernas, potentes y móviles”, se encuentren plenamente operativas, que puedan responder a las amenazas a la seguridad del país y sean capaces de “defender a nuestros aliados”. Estas declaraciones adquieren de semana a semana mayor relevancia política conforme se acrecienta la inestabilidad estratégica en la península de Corea, donde dos aliados clave de los Estados Unidos en el sistema de seguridad regional, como son Corea del Sur y Japón, se encuentran sometidos permanentemente a la amenaza de un ataque inesperado y suicida por parte del régimen de Pyongyang. Como ha enfatizado el Presidente Trump en varias ocasiones, los Estados Unidos pueden decidir en cualquier momento resolver de una vez y para siempre el contencioso coreano. Y lo harán mediante la aplicación de la abrumadora fuerza militar de la que son capaces como han demostrado desde el final de la Guerra Fría en los enfrentamientos directos en los que han participado. Pero bien entendido que en el caso de Corea del Norte el uso de la fuerza militar decisiva se hará después de alcanzar un acuerdo con las otras dos grandes potencias que tienen fronteras con Corea del Norte y que a su vez han sido en el pasado, en el caso de Rusia, y sigue siendo en la actualidad, en el caso de China, valedoras del régimen de Pyongyang. Y este acuerdo se formalizará en el seno del Consejo de Seguridad, del que forman parte todas las grandes potencias poseedoras de armas nucleares y con derecho de veto, y que conforme a la Carta está investido de los poderes para garantizar “la paz y la seguridad internacionales”.