"LOS SSBN DE LA MARINA DEL EJÉRCITO POPULAR DE CHINA"

La Marina del Ejército Popular de Liberación es el componente naval de las Fuerzas Armadas de la República Popular China. Desde su creación en 1950 hasta hace escasamente una década desempeñaba un papel secundario en el dispositivo militar chino, subordinada al Ejército y a la Fuerza Aérea, centros de atención preferente en cuanto a personal, material y dotación de nuevos equipos y sistemas de armas. Sin embargo, la expansión comercial china ha implicado el acceso a rutas comerciales en los cinco continentes, el desarrollo de una marina mercante pujante, una creciente demanda de suministros energéticos y materias primas para la industria y, en última instancia, la necesidad de dispones de una Marina de Guerra que asegure tanto las rutas comerciales como la protección del tráfico comercial y el flujo continuo de las materias primas y fuentes de energía. De este modo, la presencia naval china se extiende en la actualidad hasta el océano Índico, el golfo de Adén, el Mediterráneo e incluso ha hecho incursiones en el Atlántico Norte.
Pues bien, en el ensayo que lleva por título “Los SSBN de la Marina del Ejército Popular de China”, publicado en el número de diciembre de 2014 de la Revista General de Marina del Ministerio de Defensa español, me ocupo de examinar el estado actual y los planes futuros de los submarinos portamisiles de la Marina de Guerra China como un componente de la doctrina de disuasión nuclear de China, tal como se recoge en el Libro Blanco de la Defensa de 2013.
El ensayo se estructura en introducción, el entorno estratégico: potencias emergentes y políticas de contención, La política nuclear y la doctrina militar nuclear, Los SSBN y cohetes estratégicos embarcados, la Fuerza Nuclear embarcada china en el futuro y Consideraciones finales. Como apoyo al texto principal se incluyen cuarenta y seis notas de referencia. 
Referencia bibliográfica completa: "Los SSBN de la Marina del Ejército Popular de China", Revista General de Marina (Madrid), t. 267, diciembre de 2014, pp. 929-944. También disponible en la versión web de la RGM.  

LAS POLÍTICAS QUE SIRVEN AL INTERÉS NACIONAL DE ALEMANIA

El Ministro de Finanzas Wolgang Schäuble anunció el 9 de septiembre del año pasado que el gobierno alemán no necesitaría emitir deuda en 2015 para financiar el presupuesto federal. Pues bien, el mismo Schäuble hizo público el 13 de enero que Alemania ha conseguido cerrar el ejercicio fiscal con equilibrio fiscal, lo que no sucedía desde el año 1969. Las previsiones del gobierno alemán eran alcanzar el equilibrio presupuestario en 2015, sin embargo la mejora de los ingresos fiscales y la reducción de los pagos de la deuda debido a la caída de los tipos de interés han permitido cerrar 2014 sin tener que emitir nuevas deudas, cuando las previsiones eran de un exiguo déficit de 6.500 millones de euros. Según los datos aportados por el Ministerio de Finanzas, la recaudación fiscal aportó 2.600 millones de euros adicionales, además las empresas eléctricas abonaron en diciembre un pago extraordinario de 2.500 millones que había impuesto el gobierno federal sobre el combustible nuclear, asunto que había sido recurrido ante los tribunales de justicia que fallaron en contra de las eléctricas. Por el lado del gasto quedó 1.000 millones de euros por debajo de lo presupuestado en 2014 con 295.000 millones de euros, y que ha sido el más bajo desde el año 2009. Otros datos macroeconómicos ponen de manifiesto la solidez económica del país: el crecimiento del PIB alcanzó en 2014 el 1,5%, las exportaciones crecieron un 3,7% y las inversiones empresariales en bienes de equipo y maquinaria también un 3,7%. Por su parte, el desempleo cayó a un 6,5%, que con 2,8 millones de desempleados se sitúa en la mejor tasa desde el final de la Segunda Guerra Mundial; en consecuencia el consumo doméstico aumentó el 1,1%. Por ello, el presidente de la Oficina Federal de Estadística, Roderich Egeler, puede afirmar que la economía alemana se encuentra "en plena forma". 
La fortaleza de la economía alemana en un entorno económico internacional complejo pone de manifiesto el éxito de las políticas de austeridad y de contención del gasto público basadas en los intereses nacionales que han aplicado los sucesivos gobiernos de la canciller Merkel desde antes del inicio de la crisis financiera. Pero también  la competencia de la economía europea y la solvencia del euro como moneda común de la Eurozona. Finalmente, demuestra la capacidad de los dirigentes alemanes en el manejo político de la crisis financiera, pues como hemos tenido ocasión de decir en otro lugar, Alemania ha aprovechado la crisis para reforzar la unión política europea –para ello véase nuestro ensayo “La gestión de la crisis financiera por el Directorio europeo”: la carrera hacia la unión política europea”, en Tensiones en Europa. Desafíos para la integración (Bravo Villalobos comp.). Programa de Estudios Europeos/RIL Editores. Santiago de Chile, 2913, pp. 23-40-.
Pues bien, lo que nos planteamos a nivel estratégico es ¿cuándo decidirá el Poder político alemán comenzar a ejercer como poder hegemónico regional más allá del ámbito exclusivamente económico o financiero?
Para ti, que iluminas mis sueños.

LA DOCTRINA MILITAR DE RUSIA DE DICIEMBRE DE 2014

En la entrada del mes de septiembre de 2014 titulada REVISIÓN DE LA DOCTRINA MILITAR DE RUSIA dimos cuenta de las informaciones que aseveraban la inminencia de la aprobación por el Poder Político ruso de una actualización de la Doctrina Militar vigente de febrero de 2010. Aunque han pasado algo menos de cinco años desde su aprobación, la elite que dirige la política de seguridad y de defensa de Rusia considera que se han producido cambios estratégicos de tal calado que imponen la actualización de los documentos básicos en los que se plasman sus concepciones de la seguridad nacional. Sin embargo, no se puede hablar de cambios estratégicos sin más, si no, en concreto de que la concreción de las previsiones apuntadas en la Doctrina Militar de 2010 en cuanto a la amenaza que representaba para Rusia la ampliación de la Alianza Atlántica hasta las mismas fronteras del país, precisamente cuando esa misma élite dirigente consideraba vigente desde los años noventa un compromiso sobre la prevalencia rusa sobre el “extranjero cercano”, aquel espacio territorial formado por los Estados exsoviéticos que forman su área de seguridad más próxima. Aunque esta tesis es contestada desde Occidente, sin duda, la anuencia de los antiguos dirigentes soviéticos y, en particular, la aceptación por parte de Gorbachov y Shevarnadze de la unificación alemana, estuvo condicionada al respeto por parte del Directorio occidental de ese espacio de seguridad que Rusia considera fundamental para garantizar su propia seguridad nacional. El documento aprobado por el Consejo de Seguridad de la Federación Rusa el 19 de diciembre fue adoptado por el Presidente Putin mediante un decreto presidencial el 26 de diciembre de 2014 -y cuya versión pública se divulgó a partir del 30 de diciembre- no explicita una nueva Doctrina Militar, sino que se trata de una actualización del documento de 5 de febrero de 2010 aprobado por el anterior Presidente Medvedev. Como decía el Presidente Putin en una sesión de trabajo con los mandos superiores de las Fuerzas Armadas el pasado 19 de diciembre: “nuestra doctrina militar no cambia, sigue siendo estrictamente defensiva, pero protegeremos de manera consecuente y firme nuestra seguridad (…) Rusia siempre defenderá sus intereses y su soberanía, contribuirá a reforzar la estabilidad internacional y abogará por una seguridad igual para todos los países y pueblos”. Para ello, en el documento recién aprobado se mantiene la doctrina de la “contención convencional”, esto es, Rusia dispone de unas “Fuerzas Armadas conceptualmente distintas, capaces de prevenir incidentes militares con fuerzas de uso general, no con el poder nuclear”. A continuación se definen los peligros a los que se enfrenta Rusia como son la expansión de la Alianza Atlántica y la desestabilización de espacios geopolíticos que son claves para la seguridad nacional, como son la frontera occidental, Asia central y el Ártico. Precisamente en el nuevo documento se encomienda a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar los intereses en el círculo polar, lo que justifica la creación de un nuevo Mando Estratégico –véase la entrada RUSIA REFUERZA SU POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA de diciembre de 2014-. En el nuevo documento se dice textualmente que “el incremento del potencial de la OTAN, la ampliación de sus funciones globales y la aproximación de las infraestructuras militares de los países miembros a las fronteras de Rusia es uno de los mayores peligros externos”. Como consecuencia de ello, aparecen como peligros para la seguridad “la desestabilización de la situación en algunos países, el menoscabo de la seguridad global y regional y el despliegue de contingentes militares en países limítrofes a Rusia”. En esta línea también se detalla como un peligro a la integridad territorial las “reclamaciones territoriales a Rusia y a sus aliados (con referencias concretas a Abjasia y a Osetia del Sur), así como la injerencia en los asuntos internos”. De hecho, en el mismo documento se hace referencia a nuevas formas de guerra irrestrictica como son el uso de las protestas sociales en el interior del país o la manipulación de los flujos de información, que son “acciones dirigidas al cambio violento del régimen constitucional, la desestabilización política y social y la desorganización de la labor de las entidades públicas, de las empresas importantes y de los organismos militares”. El terrorismo en sus diferentes manifestaciones continúa siendo un peligro para la seguridad nacional puesto que “las actividades de grupos terroristas y personas (van) dirigidos a socavar la soberanía, la unidad y la integridad territorial de la Federación Rusa”. En el ámbito estratégico aparece una nueva amenaza a la seguridad nacional en el programa de desarrollo americano Prompt Global Strike, así como las armas de precisión y el desarrollo de armas hipersónicas convencionales por potenciales adversarios, sistemas de armas en los que también están trabajando actualmente los institutos de investigación militar rusos. En cuanto a las armas nucleares el principio básico de la Doctrina Militar continúa siendo la disuasión, que se define como “la capacidad de infligir un daño inaceptable a un agresor”, y que va dirigida a la prevención de un enfrentamiento nuclear a gran escala con otra potencia nuclear: “la prevención de un conflicto nuclear, así como de cualquier otro conflicto bélico, es la base de la Doctrina Militar rusa”. En este sentido, se mantiene la política de empleo de armas nucleares establecida en el documento anejo a la Doctrina Militar de 2010 “Fundamentos de la Política Estatal en Materia de Disuasión Nuclear hasta 2020”: Rusia se reserva el derecho de usar armas nucleares como respuesta a una agresión exterior con armas de destrucción masiva, o cuando una agresión con armas convencionales ponga en peligro la existencia misma del Estado. En la reunión con los altos mandos militares unos días antes de la firma del decreto presidencial de la Doctrina Militar, el Presidente Putin enfatizó que las armas nucleares “son el factor más importante para mantener el equilibrio global” y que excluyen la posibilidad de una agresión a gran escala contra Rusia”. También afirmó la necesidad de “continuar la modernización de la Aviación de Largo Alcance y la puesta en servicio operacional de los submarinos portamisiles (de la clase Borei)”. Por su parte, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas general Valeri Gerásimov declaró el 29 de diciembre que “mantener y desarrollar las fuerzas nucleares estratégicas es sin duda la prioridad principal”. En consecuencia, las Fuerzas Nucleares Estratégicas recibirán en 2015 más de cincuenta nuevos cohetes intercontinentales para equipar a cuatro regimientos de las Fuerzas de Cohetes Estratégicos (RSVN) y a los dos nuevos submarinos portamisiles de la clase Borei Alexander Nevsky y Vladimir Monomakh.