AVANCES EN EL NUEVO PROGRAMA ESTATAL DE ARMAMENTOS DE RUSIA

En diferentes publicaciones hemos hecho referencia al nuevo programa estatal de armamentos que está preparando el gobierno ruso para el período 2018-2025 –por ejemplo, sobre la construcción de los destructores lanzamisiles proyecto 22350 Líder, los trabajos para un nuevo submarino nuclear de ataque de quinta generación denominado Jasky o los estudios preliminares del nuevo bombardero de largo alcance del programa PAK-DA-. El nuevo programa de armamentos continuará el que actualmente se encuentra en curso en el período 2011-2017 y que, realmente, ha supuesto un salto cualitativo en el equipamiento de las Fuerzas Armadas rusas, aunque haya hitos que se no han podido alcanzar completamente como son la entrada en servicio del caza T-50 del programa PAK-FA o el retraso acumulado en la construcción de los SSBN Borei que ha supuesto que solo se encuentren en servicio tres de las ocho unidades previstas, por citar solo los dos programas más destacados. Sobre este tema, el Viceprimer Ministro de Defensa Dimitry Rogozin anunció el 1 de diciembre que el nuevo Programa Estatal de Armamentos 2018-2025 estará aprobado en julio de 2017, afirmó que no se van a producir recortes presupuestarios sobre las previsiones iniciales y que se priorizarán los  programas que supongan avances tecnológicos decisivos. Por su parte, el Viceministro de Defensa Yuri Borisov indicó que el Programa Estatal de Armamentos hasta 2025 incluirá el desarrollo y puesta en servicio de una nueva generación de armas de precisión que aseguren una ventaja tecnológica sobre cualquier adversario. Esto se conseguirá con el desarrollo de nuevos sensores con capacidad para suministrar información en tiempo real y en cualquier condición meteorológica y con equipos de comunicaciones avanzados diseñados para transmitir información en tiempo real a los que tienen que tomar las decisiones; estos equipos incluyen nuevos sistemas de tratamientos de datos avanzados y nuevas armas guiadas de precisión. Para la guía de estas nuevas armas avanzadas se requieren sistemas de comunicaciones espaciales y toda una infraestructura de apoyo en tierra cuya responsabilidad comparten las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia (VKS) y la agencia espacial Roscosmos. Sin embargo, el gobierno ruso ha anunciado recortes adicionales en el presupuesto de agencia espacial estatal para la próxima década, que alcanza actualmente los 23.421 millones de dólares. Los programas prioritarios para el período 2016-2026 son los sistemas de comunicaciones espaciales, en particular el sistema de posicionamiento global Glonass, nuevos satélites de comunicaciones y de reconocimiento y los programas científicos. Sin embargo, el Vicepresidente primero de Roscosmos Alexander Ivanov afirmó que los programas con fines militares podrían verse afectados con los recortes del presupuesto espacial.

LA CONSTELACIÓN SATELITAL EUROPEA SE AMPLIA

Desde que se iniciaron las misiones de lanzamiento de los satélites, en el blog hemos hecho un seguimiento del programa Galileo –véase la entrada anterior DOS NUEVOS SATÉLITES DEL SISTEMA GALILEO EN ÓRBITA- puesto que se trata de una de las decisiones de mayor alcance estratégico adoptadas en el seno del sistema de cooperación europea que denominados Unión Europea y organizaciones asociadas como la Agencia Espacial Europea (ESA). La finalidad es disponer de un sistema de posicionamiento por satélite global europeo que permita a los gobiernos, a las Fuerzas Armadas, a las empresas multinacionales y a los operadores privados europeos disponer de la capacidad de tomar decisiones autónomas en ámbitos estratégicos sin tener que recurrir a los sistemas americanos o rusos, aunque se ha construido para que sea compatible tanto con el GPS como con el sistema Glonass. De este modo, el “cegamiento” parcial o el cierre total de un sistema de guía espacial no impedirán que las comunicaciones, el transporte terrestre, marítimo o aéreo, o, en última instancia, los ataques militares con armas guiadas a objetivos definidos por los dirigentes europeos puedan ser impedidos por otras grandes potencias. Así, el 17 de noviembre de 2016 se produjo un avance sustancial en el programa satelital europeo cuando un cohete Ariane 5, que despegó del puerto espacial de Kouru en la Guayana francesa, se encargó por primera vez de transportar y poner en órbita cuatro satélites del sistema de posicionamiento global europeo Galileo de una sola vez. Hasta ahora los satélites del programa Galileo se lanzaban por pares empleando cohetes rusos Soyuz desde la Guayana francesa. Como ya dimos cuenta en una entrada anterior del mes de julio del 2016 titulada EL GIGANTE EUROPEO CRECE, la ESA, la corporación europea Airbus Safran Launchers y el CNES están desarrollando conjuntamente un nuevo lanzador europeo, denominado Ariane 6, y un nuevo complejo de lanzamiento, que ha sido dotado a primeros de noviembre con un presupuesto de 3.000 millones de euros. Con esta octava misión ya se encuentran en órbita dieciocho satélites del sistema Galileo que pronto alcanzará su capacidad operativa plena: veinticuatro satélites operativos y hasta seis en reserva, apoyados en una gran infraestructura terrestre necesaria para su explotación. De este modo se consolida el programa que encargó la Comisión Europea a la ESA destinado a crear y explotar un sistema de posicionamiento global satelital europeo independiente. Con la finalidad de fomentar un sector espacial europeo más competitivo a escala global, el 26 de octubre de 2016 la Comisión Europea y la ESA firmaron una declaración conjunta sobre la "Visión y objetivos compartidos para el futuro de Europa en el espacio" -documento disponible aquí-; los objetivos son garantizar la autonomía europea para acceder y utilizar el espacio en un entorno seguro, consolidar y proteger las infraestructuras espaciales, incluso contra ciberataques. Para ello, la ESA va a solicitar a los Estados miembros un compromiso plurianual de 11.000 millones de euros.
Como parte de su contribución a la política espacial europea, el gobierno español anunció a primeros de diciembre que incrementará la aportación económica al presupuesto de la ESA en cincuenta millones de euros anuales hasta los doscientos millones anuales, un total de 1.512,3 millones de euros en el período 2017-2024. Esto supone un incremento de 600 millones de euros, de los que 141,3 millones se destinarán a contribuciones obligatorias y 459 a financiar programas opcionales como son los de observación de la tierra, cohetes espaciales, telecomunicaciones, exploración espacial, misiones tripuladas y microgravedad, navegación espacial, tecnología y seguridad. El anuncio fue realizado por el Ministro de Guindos en la reunión del Consejo ministerial de la ESA en Lucerna cuya presidencia ejerce España por turno. De Guindos también confirmó que no se plantea crear una agencia espacial española: "lo que se necesita no es tanto hacer una Agencia Espacial española como coordinar todos los actores del sector".   


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DEMASIADOS PÁJAROS EN EL CIELO OTRA VEZ: SLBMS, ICBMS, SARMAT Y PROYECTO 4202


El mes de octubre de 2016 ha traído de nuevo por parte de Rusia un despliegue de capacidades nucleares estratégicas solo comparable con otros ejercicios anteriores llevados a cabo por el Ministerio de Defensa, como el de guerra nuclear global de octubre de 2015 o la Operación Begemot en agosto de 1991. Durante este mes de octubre tanto las Fuerzas Submarinas Estratégicas de las dos flotas principales de Rusia, como las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN) han efectuado varios lanzamientos de cohetes estratégicos, combinados a finales de mes con el lanzamiento de misiles de crucero por unidades navales de superficie y submarinas, poniendo de manifiesto las renovadas capacidades de combate de las Fuerzas Navales y Estratégicas de Rusia, y que ya se han visto en un conflicto real como es la guerra civil en Siria desde octubre del año pasado. De este modo, el 12 de octubre de 2016 el submarino nuclear portamisiles (SSBN) proyecto 667BDR (Delta III en código OTAN) K-433 Svyatoi Georgy Pobedonosets asignado al 12º Escuadrón de Submarinos de la Flota del Pacífico con base en Rybachiy, en la península de Kamchatka, efectuó el disparo de un cohete intercontinental (SLBM) R-29R en inmersión en el mar de Okhotsk que, después de realizar la trayectoria de vuelo, las ojivas inertes impactaron en el polígono de Chizhá en la península de Kanin, al norte de la Rusia europea. Poco después, el SSBN proyecto 667BDRM (Delta IV) K-407 Novomoskovsk perteneciente al 12º Escuadrón de Submarinos de la Flota del Norte realizó el lanzamiento de un SLBM R-29RM Sinevá en inmersión en el mar de Barents que también alcanzó con éxito el objetivo previsto en el polígono de pruebas de Kura, en la península de Kamchatka, en el Extremo Oriente ruso. Por su parte, las RVSN lanzaron el mismo día un cohete con base en tierra (ICBM) Topol (SS-25 en código OTAN) desde el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de la Rusia europea, que también se dirigió y alcanzó el objetivo programado en el polígono de Kura. Según declararon fuentes del Ministerio de Defensa esta prueba ha servido para validar la extensión de la vida útil del cohete Topol más allá de los veintiséis años, y se trata del segundo lanzamiento de este modelo en menos de un mes –en todo caso, estos dos lanzamientos estaban programados y habían sido anunciados por el comandante en jefe de las RVSN, general Karakayev-. Pocos días después, el 16 de octubre, el submarino nuclear lanzador de misiles de crucero (SSGN) proyecto 949A Antey (Óscar en código OATN) K-410 Smolensko disparó un misil de crucero P-700 Granit en el mar de Barents para alcanzar un objetivo costero en la isla Severni en el archipiélago de Nueva Zembla –se trata del segundo ejercicio de esta naturaleza en menos de un mes, ya que a finales de septiembre pasado el crucero nuclear proyecto 1144.2 Pedro El Grande y un SSGN Antey no identificado realizaron sendos disparos de misiles Granit en el mar de Barents-. El día 25 de octubre la Oficina de Diseño de Cohetes Makayev divulgó en su sitio web la primera imagen del nuevo ICBM pesado de las RVSN, denominado RS-28 Sarmat, que entrará en servicio previsiblemente a partir de 2018. El Ministerio de Defensa ruso firmó en junio de 2011 el contrato para el desarrollo del nuevo cohete Sarmat con la finalidad de reemplazar a los ICBM pesados RS-36M2 Voevoda (SS-18 en código OTAN) que entraron en servicio entre 1970 y 1980 –recordemos el por qué del despliegue de los "Euromisiles" en los ochenta-, capaces de transportar hasta diez ojivas nucleares y que ya están llegando al final de su vida operativa. Según han anunciado fuentes del Ministerio de Defensa y de la Oficina Makayev, el nuevo ICBM es capaz de cargar entre diez y dieciséis ojivas nucleares y señuelos y contramedidas a distancias intercontinentales- se habla de hasta 16.000 kilómetros de distancia-, constituyendo un arma sin equivalente en el bloque militar occidental. Incluso se ha anunciado que podrá transportar el nuevo vehículo portador  hipersónico actualmente en desarrollo en el marco del denominado Proyecto 4202.  Precisamente, un día después, el 26 de octubre las RVSN llevaron a cabo el lanzamiento de un ICBM UR-100NUTTH (SS-19) desde un silo situado en la base de misiles de Dombarovsky, en la región de Oremburgo, cuyas ojivas impactaron con éxito en el polígono de Kura a 6.000 kilómetros de distancia del lugar de lanzamiento. De acuerdo con la opinión de varios especialistas -y lo publicado en medios rusos- puede tratarse de una nueva prueba del vehículo hipersónico Yu-71 comentando antes, y similar a la que se realizó el pasado 19 de abril con las mismas características. Llegados a este punto nos planteamos: ¿qué persigue Rusia con el desarrollo de este nuevo ICBM pesado y de las nuevas ojivas hipersónicas? Pues, sin duda, trata de garantizar la disuasión nuclear efectiva y asegurar las Fuerzas Estratégicas propias frente la instalación por los Estados Unidos de sistemas antimisiles en las fronteras de Rusia que socavan uno de los principios de la estabilidad estratégica: la invulnerabilidad mutua de las Fuerzas de Cohetes Estratégicos. La alternativa a este reto es clásica: la necesidad de disponer de una poderosa Contrafuerza capaz de superar un primer ataque nuclear masivo del adversario y poder des cargar un golpe de proporciones catastróficas en las fuerzas restantes del adversario, o  entrar en un juego peligroso que no es otro que la tentación del ataque preventivo cuando se tuvieran indicios “racionales” de la preparación de un eventual ataque nuclear. El problema es que los Estados Unidos están jugando el peligroso juego de dotar a sus vehículos de ataque hipersónico con ojivas convencionales dentro del programa Prompt Global Strike. La cuestión se torna entonces en saber cuándo un ataque es masivo o no, y si no lo es, si las armas que portan los cohetes estratégicos transportarán cargas nucleares, en cuyo caso se debe activar un ataque nuclear de respuesta, o carga convencional y entonces no estaría justificada la respuesta con armas nucleares, pero que no se dudaría en calificarlo de nuclear para así descargar toda la fuerza nuclear y acabar con el problema de forma global. El coste es absoluto en los dos casos. Por tanto, la humanidad se puede ver abocada a la destrucción más estúpida por el juego de las variables estratégicas y del inevitable margen de incertidumbre en la decisión política: Kennedy lo resolvió correctamente en los años sesenta, pero los líderes europeos de 1914 abocaron al mundo a una guerra global de proporciones desastrosas que llevó a la caída de los imperios europeos y el advenimiento del sovietismo en Rusia.
Si juzgamos la cuestión basándonos en la teoría de la adopción de decisiones, según Deustch, toda decisión tiene un margen de error del cincuenta por ciento y hay que fijar la atención en los márgenes que puedan inclinarla en una proporción sustancial hacia un lado o hacia otro. Descartando, por ser una variable acientífica, la irracionalidad -totalmente factible pero no manejable a estos efectos- hemos de fijarnos en los factores sociales que puedan primar la decisión, y sobre todos ellos el más importante: ¿en caso de adoptar una decisión, los beneficios son, en un porcentaje al menos del sesenta por ciento mayores que las pérdidas? Esto entra dentro de la teoría de los juegos, que Deustch manejaba siguiendo las normas de Talcott Parsons para elaborar un sistema estructurado. Por tanto, si elaboramos una estructura sistémica con solo dos variables únicas el resultado dependerá del peso sistémico que el entorno imponga a la estructura. Hacia que lado al menos el sesenta por ciento se incline el dilema de la decisión, deberá ser el que mayor número de funciones cumpla: factor geográfico, demográfico, recursos naturales, capacidad de supervivencia, certeza de la destrucción total del otro y, sobre todo, número y potencialidad de los aliados.

ARSENALES NUCLEARES DE LAS GRANDES POTENCIAS A 1 DE SEPTIEMBRE DE 2016

El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha publicado los datos numéricos correspondientes a los arsenales nucleares estratégicos de las dos grandes potencias conforme a las cláusulas de transparencia de la información que se contienen en el Tratado de Armas Estratégicas (nuevo START) firmado en Praga el 8 de abril de 2010, y que está en vigor desde el 5 de febrero de 2011. Conforme a los datos recopilados, los Estados Unidos disponen de 1.367 ojivas nucleares en 848 lanzadores entre misiles basados en tierra, misiles lanzables desde submarinos y bombarderos estratégicos, de los que 681 se encuentran desplegados. Los datos en el mes de marzo de 2016 eran de 1.481 ojivas, 878 lanzadores con 741 en estado operativo.  Por su parte, Rusia mantiene 1.796 cargas nucleares estratégicas en 847 vectores de lanzamiento, de los que están actualmente operativos 508. En el mes de marzo anterior los números eran 1.735, 856 y 521 respectivamente. En el caso de Rusia destaca el incremento en los lanzadores disponibles –veintidós- en los que ya se contabiliza la entrada en servicio del tercer SSBN de clase Borei, que se ha incorporado a la Flota del Pacífico el 26 de septiembre de 2016, y que transporta dieciséis cohetes R30 Bulavá equipados con hasta seis ojivas de 150 kilotones cada una -lo que hace un total de 96 cargas nucleares en 16 nuevos SLBM- y el despliegue de nuevos ICBM RS-24 Yars de las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN); estos incrementos han sido contrarrestados en parte por la baja de unidades adicionales de ICBM Topol más antiguos de las RVSN, lo que arroja una reducción de trece unidades en estado operativo. De este modo, los Estados Unidos se acercan a los límites máximos previstos en el tratado -1.550 ojivas nucleares estratégicas disponibles, 800 lanzadores entre ICBM, SLBM y bombarderos estratégicos y 700 de ellos en estado operativo-, pues solo deben reducir cuarenta y ocho vectores de lanzamiento totales, mientras que Rusia debe rebajar las cifras en cuarenta y siete vectores y 246 cargas nucleares. Aunque la vigencia inicial del nuevo tratado START es de diez años, el contexto actual plantea serias dudas acerca de que las dos grandes potencias cumplan efectivamente con los límites máximos acordados para las armas nucleares estratégicas e, incluso, se podría poner en tela de juicio la vigencia del mismo tratado debido a desintegración del sistema de estabilidad estratégica como consecuencia del creciente enfrentamiento de las grandes potencias en sus zonas de fricción: Europa oriental, el Cáucaso y Asia central y su extensión a Oriente Medio que se dirime en estos momentos en las guerras contraterroristas de Siria e Irak. Tal es así que en los primeros días de octubre el gobierno ruso ha suspendido mediante sendos decretos dos importantes acuerdos en materia de cooperación nuclear bilateral. En primer lugar, el 3 de octubre de 2016 el Presidente Putin ordenó la suspensión del Acuerdo de Gestión y Disposición de Plutonio (PMDA) firmado el 29 de agosto de 2000 argumentado que Washington ha incumplido de forma deliberada los compromisos en la gestión del plutonio militar y que el mantenimiento de las sanciones y acciones inamistosas contra Rusia supone una amenaza para la estabilidad estratégica. Dos días después, el 5 de octubre el Primer Ministro Medvedev suspendió la aplicación de los acuerdos de cooperación en investigación y desarrollo nuclear y energético firmados en Viena el 16 de septiembre de 2013 precisando que la decisión se ha tomado “en relación con la introducción por parte de los Estados Unidos de restricciones en la cooperación con Rusia en el campo de la energía nuclear”.

RUSIA PRUEBA UN NUEVO ICBM, COREA DEL NORTE E IRÁN

Mientras se habla de las maldades sin límite a las que parece que está abocado el régimen tiránico de Corea del Norte que, en el paroxismo del uso del poder por el líder “carismático” Kim Jong-un, se dedica a realizar pruebas nucleares sin sujetarse a ninguna norma del Derecho Internacional, incluido el Tratado de No Proliferación Nuclear del que, hay que recordar, ya no forma parte, Rusia continúa con las pruebas regulares de cohetes de sus Fuerzas Nucleares Estratégicas. Así, el 9 de septiembre de 2016 se llevó a cabo el lanzamiento desde el cosmódromo de Plesetsk en el norte de la Rusia europea de un ICBM Topol en la parte final de unos ejercicios de mando y control dirigidos por el comandante en jefe de las Fuerzas Coheteriles Estratégicas general Karakayev. El cohete intercontinental realizó la trayectoria balística programada y alcanzó el objetivo establecido en el polígono de pruebas de Kura, en la península de Kamchatka en el Extremo Oriente ruso, aproximadamente a 5.900 kilómetros del lugar de lanzamiento. Según informó un portavoz del Ministerio de Defensa “se cumplieron en su totalidad los objetivos” que consistían en comprobar las principales características del cohete, ensayar una nueva ojiva avanzada destinada a superar los sistemas antimisiles. Como decimos no se trata de una prueba excepcional sino de uno de los disparos programados, uno más, dentro del programa de verificación permanente al que Moscú –y también Washington- somete a los diferentes componentes de sus Fuerzas de Disuasión Nuclear. Las grandes potencias acordaron durante la Guerra Fría un régimen de estabilidad estratégica y, de forma paralela, un régimen de no proliferación nuclear, con la finalidad precisamente de disponer de la capacidad de represalia masiva en caso de ataque por parte de otra potencia nuclear y de la negación de estas mismas capacidades al resto de los actores del sistema internacional. Es verdad que más pronto o más tarde, el resto de los miembros del Consejo de Seguridad lograron disponer de armas nucleares e incluso otras potencias regionales lo consiguieron como es el caso de Israel, la India, Pakistán o la autodesnuclearizada Sudáfrica. La proliferación nuclear es el mayor peligro para el régimen de estabilidad estratégica y por ello las dos grandes potencias se conciertan para su mantenimiento, tal es así que durante los años sesenta del siglo pasado barajaron la posibilidad de anular el emergente programa nuclear militar chino aunque diferencias políticas profundas hicieron que esas conversaciones preliminares no se terminaran de concretar en medidas de fuerza. Pero eso es, precisamente, lo que piden ahora la Presidenta de Corea del Sur Park Geun-hye y su gobierno: que se lleve a cabo un ataque preventivo “para neutralizar” las instalaciones nucleares y militares norcoreanas y si es preciso contra la misma capital del régimen norteño, Pyongyang, para que deje de una vez y para siempre de representar una amenaza para los vecinos regionales. Pero en este mismo tiempo, Rusia e Irán han emprendido la segunda fase de la construcción de la planta nuclear de Busher, en el sur del país del Golfo Pérsico. El Director de la Agencia de Energía Atómica iraní Alí Akbar Salehi señaló en los actos de inicio de esta segunda fase el 10 de septiembre de 2016 que el proyecto Busher-2 supone una nueva etapa en el desarrollo nuclear de Irán. Bien entendido que este nuevo proyecto se desarrolla en el marco del TNP y las directrices y salvaguardas que impone la Agencia Internacional de la Energía Atómica, es decir, con la aceptación de las grandes potencias tras los históricos acuerdos de julio de 2015. Sin embargo, parece que la gran catástrofe nuclear se acerca, se perciben sus síntomas y los realineamientos. Esto es consecuencia de que el sistema internacional ha cambiado demasiado rápido y, como recuerda Kissinger en su libro más reciente, no existen principios generales para el mantenimiento de la estructura internacional que sean aceptados por todos, sin duda ello es consecuencia de la creciente e intensa debilidad de los Estados Unidos.
Sobre Corea del Norte, la proliferación nuclear y las tesis de la “paciencia estratégica” del Presidente Obama véase Lara, B.: “La penúltima provocación de Corea del Norte”, Política Exterior núm. 173, septiembre/octubre de 2016, pp. 90-97.

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REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA EN EL ESPACIO

La agencia espacial rusa Roscosmos, en cooperación con la Academia de Ciencias de Rusia, pretende enviar a la Estación Espacial Internacional una bioimpresora 3D capaz de funcionar en espacios de ingravidez. El objetivo d este programa es poder crear fragmentos de tejidos vivos y órganos ultrasensibles a las radiaciones espaciales para estudiar los efectos negativos que tiene la estancia prolongada en el espacio y desarrollar mecanismos y terapias para poder paliarlos y, en su caso, restaurar los tejidos de los cosmonautas que estén sometidos a períodos extremadamente largos de permanencia en el espacio. Roscosmos ha encargado el proyecto a la corporación estatal de cohetes ORKK y a la empresa especializada Bioprinting Soluctions que serán encargadas de las fases de diseño, fabricación y pruebas antes de enviarla a la EEI en 2018.

«ARMAS HIPERSÓNICAS»

En el número más reciente de la Revista General de Madrid (julio de 2016), publicación oficial del Ministerio de Defensa, se incluye mi ensayo titulado “Armas hipersónicas” en el que analizamos las implicaciones estratégicas de los sistemas de ataque global basado en este nuevo tipo de armas que están desarrollando las grandes potencias: el Programa de Ataque Global Inmediato de los Estados Unidos, el denominado Proyecto 4202 de Rusia y alguna referencia al programa de ojivas hipersónicas chino. Como indicamos en el texto principal cuando hablamos en términos estratégicos de armas hipersónicas consideramos la capacidad para realizar ataques preventivos de gran violencia y precisión contra los objetivos del enemigo sin que este tenga la posibilidad de respuesta. No obstante, concluimos que no es posible que la posesión de estas armas por sí mismas pueda alterar el equilibrio estratégico debido a la primacía total de las armas nucleares desde 1945 hasta hoy y solamente se contempla su empleo en conflictos de menor rango que no impliquen un enfrentamiento directo entre grandes potencias.  
Referencia completa: PÉREZ GIL, L.: “Armas hipersónicas”, Revista General de Marina (Madrid), t. 271, julio de 2016, pp. 105-113. Texto completo disponible aquí.

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EL GIGANTE EUROPEO CRECE

A pesar de que los medios de comunicación generalistas hablan abiertamente del fracaso o, al menos, del momento crucial en el que se encuentra el proyecto de construcción europea –preferimos hablar ya de Unión Política- como consecuencia del desastroso referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, los asuntos importantes siguen avanzando. Y uno de estos asuntos, uno de los temas prioritarios de la agenda europea, donde los dirigentes europeos tratan de avanzar en la autonomía estratégica de la UE es precisamente en sector aeroespacial: Airbus es desde hace años el primer fabricante aeronáutico civil mundial, y como Airbus Helicopters también lo es en helicópteros, la Agencia Espacial Europea es una organización que ha potenciado la creación de una auténtica política espacial europea y el Programa Galileo es la culminación de la aspiración europea de disponer de un sistema de navegación global por satélite independiente, equiparable e incluso mejor en prestaciones a los sistemas homónimos americano y ruso –GPS y Glonass respectivamente-. Pues bien, después de dos años de negociaciones, el 30 de junio de 2016 las dos corporaciones europeas Airbus y Safran decidieron crear una empresa conjunta destinada a la explotación de sistemas de lanzamientos espaciales, lo que significa independencia para acceder al espacio y disponibilidad para ofrecer tecnologías y servicios en un mercado internacional en constante expansión. El producto estrella de la nueva compañía Airbus Safran Launchers es el cohete Ariane 6 –cuyo primer lanzamiento está previsto para el año 2020-, que se ofrece como alternativa a los cohetes rusos de contrastadas prestaciones y a los desarrollos recientes de la compañía americana Space X. El paso siguiente será integrar Arianespace en la nueva compañía, de la que ya posee el treinta y nuevo por ciento. Como indicaba Philippe Petitcolin, director general de Safran, durante la firma del acuerdo con Airbus: “llevar a cabo esta transformación es una tarea exigente y compleja. Este acontecimiento marca el comienzo de una apasionante aventura hacia un sector industrial europeo más integrado y simplificado y, por tanto, más competitivo y sensible”.

UN EJEMPLO DE LA CRECIENTE MILITARIZACION DEL ESPACIO: EL PROYECTO XS-1


En la entrada del mes de junio titulada ESTADOSUNIDOS AVANZA EN LA MILITARIZACION DEL ESPACIO cuestionábamos qué es lo que están haciendo los Estados Unidos para enfrentar los retos que inevitablemente le plantean Rusia, China y otras potencias emergentes que tienen potentes programas espaciales en curso. Washington considera una amenaza a la seguridad nacional las aspiraciones de unas y otras –se habla expresamente de “la amenaza rusa en el espacio”, lo que es extensible a las demás- y, por tanto, es necesario “desarrollar una política de contención de los adversarios en el espacio” como ha propuesto recientemente el Presidente Obama al Congreso. Entre los programas prioritarios para ganar la superioridad en el espacio están el cohete espacial SLS, desarrollado con la perspectiva de llevar misiones tripuladas a otros planetas en la próxima década, y el avión exoatmosférico no tripulado XS-1, que se basa en la aplicación de las tecnologías alcanzadas con el avión espacial no tripulado X-37 que actualmente realiza su cuarta misión en el espacio. A mediados de junio la Agencia de Proyecto Avanzados para la Defensa (DARPA) anunció que el 22 de julio se cierra el plazo para la presentación de los diseños para el programa de un nuevo avión espacial no tripulado  reutilizable destinado a llevar cargas al espacio de forma rápida y menos costosa que las naves empleadas hasta ahora –no se debe dejar de lado, de nuevo, la dependencia de Rusia en esta materia, absoluta en el caso del transporte de tripulaciones a la Estación Espacial Internacional-. El objetivo del programa XS-1 es “hacer frente a estos retos y crear un nuevo paradigma para lograr misiones espaciales más rutinarias, baratas y ágiles, reduciendo el tiempo necesario para lanzar nuevas misiones al espacio”. Según fuentes de la DARPA, el nuevo avión espacial debe ser capaz de realizar misiones “a respuesta de la demanda, pruebas de vuelo hipersónico, misiones de inteligencia global, vigilancia y reconocimiento”. En concreto, los requisitos exigidos a las empresas participantes, a las que se entregaron fondos para trabajar en los diseños -Blue Origin, Boeing, Masten Space Systems, Northrop Grumman y Virgin Galactic-, son capacidad para hacer diez vuelos en diez días, transportar una carga útil de seiscientos ochenta a mil trescientos sesenta kilogramos a órbitas cercanas y no requerir infraestructuras más complejas que los aeropuertos convencionales. Se espera que el primer vuelo del XS-1 se realice en 2019-2020. A nadie se le escapa que estos aviones podrán ser equipados con sistemas de armas, desde láseres a armas de energía cinética, destinadas a inutilizar o destruir, o ambas cosas al mismo tiempo, los satélites espaciales de los potenciales adversarios de los Estados Unidos.

«GRANDES POTENCIAS, ARMAS NUCLEARES Y CONFLICTOS ASIMÉTRICOS»

Este es el título del ensayo de mi autoría publicado como Documento Marco por el Instituto Español de Estudios Estratégicos, perteneciente al Ministerio de Defensa, el 24 de junio de 2016. En el documento analizamos la aplicación del poder militar por las grandes potencias en el sistema internacional globalizado, el funcionamiento del régimen de estabilidad estratégica, el poderío nuclear y la exclusión del uso de la fuerza en sus relaciones mutuas, pero también cómo aquellas recurren a la amenaza o al uso de la fuerza cuando están en juego sus intereses vitales, la vigencia del régimen de no proliferación nuclear, las estructuras de seguridad regionales y las coaliciones militares temporales y, desde un punto de vista teórico, el eventual uso de armas nucleares en un conflicto asimétrico. Referencia completa del ensayo: Pérez Gil, L.: “Grandes potencias, armas nucleares y conflictos asimétricos”, Documento Marco del IEEE 9/2016, de 24 de junio de 2016, texto completo disponible en el sitio web del IEEE.

LA ESPERADA SALIDA DEL REINO UNIDO DE LA UNION EUROPEA

El resultado del referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea (UE) denominado popularmente “Brexit”, no debería sorprender a nadie; más bien se trata de un resultado esperado y, podría plantearse incluso, si hasta era deseable desde el punto de la vista de la integración política europea. Aprovechando la crisis financiera que desestabilizó la moneda única durante 2011 y 2012 el Directorio europeo –cada vez más alemán y menos francés- avanzó en sus planes para dar forma al proyecto de Unión Política Europea. Debemos recordar que entonces ya se habló del fracaso estrepitoso del euro, de la ruptura de la UE y otras tantas hecatombes políticas que se vuelven a reiterar ahora. El Presidente Sarkozy y la Canciller Merkel pactaron en diciembre de 2011 un acuerdo para los socios de la Eurozona por el que se crearía un nuevo régimen jurídico en el que una autoridad supranacional tendría el control de los presupuestos nacionales, la emisión de la deuda soberana y la política monetaria y la ampliación de los poderes del Banco Central Europeo. En ese momento, el Presidente Sarkozy explicó que “nuestra preferencia es por un tratado de todos los Veintisiete para que nadie quedara fuera, pero estamos listos para seguir con un tratado con Diecisiete (los miembros de la Eurozona en aquel momento) en el que otros serían libres para unirse.” Este fue un primer, y evidente, aviso a Londres de que no permitirían retrasos y oposiciones que pusieran en peligro el euro, que ya había sido definido por ambos dirigentes como parte del interés nacional de Francia y Alemania. Así lo expresaron en el Foro de Davos en enero de 2011 cuando el Presidente Sarkozy enfatizó que “Merkel y yo jamás, dejaremos caer el euro, jamás.” El acuerdo político en el seno del Directorio en diciembre de 2011 era tan contundente que París y Berlín anunciaron que comunicarían su acuerdo por escrito dos días después en una carta dirigida al Presidente permanente de la UE, van Rompuy.  En consecuencia, el Consejo Europeo de diciembre de 2011 se concibió como un mero trámite para extender al resto de socios europeos los acuerdos del Directorio: los Estados miembros “acordaron” las medidas decididas previamente que garantizaban una mayor unión fiscal y la supervisión entre los Estados firmantes, lo que se instrumentaría a través de acuerdos intergubernamentales que evitaban la reforma de los Tratados Fundacionales, es decir, un acuerdo dentro de los acuerdos ya existentes, en los que participarían los Estados miembros de la Eurozona y aquellos miembros de la UE que lo considerarán conveniente. Como aseguró la Canciller Merkel a la conclusión del Consejo, la oposición del Reino Unidos y otros países para sumarse al pacto de Unión Fiscal no impediría a Europa avanzar. Como ya comentamos en otro lugar, es interesante constatar cómo el Reino Unido estaba siendo excluido sistemáticamente de la decisiones políticas que implicaban un cambio estratégico complejo en el continente y, a su vez, cómo Londres carecía de los recursos e influencia para presionar a otros socios en la petición de medidas de excepción y derechos de veto en asuntos en los que nadie le pedía opinión. En ese momento es cuando realmente se abrió el debate sobre si el Reino Unido seguiría formando parte de la UE. Así, tras conocer las conclusiones del Consejo Europeo de diciembre de 2011, Nigel Farage, eurodiputado partidario de la salida de la UE, consideró que lo sucedido era “la peor de las soluciones, porque nos deja dentro de la Unión, pero sin amigos y aislados (…) Eso va a llevar sin duda a la apertura de un gran debate sobre la cuestión esencial de si debemos o no seguir siendo miembros de la Unión Europea.” Y, evidentemente, no se equivocaba. El problema, de índole esencialmente política, fue que la Eurozona se constituyó rápidamente en una nueva entidad política supraestatal que comenzó a elaborar reglas para los Estados que la componen, empezando por la estabilidad presupuestaria, la deuda pública y la gobernanza, pero que no se quedaban ahí. Se trataba de una transformación compleja en una Organización Internacional integrada dentro de la UE con características fuertemente supranacionales y que coexiste con su gemela, la UE, supranacional orgánica –Consejo, Comisión, Tribunal de Justicia- e intergubernamental en todo lo no transferido, y regida por un Directorio del que había sido excluido explícitamente el Reino Unido. La convocatoria de un referéndum sobre la pertenencia a la UE por el Primer Ministro Cameron no era sino un desesperado intento de mostrar a los socios europeístas que el Reino Unido seguía existiendo, pero, el resultado ha puesto de manifiesto, aunque sea por un escaso margen del 51,9 por ciento de los votos que, efectivamente, el Reino Unido no es relevante para lograr la Unión Política Europea. En el contexto actual, las decisiones económicas y financieras que se han adoptado implican cambios políticos de gran alcance pero que se efectúan sin ningún tipo de mandato político, poniendo de manifiesto que el Directorio europeo se impone. Asistimos, por tanto, al nacimiento de un nuevo equilibrio de poder continental: Alemania es la potencia hegemónica que dicta las reglas del sistema con la anuencia de los Estados Unidos –sus prioridades estratégicas se encuentran en la cuenca del Pacífico- y Rusia. En términos realistas es la consecuencia del implacable interés nacional hegemónico. El reto es gigantesco pues se trata de equilibrar el sistema europeo entre una Rusia poderosa que ha recuperado sus zonas de influencia perdidas y una Alemania convertida en líder indiscutible de la UE. El Reino Unido ha dejado de existir como actor político relevante del sistema europeo de Estados. 
Las consecuencias económicas del desastroso error de cálculo político del Primer Ministro Cameron han sido inmediatas: fuertes caídas de las principales bolsas europeas, depreciación de la libra, subida de las primas de riesgos de los países periféricos de la eurozona, reducción de dos escalones en la solvencia del Reino Unido y -a nuestro juicio en el colmo del disparate- la rebaja por la agencia de calificación Standard and Poor´s de la nota riesgo de la UE porque considera que el resultado del referéndum es un "hecho trascendetal que provocaría un marco político menos predecible, estable y efectivo". 

Para un análisis sobre las consecuencias de un eventual -en aquel momento- "no" es recomedable del artículo de la catedrática Araceli Mangas Martín publicado en febrero de 2016 titulado "Europa al rescate de Reino Unido" (El País, 16 de febrero de 2016); con el referéndum ya celebrado la profesora Mangas Martín publicó "Sorprendente caja de Pandora británica" (El Mundo, 30 de junio de 2016). Véase también la entrada en el blog Equilibrio Internacional de nuestro colega Santiago Pérez: "Gran Bretaña rompe el statu quo", 24 de junio de 2016.Las implicaciones inmediatas en materia de seguridad y defensa en Félix Artega: "La defensa y la seguridad de la UE tras el Brexit", Análisis del Real Instituto Elcano 51,2016, 30 de junio de 2016.

AVANCES HACIA EL DESPLIEGUE DE LOS SSBN CHINOS

En el ensayo “Los SSBN de la Marina del Ejército Popular de China” (Revista General de Marina, t. 267, diciembre de 2014, pp. 929-944) analizamos el estado actual de la fuerza de submarinos nucleares portadores de cohetes estratégicos de China (SSBN) y realizamos un análisis prospectivo del desarrollo de dicha fuerza en función de determinadas variables relacionadas con las capacidades tecnológicas, presupuestarias, industriales y de doctrina de empleo en función de las decisiones estratégicas que podría adoptar el Poder político nacional. Estas decisiones podrían ir desde el mantenimiento del statu quo en el primer escenario, denominado de bastión, hasta lograr la paridad estratégica con los Estados Unidos y Rusia en submarinos y cohetes lanzables desde submarinos (SLBM) en el escenario más ambicioso. Esta posición pasa por aumentar el número de SSBN de los actuales tres Tipo 094 a diez  –dos Tipo 094 y ocho Tipo 096 equipados con 196 SLBM-, así como desarrollar la infraestructura necesaria para dos escuadras en sendas Flotas, entrenar las tripulaciones precisas y disponer de las capacidades de mando y control para la transmisión de órdenes del centro de mando político-militar a los comandantes de los submarinos desplegados a larga distancia. De ahí nace también la prioridad del desarrollo de un sistema de posicionamiento global por satélite al menos a escala regional que pueda cubrir la mayor parte del océano Pacífico y el Índico –véase la entrada EL SISTEMA SATELITAL BEIDOU AVANZA HACIA LA COBERTURA GLOBAL de febrero de 2016-. El siguiente paso es comenzar a realizar y mantener patrullas de combate permanentes en ambos océanos asegurando al Poder político nacional la capacidad de asestar un ataque decisivo cuando estuviera en peligro la existencia misma del Estado. La doctrina oficial militar china que se enuncia en el Libro Blanco de la Defensa de 2013 dice que en tiempo de paz las armas nucleares no apuntan a ningún país”, es decir, no existen códigos de objetivos instalados en los sistemas de guías de los cohetes, las ojivas nucleares se encuentran almacenadas en instalaciones centralizadas y no están disponibles inmediatamente para las unidades operativas –en concreto, La Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación creada en diciembre de 2015, que es la responsable de las armas nucleares- y el proceso de adopción de decisiones en materia nuclear es complejo y colegiado ya que la decisión de empleo corresponde al Comité Central del Politburó y a la Comisión Militar Central. Los avances más recientes de los Estados Unidos en armas hipersónicas y el anunciado despliegue del sistema móvil de defensa antimisiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) en Corea del Sur –las bases de Daegu, provincia de Gyeongsang, y de Pyeongtaek, provincia de Gyeongii-, socavando la función disuasoria de los ICBM chinos, plantean la tentación de emprender un ataque preventivo contra la fuerza nuclear de un potencial adversario como ya se planteó con la Unión Soviética al inicio de la Guerra Fría y, posteriormente, con el programa nuclear militar chino en 1962 y en 1973, sin que avanzaran las conversaciones con los soviéticas en este sentido. Como consecuencia de la nueva vulnerabilidad de la Fuerza de Disuasión Nuclear se ha generando en los responsables políticos y militares chinos una profunda incertidumbre sobre cómo afrontar –y superar- un enfrentamiento con los Estados Unidos. Por ello, en la actualidad el Poder político chino se enfrenta a dos escenarios de conflicto fundamentales en los que se considera necesario disponer de un instrumento militar decisivo que le permita: a) disuadir de un ataque preventivo contra la fuerzas nucleares propias efectuado con armas hipersónicas, ya sea con cargas convencionales o nucleares; b) imponerse en una crisis internacional de carácter territorial frente a los Estados Unidos y la coalición de aliados regionales como la que se está gestando en el Mar Meridional, en el interior de lo que se denomina “la primera cadena de islas”, su propio hinterland marítimo, sin alcanzar la escalada bélica. Esto es así porque, como sabemos, la posesión de las armas nucleares disuade del enfrentamiento militar directo entre las grandes potencias, de ello que los responsables militares chinos necesiten imperiosamente disponer de una capacidad de respuesta –en el Libro Blanco de la Defensa de 2013 se enuncia como “disuasión estratégica y de contraataque estratégico”- que cause daños catastróficos a cualquier potencial adversario en caso de ataque con armas nucleares. Hasta ahora ningún SSBN chino ha salido más allá de las aguas territoriales ni ha llevado a cabo patrullas operacionales, ni tan siquiera han cargado los SLBM, y el Mando militar carece de la experiencia básica para manejar una flota de submarinos estratégicos. Esto significa que la posesión de una flota más o menos extensa de SSBN no garantiza por sí misma que China disponga de una fuerza de disuasión nuclear embarcada como componente creíble de una fuerza de represalia nuclear. Sin embargo, en fuentes especializadas occidentales se considera que China ya se encuentra en el punto de poder enviar a mares abiertos submarinos nucleares equipados con cohetes estratégicos -véase Kristensen y Norris: "Chinese nuclear forces, 2016", Bulletin of the Atomic Scientists núm. 4, 2016, pp. 205-211-, lo que supuestamente haría como respuesta a la decisión de Washington de desplegar sus sistemas de defensa antimisiles en Corea del Sur, aunque las motivaciones chinas son más profundas como hemos visto. El gran Kissinger dice en su libro más reciente que “las tensiones potenciales entre una potencia establecida y otra en ascenso no son nuevas. Es inevitable que la potencia en ascenso impacte en algunas esferas hasta entonces tratadas como prerrogativa exclusiva de la potencia establecida. Del mismo modo, la potencia en ascenso sospecha que su rival intentará aplastar su crecimiento antes de que sea demasiado tarde.” (Orden mundial. Penguin Random House. Barcelona, 2016, p. 232). Y trae a colación un estudio realizado en la Universidad de Harvard que muestra que de quince casos históricos en los que interactuaron una potencia en ascenso y una establecida, diez terminaron en guerra (citado en ibídem). Como hemos dicho en otro lugar, esto nos lleva a plantearnos las siguientes cuestiones: a) ¿aceptarán las dos grandes potencias nucleares del sistema internacional global la nueva situación de intrusión estratégica? b) ¿Buscarán en algún momento concertarse entre ellas para impedir, o al menos limitar, la capacidad de segunda respuesta de la fuerza nuclear china? c) ¿Se impondrá el principio de inevitabilidad del conflicto entre una potencia en ascenso y una potencia establecida?

ESTADOS UNIDOS AVANZA EN LA MILITARIZACIÓN DEL ESPACIO

En la entrada del mes de diciembre de 2015 titulada PARA SER EUROPEOS NO LO HACEMOS TAN MAL, sobre el despliegue de la constelación de satélites europea Galileo, introducíamos una reflexión sobre la relevancia del espacio en las guerras del siglo XXI recordando la máxima de Friedman de que las guerras del futuro se librarán en el espacio porque los adversarios buscarán destruir los sistemas espaciales que les permiten seleccionar objetivos y los satélites de navegación y comunicaciones deberán ser destruidos para inutilizar su capacidad bélica. En la entrada anterior del blog que lleva por título POLITICA ESPACIAL DE RUSIA Y MANTENIMIENTO DEL RÉGIMEN DE ESTABILIDAD GLOBAL planteamos cómo se llevará a cabo dicha destrucción. Sin duda, estamos ante una segunda carrera espacial, a la que se han sumado las potencias emergentes que están realizando fuertes inversiones en programas espaciales propios, y ante una inevitable militarización del espacio, porque hemos deducido el principio general de que si alguna potencia consigue poner armas en el espacio, también habrá armas de respuesta. Esto es así porque la disuasión y el control de armamentos están estrechamente vinculados a la cambiante tecnología armamentista. Ante el fracaso del régimen de estabilidad estratégica en materia espacial nos planteamos: ¿qué hacen los Estados Unidos al respecto? Porque sencillamente es el país que más satélites tiene en el espacio, su economía es la más dependiente de las tecnologías de la sociedad de la información y, por tanto, tienen más que perder. El Presidente Obama ha enviado en estos días al Congreso “un informe y un anexo clasificado sobre la política integrada para contener (la cursiva es nuestra) a los adversarios de los Estados Unidos en el espacio” de acuerdo con la cláusula 1613 de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional que especifica que “el presidente debe iniciar un proceso interinstitucional para desarrollar la política de contención de los adversarios en el espacio”. Esto supone que seguimos con las políticas propias de la Guerra Fría. Estos adversarios son inequívocamente Rusia y China. De hecho, la Administración Obama se ha referido en diversas ocasiones a la “amenaza rusa en el espacio” y este ha sido uno de los temas prioritarios que se han sacado a la luz en los debates del presupuesto del Departamento de Defensa para 2017 con la finalidad de incrementar las partidas presupuestarias relacionadas con los programas espaciales desde el los cohetes SLS -probado con éxito el 28 de junio de 2016- hasta los aviones exoatmosféricos. Sin embargo, paradójicamente, los Estados Unidos siguen manteniendo la dependencia de los motores rusos RD-180 de Energomash, perteneciente a la agencia espacial Roscosmos, para propulsar los cohetes espaciales Atlas 5 que se emplean para situar en órbita los satélites militares de las Fuerzas Armadas y de la NRO, así como también del avión espacial no tripulado X-37. Y todo esto, dentro del desquiciante régimen de sanciones actualmente vigente contra Rusia por la implicación en el conflicto de Ucrania -véanse las recientes declaraciones del senador John McCain en esta materia-.

POLITICA ESPACIAL DE RUSIA Y MANTENIMIENTO DEL RÉGIMEN DE ESTABILIDAD GLOBAL

Como hemos venido siguiendo en el blog, todas las potencias, las grandes, y las que están en un escalón inferior, se esfuerzan por disponer de sus propios sistemas de posicionamiento global por satélite que les permiten la independencia estratégica. Las más grandes, los Estados Unidos y Rusia, para mantener permanentemente preparada y dispuesta la Fuerza de Disuasión Estratégica guiando a los bombarderos de largo alcance y a los submarinos nucleares portadores de cohetes (SSBN) hacia los objetivos donde deberán descargar sus cargas nucleares en caso de enfrentamiento decisivo entre ellas. Y también para las guerras convencionales que emprenden en cualquier parte del mundo y para las guerras que llevan a cabo las potencias inferiores contra Estados débiles, al canalizar las comunicaciones entre los centros de mando gubernamentales y las tropas desplegadas en el extranjero y, no menos importante, para aplicar la fuerza militar empleando misiles de crucero y bombas guiadas por satélite, en ese tipo de guerra donde la “precisión” evita bajas propias y los denostados “daños colaterales”. Pues bien, mientras Rusia realiza lanzamientos espaciales periódicos para mantener la plena operatividad del sistema de navegación espacial propio Glonass al mismo tiempo avanza en el desarrollo de sistemas para privar a posibles adversarios de esa capacidad. Así, el día 29 de mayo de 2016 un cohete Soyuz 2.1b despegó por cuenta de las Fuerzas de Cohetes Estratégicos desde el cosmódromo de Plesetsk en el norte de la Rusia europea para poner en órbita el satélite Glonass-M número 53, denominado Cosmos-2516 –el lanzamiento anterior tuvo lugar en febrero de este año-. El 4 de junio un cohete Rokot (conversión del ICBM UR-100NUTTH) de las Fuerzas Aeroespaciales (VKO)lanzado también desde Plesetsk se encargó de poner en órbita el satélite geodésico Geo-IK-2 de interés para el Ministerio de Defensa con la denominación Cosmos-2517. Pero, según han informado diversas fuentes especializadas, cuatro días antes, el 25 de mayo, desde el mismo centro de lanzamiento de Plesetsk se realizó una nueva prueba del sistema antimisiles A-235 Nudol. Se trata de la cuarta prueba de este sistema de misiles con capacidades antisatélites y la segunda de la que se tiene información de que ha sido exitosa. Pero Rusia no hace más que seguir los pasos de los Estados Unidos en esta materia –hay que recordar el derribo en 2008 del satélite de reconocimiento fuera de servicio USA-193 por un misil SM-3 Standard propio-, a la que también se han sumado los chinos, como no. El problema tiene su origen en la ruptura de los Acuerdos de Moscú de 1972 por parte de la Administración Bush anterior, política miope que se ha mantenido por la actual, ya que los Estados Unidos han rechazado la idea de lograr un tratado internacional que prohíba el despliegue y presencia de cualquier arma en el espacio. Es más, ensayan y trabajan con sistemas robóticos espaciales como el avión espacial no tripulado X-37 que actualmente realiza su cuarta misión espacial de larga duración –el pasado 20 de mayo se cumplió un año del despegue desde Cabo Cañaveral de la misión OTV-4-. Estos sistemas siguen, monitorizan y disponen de la capacidad de inutilizar cualquier satélite que se encuentre en órbita, consiguiendo anular de esta manera las capacidades de mando y control y los sistemas de guía de armas estratégicas, misiles de crucero y bombas de guía por satélite del adversario, dejando a las potencias inferiores inermes para enfrentar cualquier conflicto bélico. Entonces, ¿de qué nos extrañamos de los avances rusos o chinos en materia antisatélites? Si no funciona el régimen de estabilidad estratégica solo queda la carrera de armamentos entre las grandes potencias. Esto es consecuencia de que las partes enfrentadas, a diferencia del estatuto global de 1945, no han sabido llegar a un absolutamente necesario régimen implícito, transformado en explícito para ciertas materias con los Acuerdos de Moscú de 1972, y que fue roto unilateralmente por la segunda Administración de los Bush. El régimen implícito entre las grandes potencias, el que estructura y equilibra el mantenimiento del sistema, sirvió a la paz mundial desde 1947 a 1991, y podría y debería seguir si: a) los Estados Unidos se dan cuenta de que han de coexistir con otras grandes potencias, singularmente Rusia y China. El autoconvencimiento de que la caída del Telón de Acero fue el final de Rusia ha sido un error de gigantescas proporciones; b) el régimen implica una serie de normas no escritas que las partes han de adaptar en sus relaciones mutuas cuyo fin último es el mantenimiento del sistema global; y c) todas las partes, las grandes potencias, tienen una serie de intereses comunes que han de preservar, el primero es el de su propia existencia como Estados, y el segundo, el control de sus áreas de influencia. Esto es prácticamente indiscutible por nadie porque la paz del mundo depende de ello.  

DOS NUEVOS SATÉLITES DEL SISTEMA GALILEO EN ÓRBITA

Nuevamente, el 24 de mayo un cohete ruso Soyuz despegó desde el centro espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, para poner en órbita dos satélites del sistema de navegación satelital europeo Galileo. En concreto se trata de los aparatos trece y catorce, que serán llevados a su órbita definitiva para realizar a continuación las pruebas exhaustivas destinadas a garantizar su entrada en servicio a finales de año. Con este lanzamiento, el séptimo del programa Galileo, se pone fin al empleo de los cohetes rusos Soyuz, ya que en el que tendrá lugar en septiembre se empleará un cohete europeo Ariane 5 modificado, que será, además, capaz de cargar hasta cuatro satélites, lo que permitirá acelerar la puesta en servicio del sistema de posicionamiento global europeo. Los responsables del programa, Jan Woerner y Paul Verhoef, Director de la Agencia Espacial Europea y Director del Programa Galileo y de las Actividades Espaciales de la Agencia respectivamente, destacaron los hitos que representa este lanzamiento y la próxima entrada en servicio del sistema Galileo, incluyendo la distintas estaciones terrestres, que comenzarán a prestar servicio a los usuarios gubernamentales y empresas privadas. Hay que destacar que a partir del próximo año la Autoridad Europea de Supervisión será la encargada de garantizar la operatividad y la seguridad del sistema Galileo. El anterior lanzamiento tuvo lugar el 17 de diciembre de 2015, del que dimos cuenta en la entrada del blog PARA SEREUROPEOS NO LO HACEMOS TAN MAL.

BRASIL: CRISIS POLÍTICA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Resulta paradójico que en medio de una crisis política institucional sin presidentes, que ha llevado a la destitución interina de la Presidenta Dilma Rousseff el 12 de mayo de 2016, las perspectivas de crecimiento económico están mejorando y los analistas especializados dan por hecho un avance en el PIB de Brasil el próximo año después de dos años de caídas acentuadas. De hecho, los inversores han vuelto a mostrar interés por los mercados emergentes que están teniendo un mejor comportamiento que los desarrollados en lo que va de año debido al aumento del precio de las materias primas y a una menor fortaleza relativa del dólar lo que ha hecho que las entradas de la inversión extranjera en cartera alcanzaran en marzo pasado un máximo de veintiún meses. Precisamente por ello, ante la perspectiva de la destitución de la Presidenta Rousseff el Vicepresidente -ya Presidente interino de Brasil- Michel Temer tenía preparando un nuevo gobierno con ministros de reconocido prestigio y dilatada trayectoria, especialmente en el ámbito económico, pero que hay desde el principio parece que hace aguas y está recibiendo una fuerte contestación popular dentro del país y el rechazo de algunos gobiernos de la región. Para seguir este asunto recomendamos el blog de nuestro colega Santiago Pérez: EquilibrioInternacional.com

SUBMARINOS DEMASIADO CAROS

Se acaba de anunciar uno de los contratos de defensa más importantes de la década y, sin duda, el mayor contrato militar en la historia del país convocante: Australia. El gobierno de este país ha otorgado a los astilleros estatales franceses de la DCNS el contrato para la construcción de una nueva flota de doce submarinos convencionales que sustituirán y completarán a los actuales submarinos de la clase Collins. El proyecto francés denominado Shortfin Barracuda tendrá propulsión diesel-eléctrica, desplazará 4.500 toneladas y medirá 97 metros de eslora. Según informan los medios generalistas el importe de la operación asciende a unos 38.570 millones de dólares (50.000 millones de dólares australianos), esto viene a ser unos 3.214 millones de dólares por unidad, lo que es absolutamente desproporcionado para un submarino convencional de las características que se han hecho públicas –por comparar, el nuevo submarino nuclear ruso lanzador de misiles de crucero proyecto 885M Kazan tendrá un coste de 2,700 millones de dólares, de ahí la denominación en medios especializados de goldenfish-. La sorpresa, además, ha sido doble porque se daba por seguro que la propuesta japonesa con un submarino convencional AIP basado en la clase Soryu actualmente en servicio en la Armada nipona saldría vencedora, tanto por consideraciones técnicas, ya que se trata de submarinos de una extraordinaria calidad y capacidades de combate ajustadas para un submarino convencional, como, sobre todo, consecuencia del estrechamiento de las relaciones militares entre los dos países en el seno de la alianza estratégica en el Pacífico occidental que lideran los Estados Unidos en su política de contención a China. Sin embargo, algunos analistas opinan que “las ventajas geoestratégicas que para Australia hubiera tenido reforzar sus lazos con Japón no fueron suficientes como para compensar las ventajas técnicas de la oferta francesa” –en ese sentido Mark Thomson, analista del Australian Strategic Policy Institute-. El elemento fundamental está en que la propuesta francesa contempla la construcción integral de los doce submarinos en los astilleros australianos de Adelaida. Como decía el Primer Ministro Malcom Turnbull: “serán fabricados en Australia, con empleos australianos, con acero australiano, aquí mismo en donde estamos”. Otra cosa es que los astilleros australianos tengan las capacidades para acometer esa obra, y es bueno recordar lo que ha ocurrido con la construcción de los buques de proyección estratégica de la clase Camberra y los destructores antiaéreos de la clase Howard, ambos contratos otorgados a la empresa española Navantia. Quizás por ello, la Ministra de Defensa australiana Marise Payne ha manifestado que “los submarinos franceses tienen el mejor rendimiento de sensores, mejores características para pasar desapercibidos, y un alcance y una resistencia similar a los submarinos de la clase Collins (sic)”. Por su parte, el Primer Ministro Turnbull declaró que “la recomendación del competitivo proceso de evaluación del panel, del departamento de defensa, de los expertos que lo supervisaron, fue que inequívocamente la oferta francesa representa las capacidades que mejor pueden satisfacer las necesidades únicas de Australia.”, lo que debe ser así indudablemente al precio que van a pagar por los nuevos Shortfin Barracuda, a los que califica como “los buques más sofisticados que se están construyendo en el mundo”.
Sobre la propuesta japonesa y el eventual impacto en las relaciones bilaterales, véase Kelly, T., Altmeyer, C. y Packham, C.: "How France sank Japan's $ 40 billion Australian submarine dream", Reuter News, 29 de abril de 2016, disponible aquí.

ESTADO DE LOS ARSENALES NUCLEARES ESTRATÉGICOS DE LAS GRANDES POTENCIAS A 1 DE MARZO DE 2016

Se han actualizado los datos correspondientes al 1 de marzo de 2016 de los arsenales estratégicos de los Estados Unidos y Rusia por aplicación de las cláusulas de información recogidas en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas START de 10 de abril de 2010. Conforme a los datos recogidos porel Departamento de Estado americano, los Estados Unidos mantienen 1.481 ojivas nucleares en 741 vectores de lanzamiento operativos (misiles basados en tierra, misiles en submarinos y bombarderos estratégicos); el número de sistema de lanzamiento disponible es de 878. El semestre anterior se informó de 1.530 ojivas, 762 lanzadores operativos y 898 disponibles. Por su parte, Rusia mantiene en marzo de 2016 1.735 ojivas nucleares en 521 vectores de lanzamiento operativos y 856 disponibles. En el período anterior los datos eran 1.648 cargas nucleares, 526 lanzadores operativos y 877 disponibles. El incremento de 87 ojivas –un 5,3% del total- se debe a que el tercer submarino nuclear portamisiles de la clase Borei K-551 Vladimir Monomakh transporta ya la carga completa de cohetes SLBM R30 Bulavá. Al mismo tiempo, se han dado de baja algunos de los ICBM más antiguos en servicio.
Los límites establecidos en el Tratado START al final del período de reducción de siete años son de 1.500 ojivas nucleares, 700 lanzadores operativos entre ICBM, SLBM y bombarderos estratégicos y 800 lanzadores desplegados y no desplegados para cada una de las partes. Sobre la entrada en vigor del Tratado véase la entrada del blog LA RECONSTTITUIÓN DEL RÉGIMEN IMPLÍCITO EEUU-RUSIA de febrero de 2011.

«LA VIGENCIA DE LAS ARMAS NUCLEARES EN LA SOCIEDAD INTERNACIONAL GLOBALIZADA. PERSPECTIVAS DE EMPLEO EN LOS CONFLICTOS ASIMÉTRICOS»

El Instituto Universitario Gutiérrez Mellado ha publicado este mes de marzo las actas de las VII Jornadas de Seguridad, que se celebraron en la sede del Instituto en Madrid del 27 al 29 de mayo de 2015. En esa ocasión presenté y defendí la comunicación que llevaba por título “La vigencia de las armas nucleares en la sociedad internacional globalizada. Perspectivas de empleo en los conflictos asimétricos” que, con los comentarios y críticas realizadas en el debate posterior, se incorpora en una versión modificada al libro de investigación que se acaba de publicar. En este ensayo analizamos la aplicación del poder militar por parte de las grandes potencias en el sistema internacional globalizado, el funcionamiento del régimen de estabilidad estratégica, el poderío nuclear y la exclusión del uso de la fuerza en sus relaciones mutua; pero también cómo recurren a la amenaza o al uso de la misma cuando están en juego sus intereses vitales –preferentemente contra Estados menores del sistema internacional-, el régimen de no proliferación nuclear, las estructuras de seguridad regionales y formación de coaliciones ad hoc con en las guerras de Afganistán, Irak o Siria por poner los ejemplos más significativos. Con carácter particular se plantea el supuesto teórico del eventual empleo de  de armas nucleares en un supuesto de guerra nuclear limitada contra organizaciones yihadistas que se enfrentan al Bloque occidental en un conflicto de consecuencias decisivas para el mantenimiento de la estructura internacional.
Referencia completa: "La vigencia de las armas nucleares en la sociedad internacional globalizada. Perspectivas de empleo en los conflictos asimétricos", Actas. VII Jornadas de Estudios de Seguridad. Colección Investigación. IUGM. Madrid, 2016, pp. 225-250. El libro completo se puede consultar en http://iugm.es/publicaciones/colecciones/libros-investigacion/?tx_iugm_pi1%5bnpub%5d=142&cHash=56b728cc0726f638899ed39f39d20c64

“¡Por ti he cogido a un sueño de las manos!”