¿EL PROGRAMA DE SSBN DE CHINA SIGNIFICA EL FIN DE LA POLÍTICA DE NO PRIMER USO?

Este es el sugerente título del artículo publicado por Richard Woolgar-James en el mes de noviembre de 2015 en el sitio web del Bulletin of the Atomic Scientists donde se exponen brevemente las principales características del arsenal nuclear de China, la doctrina nuclear vigente y la política de no primer uso de armas nucleares actualmente en vigor basada en una estrategia de seguridad nacional estrictamente defensiva –la política nuclear china se denomina “Estrategia nuclear de autodefensa” basada en la posesión de un arsenal “suficiente y efectivo” y solo contempla su uso en caso de eventual ataque nuclear-. Sin embargo, a Woolgar-James le preocupa especialmente el programa de submarinos nucleares portamisiles (SSBN) Tipo 094, ya que una vez que entren en servicio dotarán a China de la capacidad de realizar patrullas oceánicas permanentes de disuasión nuclear como ocurre con las otras grandes potencias nucleares occidentales. Para ello los SSBN irán armados con una docena de misiles balísticos (SLBM) y con los objetivos de ataque pre-programados, lo que supone una alteración sustancial de la doctrina nuclear actual, aunque entendemos que este cambio no afecta al proceso de adopción de decisión en el uso de las armas nucleares: solo el presidente de la Comisión Militar Central, no el presidente de China, tiene la autoridad para ordenar el lanzamiento de las armas nucleares después de que la decisión sea adoptada conjuntamente por el Comité Permanente del Politburó y la Comisión Militar Central. Con este planteamiento, Woolgar-James analiza la política de no primer uso de armas nucleares ya que la flota de SSBN dotará al país por primera vez de la capacidad de responder a un ataque nuclear o de contragolpe creíble –la fuerza de ICBM actual en silos es extremadamente vulnerable a un primer ataque nuclear efectuado por los Estados Unidos o Rusia- como también, y más importante, de la capacidad de realizar un primer ataque nuclear –lo que supondría una violación flagrante de la política de no primer uso-. Pero, desde una visión defensiva de la posesión del arma nuclear lo que ocurre con China es la consecuencia natural de su crecimiento como potencia y de la ampliación de su esfera de influencia en el Pacífico; como dice el propio autor: “Los submarinos portamisiles son la realización de un sueño de China de disponer de una fuerza nuclear que proteja al país de una guerra nuclear pero también de la coerción convencional”. Y no solo se tienen en cuenta las nuevas armas tecnológicas como los misiles de crucero supersónicos y los sistemas de ataque global como el Prompt Global Strike, sino la amenaza de una guerra convencional con los Estados Unidos o contra una coalición de Estados liderados por aquél. En este sentido, aunque a veces se habla también del incremento de la capacidad de disuasión china frente a la India, la modernización y expansión de las fuerzas militares convencionales y nucleares chinas están orientadas a prevenir una guerra contra los Estados Unidos o el Bloque Occidental, una guerra que entendemos convencional, pero con el peligro latente de escalada a la guerra nuclear. Este peligro fue analizado por Washington desde los mismos inicios del programa nuclear militar chino en los años cincuenta y al menos en dos ocasiones hubo conversaciones con los dirigentes soviéticos para llevar a cabo un ataque preventivo que destruyera las capacidades nucleares chinas. Esto hoy es impensable por la amplitud del arsenal nuclear chino, así que los Estados Unidos y las otras potencias tendrán que aceptar que pronto los SSBN de la Marina del Ejército Popular estén patrullando bajo el mar en el océano Pacífico -lo que no obsta para que la fuerza submarina americana esté en disposición permanente de destruir dicha capacidad en caso de conflicto militar abierto-. Por tanto, como decimos en un artículo propio reciente: “con el escenario geopolítico actual, las autoridades chinas optarán por la prudencia en sus aspiraciones estratégicas: mantendrán su política de no primer uso de armas nucleares, la doctrina de no uso de armas nucleares contra Estados no nucleares y se decantarán por el segundo escenario de fuerza descrito, con un estatuto similar al de las potencias nucleares secundarias del Consejo de Seguridad dotadas de una fuerza de disuasión nuclear de contragolpe: Francia y Gran Bretaña. De este modo, alcanzarán el objetivo estratégico nacional propuesto pero no disputarán la supremacía global de los Estados Unidos y Rusia.” (en Pérez Gil, L.: “Los SSBN de la Marina del Ejército Popular de China", Revista General de Marina (Madrid), t. 267, diciembre de 2014, pp. 929-944, p. 944; disponible aquí).
Referencia completa: Woolgar-James, R.: “China´s nuclear submarines: the end of “No First Use”, The Bulletin of the Atomic Scientists, 19 de noviembre de 2015, disponible en el sitio web de la Federación de Cientificos Atómicos.

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