LOS ESTADOS NUCLEARES AL MARGEN DEL TRATADO DE NO PROLIFERACIÓN NUCLEAR EN 2013

El Boletín de los Científicos Atómicos (http://bos.sagepub.com/) nos sorprende continuamente con la publicación de trabajos de altísimo nivel académico y también técnico. En esta ocasión debemos comentar el excelente ensayo de Timothy McDonnell dedicado al estatuto de los Estados dotados de armas nucleares al margen del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por sus siglas en inglés), o Estados nucleares armados, que lleva por título “Nuclear pursuits: Non-P-5 nuclear-armes States, 2013”.
El autor, asociado al Programa de Historia y Políticas Públicas y al Proyecto de Historia de la Proliferación Nuclear Internacional del Wilson Center, examina el desarrollo y estado actual de los arsenales nucleares de los Estados nucleares armados: Israel, India, Sudáfrica, Pakistán y Corea del Norte. La primera parte del ensayo está dedicada a analizar las diferencias de los arsenales de estos Estados con el de las grandes potencias nucleares, y el primer dato que impacta es la desproporción en el tamaño de los arsenales: de las 19.000 armas nucleares que existen actualmente en el mundo, solo unas 420 están en poder de los Estados nucleares armados, y de estas aproximadamente unas 400 corresponden a Israel (200), India y Pakistán (unas 100 ojivas cada uno). A su vez,  Israel, India Pakistán y, precariamente, Corea del Norte disponen de cohetes con capacidad de portar ojivas nucleares, y solo la India desarrolla un programa de submarinos nucleares con capacidad de lanzamiento de cohetes balísticos (Programa Arihant/K-15). En todos los casos, no existe posibilidad de comparación entre las capacidades técnicas, tecnológicas e industriales entre las potencias nucleares legales (las del NPT) y los Estados nucleares armados. A continuación realiza una exposición por Estados de los respectivos programas nucleares, desde el opaco programa de nuclearización de Israel, el caso único del desarme nuclear unilateral de Sudáfrica y la competencia nuclear de India y Pakistán, hasta las veleidades nucleares del régimen alocado de Corea del Norte, cuya prueba nuclear más reciente se realizó el paso día 12 de febrero de 2013, referencia que no incluye el ensayo por razones obvias (en las pp. 64-65 incluye un cuadro comparativo con información básica sobre dichos programas nucleares). Finalmente, el trabajo se completa con unas breves pero muy cuidadas referencias bibliográficas, particularmente interesantes para los casos de Israel y Sudáfrica.
Referencia bibliográfica: “Nuclear pursuits: Non-P-5 nuclear-armes States, 2013”, Bulletin of the Atomics Scientists núm. 1, 2013, pp. 62-70, disponible en http://bos.sagepub.com/content/69/1/62.full
Llama la atención que a lo largo del ensayo no hay una sola referencia a la existencia de un programa nuclear iraní y, de hecho, hay una sola referencia a Irán, en concreto en la p. 67, cuando el autor enfatiza que la política de opacidad nuclear israleí "contribuye a la incertidumbre sobre como, en todo caso, Israel puede cambiar su postura nuclear -o el tamaño de su arsenal- como respuesta a acontecimientos en curso en Irán". Sobre esta cuestión, recomendamos el polémico ensayo de Kenneth Waltz: "Why Iran Should get the Bomb", Foreign Affairs julio/agosto 2012, texto completo disponible en http://sistemas.mre.gov.br/kitweb/datafiles/IRBr/pt-br/file/CAD/LXII%20CAD/Pol%C3%ADtica/Why%20Iran%20Should%20Get%20the%20Bomb.pdf

For You, that you do not leave me when the tears devastate my face.

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