UN EJEMPLO DE LA CRECIENTE MILITARIZACION DEL ESPACIO: EL PROYECTO XS-1


En la entrada del mes de junio titulada ESTADOSUNIDOS AVANZA EN LA MILITARIZACION DEL ESPACIO cuestionábamos qué es lo que están haciendo los Estados Unidos para enfrentar los retos que inevitablemente le plantean Rusia, China y otras potencias emergentes que tienen potentes programas espaciales en curso. Washington considera una amenaza a la seguridad nacional las aspiraciones de unas y otras –se habla expresamente de “la amenaza rusa en el espacio”, lo que es extensible a las demás- y, por tanto, es necesario “desarrollar una política de contención de los adversarios en el espacio” como ha propuesto recientemente el Presidente Obama al Congreso. Entre los programas prioritarios para ganar la superioridad en el espacio están el cohete espacial SLS, desarrollado con la perspectiva de llevar misiones tripuladas a otros planetas en la próxima década, y el avión exoatmosférico no tripulado XS-1, que se basa en la aplicación de las tecnologías alcanzadas con el avión espacial no tripulado X-37 que actualmente realiza su cuarta misión en el espacio. A mediados de junio la Agencia de Proyecto Avanzados para la Defensa (DARPA) anunció que el 22 de julio se cierra el plazo para la presentación de los diseños para el programa de un nuevo avión espacial no tripulado  reutilizable destinado a llevar cargas al espacio de forma rápida y menos costosa que las naves empleadas hasta ahora –no se debe dejar de lado, de nuevo, la dependencia de Rusia en esta materia, absoluta en el caso del transporte de tripulaciones a la Estación Espacial Internacional-. El objetivo del programa XS-1 es “hacer frente a estos retos y crear un nuevo paradigma para lograr misiones espaciales más rutinarias, baratas y ágiles, reduciendo el tiempo necesario para lanzar nuevas misiones al espacio”. Según fuentes de la DARPA, el nuevo avión espacial debe ser capaz de realizar misiones “a respuesta de la demanda, pruebas de vuelo hipersónico, misiones de inteligencia global, vigilancia y reconocimiento”. En concreto, los requisitos exigidos a las empresas participantes, a las que se entregaron fondos para trabajar en los diseños -Blue Origin, Boeing, Masten Space Systems, Northrop Grumman y Virgin Galactic-, son capacidad para hacer diez vuelos en diez días, transportar una carga útil de seiscientos ochenta a mil trescientos sesenta kilogramos a órbitas cercanas y no requerir infraestructuras más complejas que los aeropuertos convencionales. Se espera que el primer vuelo del XS-1 se realice en 2019-2020. A nadie se le escapa que estos aviones podrán ser equipados con sistemas de armas, desde láseres a armas de energía cinética, destinadas a inutilizar o destruir, o ambas cosas al mismo tiempo, los satélites espaciales de los potenciales adversarios de los Estados Unidos.

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